La espera no era el fuerte de ningún Crown. Todos tenían una sola oportunidad para salvar a uno de los integrantes que más odiaba sentirse vulnerable, pero de cierto modo los había unido a un solo latido.Mientras en la sala de operaciones Gálata se motivaba por su inmenso deseo de que todo saliera bien, el resto de los Crown se fueron presentando uno a uno al pasillo donde Marcelo esperaba pacientemente. El aire estaba cargado de una mezcla de desinfectante y el tenue aroma de café recién hecho, que alguien había traído en un intento de aliviar la tensión.Hermes se comunicaba con Ryan a cada nada, pues era quién se encargaba de mantener informados a quienes no podían estar presentes. Mientras Aarón distraía a Avery con una llamada para que pudiera estar presente a su manera. Asher se sentó al lado de su padre, al igual que Sara, quien llegó casi dos horas después para mostrar su apoyo hacia su amigo. El sonido de los pasos resonaba en el pasillo, cada eco parecía marcar el paso del
—¿Sabías que Carol sigue llamando a la empresa? —Bastian apoyó la espalda en la fría superficie. —Es extraño que alguien que fue muy importante para mí, ahora tenga mis reservas para acercarme. —Nadie puede juzgarte por tener cautela. Aún cuándo tuvieran razón, tú estás sobre todos y todo. —le aseguró. —Tú compañía es un privilegio. Tu amistad vale más que sus vidas y si alguien la pierde es muy su problema. Por eso amaba a sus padres. Siempre tenían las palabras correctas para ella.—La Emperatriz no debe bajar la cabeza, sus límites o sus expectativas sobre nadie. Ellos deben aumentar lo que están dispuestos a ser para llegar a cruzarlos. —La alemana sonrió oyendo el taconeo de los zapatos de su madre. —Tu madre y tú son un jodido privilegio que sólo quien está dispuesto a matar y morir pueden tener. Menos que eso no lo deben aceptar.De eso estaba convencida desde niña. Veía como su padre trataba a su madre y muchas veces imaginó que sería lo que tendría en un futuro. No se equiv
Las rejas de la celda se abrieron, ante ella estaba el hombre de traje completo con una serie grabada también en el expediente que describía el listado de los delitos imputados. Las esposas le fueron retiradas de su muñeca. Ni siquiera se mosqueó ante lo que vio. Una celda de no más de cuatro metros, con una litera adherida a la pared y colchones. El prisionero recluido junto a él movió la cabeza, este no respondió de ningún modo, observando detalladamente lo que ahí había.Al menos orden existía. Porque espacio y privacidad era lo que menos tendría. Colocó las cosas sobre el colchón y se dedicó a ver cada detalle. Había sido el chivo expiatorio de una agencia a la cual le dio los resultados que otro jamás había obtenido. Su pago fue dejarlo solo cuando estaba frente a una organización del tamaño para resaltar frente a otras al desmantelarla y ahora le pedían colaborar como si fuera un premio. Le quitaron la placa y ahora fue recluido en un penitenciario de máxima seguridad, culp
Anthony observó a su esposa entrar a la empresa y al recordarle que tenía una reunión con la arquitecta, le dio vía libre para que revisara por sí misma los cambios que quería. No le importaba en absoluto otra cosa que no fuera, verla emocionada por el sitio en donde vivirían juntos. —Creo que a la señorita le quedó muy claro que soy quién lo decide todo. —jugó con un poco de hielo en un vaso que luego llenó con licor. Anthony se lo quitó y ella le dedicó un mal gesto. —No seas tan…—Toma agua. Las vitaminas requieren un estricto cuidado. —le recordó.—A veces siento que eres muy controlador. Anthony la atrajo a su cuerpo, mientras su espalda tocaba el escritorio. —De tu bienestar dependo yo. No me pidas dejar de ver por tí porque no puedo. —le tomó la mejilla con cuidado. —Solo porque me gustó lo que dijiste. —le volvió a sonreír. —Tal vez esté influenciado porque te amo. Pero eso no es tan importante. He amado a otros antes. La posesiva caricia y el que estrellara su cuerpo con
Por la mañana, en la hora del desayuno la mesa se llenó con todos los integrantes de la familia para dar ideas con la boda venidera. Lina y su abuela siendo quienes más se veían escandalizadas por el poco tiempo para lograr lo que llamaron un suceso fenomenal. —Como por lo visto tres veces no es suficiente para Leonardo, debo dejar claro que si me caso de nuevo será su culpa. —Keyla le lanzó una mirada afilada. —Y porque quiero claramente. —Génesis se rió de la cara que trató de poner, a lo que Joseph entrecerró los ojos. —Definitivamente sacaste la actitud de tu madre, porque tu padre es peor que este zoquete. —Leonardo dejó de masticar. —Me refiero a Adrián. —fue turno del mencionado de verlo. —De otro Adrián. No hay que convertir esta sana convivencia en una amarga reunión. —Y dice que no le teme a nada. —añadió Lina apoyada en el hombro de su abuelo. Mientras planeaba con su abuela y Avery un horario que debían seguir. —¿Cuando dijiste que vas a comenzar a construir el convent
Las manos de Anthony refugiaron el rostro de Génesis cuando ella se acercó a sus labios. Ese roce ligero, la mirada intensa y esa respiración agitada causaron en ella la sensación de estar en el mejor lugar del planeta. Enredó las piernas alrededor de las caderas de su esposo y dejó caer la cabeza sobre la almohada, a la vez que perdió la cabeza al sentir la explosión en su interior. Su respiración se volvió irregular, aunque no pudo dejar de besarlo. Al mismo tiempo, esas caricias la dejaron en el limbo cuando Anthony los giró en la cama y la dejó a ella sobre él, sin permitirle separarse un poco. Había adoptado un poco de ternura en ese momento. El placer era distinto, pero igual de intenso. Igual de desestabilizante. Los dientes del mafioso arañaron su barbilla, soltando las estocadas que siguieron la serie de golpes contra su entrepierna, quitándose el encantamiento, aunque en lugar de esfumarse, sólo tomaba más fuerza. Horas en las que solo importaba su placer no bastaban pa
—¿Me puedes explicar qué fue eso? —La voz de Anthony resonó en el pasillo, deteniendo a su hermana cuando ella subía las escaleras y Nixon ya se había marchado. El amplio vestíbulo de la mansión estaba iluminado por una araña de cristal que colgaba del techo alto, reflejando destellos en las paredes decoradas con retratos familiares. —Lina, entiendo… En realidad, no entiendo qué quieres lograr con esto. Nosotros no somos de matrimonios por conveniencia. —Anthony se apoyó en la barandilla de madera tallada, su expresión estaba llena de confusión. —Justo por eso. —Lina se quitó el listón del cabello, dejando que sus ondas cayeran libremente sobre sus hombros. El eco de sus pasos resonaba en el suelo de mármol. —No eres el único que da la cara por esta familia y todos lo saben. —Eso no contesta mi pregunta. —Anthony frunció el ceño, observando cómo su hermana se movía con una gracia despreocupada. —Ni la va a contestar lo siguiente que diga. —Se quitó la chamarra y la colgó en el per
Anthony recibió la llamada de su hermana, quien le dijo que había terminado y que quería pasar por Génesis para ir a la prueba del vestido, por lo que quedó de llegar en menos de cinco minutos. Un suspiro agobiado lo hizo relajarse, aunque tener contacto con un caramelo era lo último que quería y la niña tenía la chupeta muy cerca de su abrigo. —¿Cómo te llamas? —La pregunta de la niña lo hizo girar el cuello. —Mi nombre es Matilda, ¿Cuál es el tuyo? —Steven —contestó tratando de no tirarla al moverse. —Es un bonito nombre —Él no pudo responder a eso. —Tienes ojos de vampiro. ¿Te quemas con el sol? —No. —¿Te conviertes en un murciélago? —volvió a cuestionar. —No. —¿Vuelas por las noches? —No. —¿Bebes sangre? —No. —¿Tienes colmillos afilados? —No. Anthony sentía cómo cada pregunta de la niña iba minando su paciencia. Su ánimo se tornaba cada vez más sombrío, como si una nube oscura se posara sobre él. La curiosidad incesante de la niña, aunque inocente, lo hacía sentir at