Todo es tan diferente ahora, se podría decir que todo marcha bien. Cuando Serenety desapareció me sentí muy sola, me aleje de James, lo culpaba por no hacer bien su trabajo.Vi como enfermaba por mi culpa y ahí me di cuenta de que no siempre podemos salvar a todos. Pasamos una época muy oscura cuando el Alfa perdió su puesto y su hermano lo asumió, ser una omega fue lo peor que podrías llegar a desear, yo tuve suerte James mintió y dijo que me quedaría con él como esclava, apenas podía salir a la calle y si lo hacía James se veía obligado a ponerme una cadena al cuello como si fuese un perro.En casa todo era diferente, pero las dudas volvieron a asaltarme. Era como si volviésemos al principio te quiero pero si me ven contigo lo negaré y te tratare mal.Por más que me explicaba y me demostraba su afecto esa espina estaba clavada muy profunda en mi corazón.Gracias a la Diosa o más bien a Serenety todo cambio, tenía miedo a acercarme a ella, se escuchaba que nada quedaba de la chica q
— Serenety, no vuelvas tarde... si ya sé que eres mayor de edad y todas esas cosas. Pero aún así no me gusta que andes sola por el bosque a altas horas de la madrugada.— dice mi abuela desde su mecedora.Es tan graciosa, la verdad es que está mayor pero no tanto para parecer una abuelita como la Caperucita, y bueno lo del lobo no es incierto del todo ya que aquí las dos somos mujeres lobo.— Abuela no estas tan mayor, vale que tienes casi 300 años pero todavía te falta mucho por vivir, no se a que viene lo de la mecedora y por cierto yo no he dicho nada— respondo sonriendo a mi abuela.Mi abuela no contesta, solo me dedica una sonrisa y continua tejiendo. No sé que mosca le habrá picado si a ella nunca le han gustado hacer este tipo de cosas.Me dirijo hacia la consulta del doctor, hoy es mi último día de prácticas, hoy por fin seré una enfermera de verdad.Paso a la consulta y saludo a la señora Jones ella es una habitual, todos los días viene con una misión. Yo creo que se siente so
Aunque he dormido, mi suelo ha estado plagado de pesadillas, son siempre las mismas las que me atormentan.Hoy hemos desayunado poco, ya que me he dormido y no teníamos más tiempo que perder. Llevamos caminando casi una hora y aún no veo la entrada de la dichosa Manada.La abuela me da una palmadita en la espalda y me señala la entrada, en la entrada hay parados dos guardias. Cuando llegamos a su posición estos nos piden que nos identifiquemos.Les damos nuestros nombres y nos olisquean un poco, unos segundos después nos dejan pasar. Y yo que pensaba que igual nos mandaban de vuelta para casa, qué ilusa.Se ve que hoy la gente está alborotada, hay mucha gente corriendo de un lado para otro. La verdad que esto no me gusta demasiado, no estoy acostumbrada. Mi vida es una vida muy simple, yo diría que hasta aburrida.En mis casi veintiún años de vida, no he ido nunca a un lugar concurrido. Tampoco tenía con quién ir. Me fui de la manada con apenas once años y en el pueblo nunca hice amig
Me levanto antes de que salga el sol, le caliento a mi abuela las sobras de la cena y la espero en la entrada de la puerta.Hoy se está tardando demasiado ya ha pasado un buen rato y no baja, yo no he sido capaz de dormir en la planta de arriba y he preferido hacerlo en el salón.Comienzo a desesperarme, escucho como alguien llama a la puerta, me acerco sigilosamente y miro por la mirilla. Qué boba soy, olvido que aquí todos son hombres lobos y pueden saber si estás o no por el olor.Gracias a la diosa es mi abuela la que está al otro lado de la puerta.— Abuela! Qué haces en la calle a estas horas y yo esperándote... pensaba que estabas dormida. Vamos desayuna algo y nos vamos a casa—— Siento informarte de que no nos vamos, más bien soy yo la que se marcha—— Pero que estás diciendo abuela? Qué es lo que pasa?— pregunto sorprendida.— El Alfa ha cerrado la frontera hasta nueva orden, solo podemos salir de aquí, los que ya tenemos o tuvimos un mate. Y no puedo dejar a mis animales si
— Me estás asfixiando, si no te importa...— digo un poco sofocada por la situación.Él se separa de mi pero no lo que a mí me gustaría ya que sus manos siguen pegadas a mi cabeza, en ese momento veo como él me mira de arriba abajo escrutando cada detalle de mi cuerpo.Lo observó yo también en silencio, no se puede decir que no es guapo y atractivo porque mentiría. Ante mi tengo a un hombre moreno de ojos azules con betas doradas, cuerpo de dios griego y altura considerable.Ese cuerpo me hace sentir inferior a su lado, no es que yo me considere fea, creo que no estoy mal. Soy rubia de ojos castaños, piel clara y un cuerpo más bien delgado. No tengo demasiadas curvas pero tampoco soy un palo. El único inconveniente es que me debe de sacar al menos treinta centímetros de altura.— No sé si eres una imprudente o simplemente eres temeraria... no sabes cuánto tiempo llevo buscándote y cuando te encuentro huyes de mi—dice chasqueando la lengua.Quita una de sus manos y la pone sobre mi rost
Me despierto en una habitación, que para nada reconozco esta, está pintada de en color blanco y con muebles negros. La cama es muy grande ya que aunque estire los brazos no llego al centro.Vale que soy pequeña pero no tanto. Me intento levantar pero la cabeza me duele demasiado. Ahora lo recuerdo este maldito me golpeó en la cara. Al menos si me ve débil no me querrá como a su Luna igual no es tan malo después de todo haber sido golpeada.— Veo que ya estás despierta, en unos minutos vendrá el doctor a ver cómo te encuentras.— dice el Alfa sentado en un sillón.Sus palabras consiguen asustarme, de verdad que no lo he visto cuando he despertado.Como el dijo llega el doctor me examina y no ve nada raro, solo una pequeña conmoción por el golpe. Me receta unos analgésicos y reposo relativo.Después de que se vaya me siento en la cama, busco mis botas para poder marcharme.— Dónde se supone que vas?— dice el Alfa autoritario.— A mi casa Alfa, ya estoy mejor no necesito que me cuiden.——
Hoy hace exactamente una semana que empecé a trabajar en la clínica. La verdad es que nunca podría haber llegado a pensar que me podría sentir tan realizada. Y más en un sitio como este.Me he resignado y aceptado que no podré volver a la casita del bosque, pero ya no lo veo tan mal, ya que la abuela se mudará a la Manada en una semana. Ella dice que últimamente se ciernen muchos peligros en el bosque.Yo no he escuchado nada sobre ningún peligro, por lo que creo que más bien se siente sola y me echa de menos.Le he dicho que puedo vender la casa si es demasiado grande para ella y comprarle una más pequeña. De todos modos yo no la utilizo y este Alfa no me permite vivir en otro lado. Ahora ya es decisión de ella lo que hacer con la casa. Total a mí no me trae buenos recuerdos y no me importa deshacerme de ella.Mañana tengo que empezar a entrenar el doctor no tuvo otra mejor idea que decirme que ya estaba totalmente recuperada delante del Alfa, por lo tanto mañana no me puedo librar.
Una vez vuelvo a la realidad me pongo las braguitas a toda prisa, esta vez la he liado pero bien. No tengo tiempo de ponerme los pantalones ya que Caleb tira la puerta de un golpe.Este me mira de arriba abajo, no tengo manera alguna de escapar, se acerca lentamente hacia mi aprisionandome contra los fríos azulejos.— Desde que has aparecido en mi vida no has hecho otra cosa más que contradecirme y desafiarme. He sido paciente no te he obligado a nada, no te imaginas las ganas que tengo de follarte y tú te pasas aquí a tocarte, que es lo que debo hacer yo ahora?— dice mientras su lengua recorre mi cuello.— Yo... yo lo siento —respondo con la voz entrecortada.— No vuelvas a hacerlo, la próxima vez no me voy a contener, creo que ya has colmado mi paciencia... y ahora sí me dejas solo voy a darme una ducha...—No me muevo me he quedado clavada en el suelo, veo como se quita la última prenda de ropa que cubre su cuerpo y mi cara se enciende. Salgo del baño a toda prisa y me meto en la c