El helicóptero dejó oír el zumbido de sus aspas mientras quién lo pilotaba comenzaba a descender. El helipuerto en una de las compañías de Anthony fue el lugar que los recibió. Barry se apresuró a abrir la puerta para la mujer que salió de la aeronave. Su risa radiante y el cabello que ondeaba sin preocupación con el viento de las aspas en movimiento llamaron la atención. Aunque Anthony sabía que el buen humor de Génesis regresaba al volante, no iba a reconocer que era por otra cosa. Él bajó después de ella, observando a la mujer de lentes oscuros de reojo. —Ya arreglé el vuelo de regreso. La pista está lista y en Manhattan ya lo esperan —informó el consejero—. El señor Mateo dijo que usted ya sabía que regresaba esta mañana para intentar obtener comunicación con su hermano. —¿Qué se ha sabido de Izan? Barry observó a Génesis, quien caminaba al frente de los dos. Anthony dio a entender que ella no era un problema, así que el consejero deslizó los dedos por la MacBook mientr
El apartamento de Génesis se alzaba en lo alto de un rascacielos en el corazón de Manhattan, con las ventanas de cristal que ofrecían una vista panorámica de la ciudad, sus luces parpadeando como estrellas urbanas. El olor a sándalo fue lo primero que percibió cuando entró a la habitación con suelo de mármol blanco que estaba salpicado con alfombras persas, y las paredes adornadas con pinturas de artistas desconocidos. Un silencio inquietante absorbía el sitio y con cada paso silencioso que dio, sintió que se equivocó de lugar porque no recordaba que hubiera ese aroma cuando se marchó. Sin embargo ahí se encontraba el aroma rondando por todo el lugar. Avanzó despacio, con cautela y a la defensiva. Si fueran sus hermanos le hubiesen dicho cuando habló con ellos por medio del teléfono. Abrió la puerta del dormitorio hallando un bote de cristal en una de las mesas con incienso de sándalo quemándose. A su lado un papel doblado. Empujó la puerta del baño del mismo modo y se asegur
—Solo quiero tu ubicación exacta. —dijo Anthony hacia su primo. —Necesitamos tenerte localizado por si llega a suceder algo. —Creo que ya no será tan necesario. —dijo Izan. —Estoy dentro.Anthony se retiró de la silla en donde se encontraba cuando escuchó a su primo hablando. —Prácticamente eres el primero en saberlo. —escuchó ruido de fondo. –Debo irme.No contestó nada dejando que cortara la comunicación, pues la localización era fácil ahora. Podían prácticamente tenerla con solo ubicar a su objetivo. Puso al tanto a Mateo. Vladimir estuvo de acuerdo con que aún debían tener sus precauciones con él, pues al ser solo su entrada, podría tener problemas. —Pasando al tema del evento sigo diciendo que la mejor opción es que solo la mitad esté dentro. —exclamó Valdimir a un lado Mateo. —Eso de tenernos a todos en un mismo lugar no me da buena espina. —Por eso solo lo haremos mi padre, Marcelo y yo. —contestó Anthony mirando unos planos sobre la mesa. —El resto estará estratégicament
Flashes. Cámaras. Celebridades por doquier. Un extenso grupo de seguridad se dispersó por el sitio entero cuando Anthony descendió del vehículo modificado. Su rostro fue bañado con los destellos de luz, como si capturar su imagen fuera una de las grandes misiones de cada periodista presente.Les dio lo que querían durante solo cinco segundos, el tiempo que tardó en cerrar la puerta y rodear el vehículo para abrir la puerta del copiloto, ayudando a Génesis cuando ella puso los pies en la alfombra.Todo el mundo se volvió loco con la pareja del momento presentándose en ese lugar.—Creí que no eras de los que les gusta darle atención a los medios —dijo Génesis mientras él rodeaba su cintura.—Somos el cebo —respondió Anthony con la mandíbula endurecida—. ¿Jugamos a eso?—¿Me trajiste para ser el cebo de qué cosa? —le acarició la barbilla con una sonrisa dulce, como si estuvieran jurándose amor en lugar de reprocharse algo.—¿Qué clase de Crown sería si no pensara que estoy siendo vigilad
—Mataron a mi papá, Anthony. —murmuró Brisa entre lágrimas que no tenía la capacidad de retener. —Lo mataron. Este no supo qué decir, pues había sido de los primeros en ver el cuerpo del gobernador y la saña con la que lo asesinaron le daba más que la nota o el anillo que no alcanzaron a recuperar. Al estar el Mayor Romano presente y llegar prácticamente antes que ellos, supieron que no podían acercarse para tomar lo que pertenecía a los Crown. —Si quieres quedarte con ella…—negó ante la sugerencia de Génesis. —No lo digo en mal sentido. —No importa eso, Florence. Solo necesito algo más de aquí, por eso no nos hemos marchado. —explicó besando su mejilla en automático. —Es tu…amiga, creo. Ella necesita consuelo. —expuso al verla no poder controlar el llanto. —Solo hay alguien que puede hacerlo. —dijo mirando al hombre robusto y de cabello cobrizo que entró de nuevo a la sala. Génesis se fijó en él como el hombre que gritaba en la pelea Anthony que presenció en las cloacas. Este f
—¿Me estás diciendo que teniendo dinero disponible para gastos como los que se presentan aquí, fuiste a pedir trabajo de mesero? —Kael le puso la hoja frente al rostro de Magnor. —¿Tú me crees estúpido? —Mayor, puede verificar por usted mismo que jamás me acerqué al gobernador. —dijo el hombre con calma. —Su seguridad no me lo permitió y tampoco me moví del salón. —¿Qué hacías ahí? —insistió en la pregunta.—Trabajar. Hasta donde sé no es un delito trabajar de mesero. —movió los hombros, riendo con sorna al ver la cara de Kael. Pero cuando este se puso de pie, borró su sonrisa, ya que los métodos usados por este no le gustaba a nadie. —Tengo mis derechos. —remarcó. —Y conmigo no valen. —contestó Kael apagando la cámara que grababa el interrogatorio. —Así que hablamos por las buenas o nos saltamos toda esta mierd@ y vamos directamente a mi parte favorita. —He colaborado contigo cuando he tenido algo…Kael se quitó el saco. Arrastró las mangas de su camisa ante la mirada de Magno
La puerta metálica fue abierta, llenando de luz el espacio que antes estuvo cubierto por la oscuridad, a la vez, Magnor fue lanzado con tanta fuerza al suelo que la herida sólo sangró aún más. Sus quejas fueron respondidas por su eco. Sus súplicas no eran del interés de los Crown, por lo que al verse solo contra miradas similares que lo observaban como si fueran menos que una cucaracha para ellos.Si tan solo se hubiese negado a hacer ese trabajo…Si hubiese declinado la oferta sospechosa de 1 millón por la muerte de un Crown. Nadie pagaba eso, siendo que le proporcionaban todo el material. Lo estaban mandando al matadero y apenas al ver a Anthony abrir la puerta cinco segundos antes de enterrar un puñetazo para reducirlo y liberarlo. Luchar no sirvió de nada, pues lo que vio en esos ojos amarillos le hizo sentir por primera vez. Ni siquiera la bala incrustada en las costillas le provocaba tanto temor. Esa mirada no la podría tener un ser humano común. Parecía haber tomado miles de
Magnor tembló cuando el dolor se volvió más agudo. La herida comenzaba a infectarse y en ese sitio no tenía una sola posibilidad de recibir atención médica. Importaba menos que nada, pues desde que se habían marchado unas horas antes, no regresaron, creando en su cabeza la idea de lo inservible que era. Nadie podría ser tan efectivo en bajarles los humos a cualquiera y él estaba costando muy poco. Tan solo una habitación en uno de los edificios que el clan ocupaba para deshacerse de lo que estorbaba. La sangre en la herida comenzó a tener un olor diferente. El color era distinto y eso lo alarmó. ¿Moriría entre gusanos? Sabía que eran capaces de dejarlo morir así y con cada segundo en el que pedía ayuda cada vez en voz más baja, debido a su debilidad, la idea cobró más fuerza. Cuando la puerta se abrió se quiso levantar de su sitio, sin lograr más que caer de nuevo, pero en segundos ya lo habían hecho ponerse de pie a las malas. Obligado a permanecer de ese modo, fue arrastrado por