ROMINA
Todos nos quedamos viendo sentados dentro de la sala A, cuchicheando y especulando por que nos querrían ver, hace menos de 48 horas que nos dieron la campaña, no esperarán que tengamos ya algunas ideas, que las tenemos, pero tampoco quiero compartirlas con todos aquí, son mis compañeros desde hace tres años, a la mayoría trato, sin embargo esta es una oportunidad de oro, sé que mi idea es buena. Más que buena, es tremendamente buena y no quiero arriesgar a que alguien haga algo mejor o se la copie.
La jefa entra con su elegancia innata arreglando su traje de chaqueta y pantalón blanco, era una mujer hermosa y conservada para su edad.
— Lamento hacerles perder el tiempo en su hora de salida — carraspea un poco alegando algo que sabemos que no es cierto.
Pero como tiene al recién llegado a su espalda con su séquito, suponemos que ella quiere parecer más humana. Si supieran.
— El señor Collins es el dueño de BeauFanta y a creado él mismo la nueva línea de Fantaline, el nuevo producto que todos tienen en sus manos — nos informa Genoveva con un toque de orgullo en su voz.
Ella siguió parloteando y yo solo podía repetir en mi mente el apellido del hombre. Collins, odio ese apellido, me trae amargos recuerdos; parpadeo para despejar mi mente y me centro de nuevo en mi esbelta jefa que es mejor que andar pensando en cosas que no son.
—Bueno… en fin, queremos que se esfuercen mucho puesto que los beneficios son espléndidos, esta oportunidad los catapulta a la cima— se ríe de nervios, jamás la habíamos visto así, vi a Mónica para ver si veía lo mismo que yo y si, estaba tan sorprendida como el resto de la habitación — necesito que se esfuercen y dejen en alto la agencia de publicidad como a la par de complacido este cliente. Pueden irse.
Nos levantamos uno a uno, yo fui una de las últimas me carcomia el apellido del hombre, pero debe ser una coincidencia, el hombre que yo conocí hace años llevaba el pelo mas largo y...
Fui interrumpida por Genoveva — ¿Tienes alguna pregunta, Remi? — se me quedó viendo inquisitivamente.
— No, señorita Genoveva — respondí entre dientes odiando a esa mujer.
Me levanté y decidí irme de una vez, ese hombre no es el mismo de la discoteca, viste diferente, el corte y… No, no, me niego a creer que sea el mismo hombre. Traté de hacer memoria pero estaba tan nerviosa que choque con alguien al salir, antes de estampar mi hermoso culo del suelo, unas fuertes manos me sujetaron.
—Te tengo, muñeca —mis ojos verdes captaron los suyos oscuros y mi corazón se aceleró.
—Gracias, no vi por donde iba— fue lo primero que se me ocurrió.
—Ya sé quien eres — mi corazón se detuvo y dio una voltereta. ¿Entonces si es él? — eres la chica que le derrame el café ayer.
Golpeó su frente con la palma de su mano recordando donde me había visto y mi corazón se fue en picada. Por supuesto que no es el mismo hombre de hace tantos años atrás. Deja de ilusionarte, Romina.
Afirme con la cabeza sin decir nada intentó decir algo más y no lo dejé y lo esquive para irme con la cabeza baja, ahora me ando imaginando cosas, debo visitar al psicólogo, me faltan dos tornillos o algo.
Recogí mis cosas y sin esperar a Mónica que no la veía por ningún lado decidí adelantarme, ya quería ver a Luciano y saber como se portó aunque sabia con exactitud que mi niño es el mejor del mundo y nunca da que hacer.
En el metro de camino a mi casa me puse a pensar en el señor Collins y las similitudes que tiene con el hombre que me conseguí hace años en Winx, sólo eran los ojos, no estaba seguro de si los tatuajes también, aunque pudo hacerse muchos más, no sabía que pensar, esa noche en la discoteca las luces eran bajas, el cabello era más largo, los trajes que usa, este hombre nada tiene que ver con el estilo de chaqueta de cuero y jeans que vi usar al hombre que me deslumbró por una noche, sé que estoy estereotipando, pero sería extraño, y si es el mismo. Como m****a no se acuerda de mí, que sí, que estabamos bebidos, pero no creo que tanto como para que no se acuerde de mí o fui una muesca más en su cama y por eso no me recuerda.
No sabía si era o no el mismo hombre, pero mejor me olvidaba de eso, sino me recordaba no valia la pena.
Llegue a casa donde una Lola sonriente me recibió.
—Hola cariño, ¿Qué tal el trabajo?
—Pesado, pero bueno… trabajo al fin ¿cómo se porto hoy?
—Estupendo, hicimos un rompecabezas de dinosaurios, ya sabes como es con ese tema— me informa mientras me quitamos zapatos en la sala.
Es un mal hábito que tome desde el embarazo y más nunca me abandonó, le doy un beso en la cabeza a mi pequeño y es cuando despega su vista del rompecabezas que estaba haciendo con Lola, estoy y estaré agradecida desde que me conseguí con Lola en el piso de abajo, desde entonces ella se enamoró de Luciano y yo le di un empleo que ella necesitaba. No es mucho, pero es algo. Luego de llegar ella se va a un salón de salsa a impartir clases, me a invitado muchas veces, pero no me he animado.
En ese momento recibí un texto de Mónica, lo abrí y vi lo que decía:
* Hey, te fuiste sin mí ¿qué pasó?
* Nada, estaba apurada por ver a Lucianito ¿todo bien?
* Sí, nos vemos en un rato.
Me fui a fichar para estar más cómoda mientras Lola recogía sus cosas y las de su hijo para bajar a su depa, cuando salí la niñera de mi niño tenía dos tazas de café y galletitas de vainilla que ella sabía que adoraba.
— Hoy hice galletas, siéntate un rato conmigo.
— Lola, eres la mejor del mundo — me senté con ella en la cocina.
Luciano cantaba alguna canción de dinosaurios mientras coloreaba uno de los libros de dibujos que tanto le gustaba.
— ¿ cómo sigue tu hijo? — le pregunté comiendo mi segunda galleta.
— Está poniéndose al día por la clase que perdió ayer — toma un trago de su delicioso café.
Lola es una experta, sus cafés son los mejores, tienen un toque de canela y vainilla que me dejan babeando, mi niño en cambio amo las galletas marmoleadas que hace Lola, es una crack haciendo repostería, más de una vez le he dicho que debería trabajar de eso, no más no me hace caso.
— Me gustaría tener una máquina del tiempo — dice Lola de repente.
—¿ Por qué no querrías eso? — pregunté con una risita.
— Cuando era joven quería ser la mejor repostera de New York, simplemente no se dio.
Mi amiga hablaba con pesar y eso apretujaba mi corazón en un puño.
— Aun puedes lograr ese sueño, sólo tienes veinticinco, Lola.
— Con un hijo que debe de tener mucha atención es complicado.
— Pero no imposible — replique.
Era cierto, Lola era la mejor repostera que he conocido. Sus postres ponen de rodillas a quien sea, incluyendome.
— ¿ cómo haría eso sin estudios? ¿De dónde sacó ese dinero?— Se lamentaba la mujer en mi cocina.
— Si me estás diciendo esto es por que quieres ánimos y lo has estado pensando, así que dejaré de cosas. Podemos idear un plan.
— ¿Podemos? — preguntó atónita.
— Todo por la mejor niñera del mundo.
Me levanté de mi silla alta para abrazarla y lo hice, en ese sino mi intérfono y me imaginé que sería Mónica, Lola me separa de su cuerpo para verme mientras toma mis hombros.
— Eres la mejor mujer que he conocido en mi vida— su voz sincera me desarmaba.
— Nada de eso, la mejor eres tú, me has salvado el culo muchas veces con respecto a Luciano lo que más quiero es ayudarte a cumplir tu sueños.
A mi amiga le acudieron las lágrimas rápidamente a los ojos y me volvió abrazar.
Romina Lola saliendo por la puerta y mi compañera y amiga Mónica haciendo gala de su buena onda entro con bolsas de super diciendo “Taraaaaa” —Traje para hacer la cena, la comida chatarra esta bien, pero mi salud no lleva bien ese tipo de dietas— agrega mientras deja las bolsas encima del mesón de la cocina. —Podíamos ir juntas a comprar — arrugue la nariz disgustada por ese hecho. Puede parecer algo muy inocente, pero sabía lo que hacía, querían hacerme la vida más fácil y así era CC y mi mamá con sus muchos tappers en la nevera. Le gustaban ayudarme en exceso y sé que apenas llego a fin de mes con los gastos de Luciano sin embargo no me gusta crear lastima con las personas a mi alrededor no es mi tipo y honestamente lo evitaba. —Me dejaste sola ¿recuerdas? — chasqueo la lengua la lengua, rebatiendo mi argumento. Pero sabía bien que se había agarrado de eso para hacer las compras de una semana. —Me rindo, ustedes son incorregibles. —Cocinas tú, te queda de maravilla cocinar co
RominaDesde antes de entrar a trabajar en la agencia mi sueño era ser una gran publicista, el sueño tuve que guardarlo por las responsabilidades que conlleva ser madre y no por que no pudiera sino porque no podía darme el lujo de dejar mi trabajo, Genoveva es una pésima jefa, pero verla trabajando con sus ideas innovadoras era un lujo que me encantaba ver cada vez que podía, sin embargo sabía que ella en un futuro cercano no me iba a dejar tocar una publicidad, siempre he querido pensar en el porque, luego llegue a pensar que era racista, después me costo entender que así es ella… Genoveva no tiene corazón y lamentandolo mucho yo necesito el empleo.Aún tengo frente a mí al chico que no me deja irme de aquí, necesito llegara la tintoreri en menos de nada por que asi son las cosas con Genoveva.Rapidas y si no no estas haciendo nada y eres una floja.—Buenos días, estoy buscando una agencia de publicidad — el hombre frente a mí me ve de manera amable, pero detallando mi cuerpo.—Allí
Romina Hoy es el gran dia. hoy se veran todas las ideas para hacer la publicidad de FantaLine y estamos mas que nerviosas.Me puse un pantalón de traje con una camisa de seda y una chaqueta que combinara bien con todo, unos zapatos que fueran comodos porque de igual manera me toca trabajar con Genoveva y necesito ser mas rapida que nunca hoy. Nos arreglamos en silencio, la tension era pantente en nuestros rostros esta era una oportunidad de oro que no se repetiría mas. Quería ganar. Lo necesitaba.—Todo va a salir bien me dice Mon con su cara serena, pero la tensión en sus ojos seguía allí.—Eso espero, nos caería bien el dinero extra sonreí un poco apenada por admitirlo.—Lo se nena, yo igual reimos entre dientes.Monica es una mujer fuerte y decidida que dejo los prejuicios de su vida de millonaria por buscarse la vida, dejo de ser esa niña mimada para luchar por su futuro y todo lo que tiene se lo a comprado con el sudor de su frente. —Vamos a por ello ¿no? — mi cometido era inf
Romina(UN DÍA ANTES DEL GRAN DÍA)Salir temprano del trabajo es algo extraño, pasa cada tres mil años, con ese pensamiento Mon y yo nos encaminamos al metro platicando sobre Nilo, no por primera vez.—No entiendo porque no le das una oportunidad, tiene su empresa y todo y te puede dejar bella las veces que quieras.—No quiero salir con él, no me veo saliendo con un hombre que me dice como combinarse mejor. Ya lo hizo ¿recuerdas?— Es un poco extraño, pero... Es un buen hombre— saco mi amiga su artillería pesada.Nilo se hacía pasar por gay frente a sus clientes por que es bien extraño (dicho por él) que un heterosexual tenga una peluquería, pero ya que él era amanerado y le gustaba la moda aprovechó eso y abrió su propio salón.— Lo es, pero no me atrae y no quiero complicar mi vida aún más y menos ahora que debemos enfocarnos en obtener esa cuenta.—Eso si nena, obtendremos eso… puedo sentirlo en mis venas— mi amiga afirmaba tener poder psíquicos.La gente que pasaba por nuestro lad
ROMINAMonica estaba extasiada por la noticia, la sala se levantó en un murmullo de voces entremezcladas, pero el señor Collins los mandó a callar y la sala volvió a quedar en silencio mientras yo solo lo veía a él sin poder emitir una palabra en mi completo estupor.—En dos semanas comenzaremos a trabajar codo con codo y la semana siguiente viajaremos a Alemania para tener todo listo— Estaba con una sonrisa brillante que podría cegar a cualquiera.Estaba empezando a salir de mi letargo cuando sus palabras las sentí como una bomba de agua fría que cayó encima de mi como el peor de los augurios.— ¿Qué? — articule mas alto de lo que quería.Sus perfectas facciones se vieron estropeadas cuando hundió el ceño.—Se que es pronto, pero necesito que se unan con el equipo de Alemania para hacer el trabajo, su jefa lo explicó hace unos días en la junta de última hora, no todo lo podremos rodar aquí en Estados Unidos— explicó lo que en su momento explicó Genoveva hace unos días y yo estaba ta
RominaAgradecía al creador no ser una mujer blanca para cambiar de color cada tanto dependiendo de la situación, sin embargo me moría de la verguenza.No solo eso pasaba por mi mente cuando llegue a trompicones al baño de damas y me encerre en un cunicilo a punto de hiperventilar.¡Es el!La misma frase y la misma mirada insoldable vieron a Thiago cuando me llamo de manera despectiva.Jason Collins era el mismo hombre de la discoteca…, de aquella noche, de hace años.Mi corazón latía desbocado en mi pecho y sentía el ruido de mi sangre en mis oídos, no podía ver bien a causa de las lágrimas y me sentía sofocada, el aire no llegaba bien a mis pulmones y estaba entrando en pánico cuando Mon hizo acto de aparición como un ángel.—Romi… —escuché su dulce y preocupada voz desde el otro lado.No pude contestar por la falta de oxígeno, pero golpee la puerta en señal de que la escuchaba, de que estaba aquí, que la necesitaba.—Cielo, abreme —su voz era tan dulce que me regalo un requicio de
ROMINA — ¿por qué supones que es buena idea invitar a nuestro jefe a nuestra celebración? — le increpó cuando sabíamos a las escaleras. Como cosa rara el ascensor volvió a estropearse. — ¿qué tiene de malo?— Preguntó mi amiga resollando. Era delgada por genética así que un poco de ejercicio la cansaba rápido, yo estaba acostumbrada a que ese trasto se dañar a al menos tres veces al mes, así que no me importó subir por las escaleras, en ellas me conseguí con la señora Gilmore, vivía un piso más abajo y era demasiado entrometida para su salud. — Romina cariño — saludo dando dos besos en ambas mejillas— me alegra mucho verte, Vi a tu guapo hijo más temprano con Lola — negó con la cabeza en desaprobación— debería tener una figura paterna. — Déjeme que lo piense señora Gilmore, gracias por el Consejo — que no le pedí, terminé en mi mente — debo retirarme. — ¡Oh! está bien... Esta juventud de hoy en día siempre están corriendo — Se fue refunfuñando algo sobre su difunto esposo el señ
ROMINADefinitivamente tenía un mal presentimiento acerca de esta salida con mis amigas, sin embargo acalle mis preocupaciones para revisar las después.Aún no estaba convencida sobre esta noche, aún así me deje arrastrado por la alegría que tenía Mónica en el cuerpo hasta para regalar, primero pasamos por CC y está nos guió en el mismo taxi a un pequeño restaurante de sushi que nos encantaba a las tres.— Pero que divina vienes hoy— me piropea mi amiga CC al salir del taxi y verme detalladamente.Si pudiera se que mis mejillas estarían rojas justo ahora.— Yo la vi cuando me fue a buscar y ¡OMG! — dijo Mon con fingida impresión, llevando su mano al pecho para más drama— está que rompe, la Romi.— Ya déjense de tonterías, me arregle por que ustedes quieren celebrar— terminé diciendo para zanjar el tema.— Sí, claro — chasqueo la lengua — comamos, muero de hambre — CC se gira y entra en el pequeño lugar.Es muy pintoresco y según Carlota es comida japonesa real, no he ido a Japón a dif