―Entiendo que tengamos que venir a ver cómo está todo en la manada de Los Desterrados―dice mamá y beta de la manada, quien me mira con una ceja levantada y yo me pongo a arreglar unos documentos en mi escritorio improvisado dentro de la carpa que hace la función de casa de la manada.
Y es que la insólita manada de Los Desterrados, mi responsabilidad, tiene menos de tres meses de haberse fundado. Es una especie de manada nómada que hasta ahora ha acantonado en los límites de la manada Luna Escarlata, territorios en los cuales soy Luna.
Hay tantas cosas qué hacer por aquí y sin embargo tenemos que esperar a que pase el juicio para poder organizarnos tanto aquí como en la manada Plata, donde también soy alfa por derecho de nacimiento, ya que soy la primogénita de su último líder, quien ahora se encuentra en una mazmorra por ser el tipo más odiado del mundo de los lobos.
Y pensar que hace solo unos tres meses atrás, yo, Bianca, vivía en una casa de acogida con mi cuidador, Richard, mi tío materno, quien me ocultó en el mundo humano, para evitar que mi padre, el alfa Einar, me capturara y utilizara cada minúscula gota de mi sangre para conquistar el mundo de los lobos.
Y aquí es donde cabría decir un gran ¡Buajajá! O el clásico sonido de un órgano, algo así como un “tan, tan, tan, tan”, como si me encontrara en una película de terror, de no ser porque es la pura verdad, que mi madre le hizo jurar a mis tíos que me esconderían, solo para que mi padre no me encontrara.
Ajá, este es momento de esa pregunta de por qué mi madre querría ocultarme de mi padre.
Pues la respuesta es algo horrible, porque no soy una loba común y corriente y ya, hija de un par de omegas o, en mi caso, de una beta y un alfa de linaje antiquísimo.
No, esa no soy yo, porque resulta que mi madre tampoco es que sea una beta cualquiera.
Ahí donde la ven, con esa melena castaña rojiza y esos ojos grises azulados, con su cara inocentona y tal, tiene un linaje beta más antiguo que el linaje alfa de mi padre, es más, la casta beta de mi madre es tan antigua, que ha podido ganarse el respeto en la comunidad lupina a lo largo de los años.
Y no solo eso, porque su sangre tiene, además, un linaje antiquísimo de brujas, gracias a su abuela. También tiene sangre de vampiro y humana, aunque no sé qué tanto pueda ser de valiosa la sangre humana o vampírica en todo caso, aunque, lo que sí sé es que hay una profecía acerca de ella y de mí.
Y es la razón de mi nacimiento como una alfa con sangre antiquísima de las cuatro razas, a la cual se ha unido el linaje alfa de mi padre.
Tampoco es que el todo poderoso ex alfa de la manada Plata me quisiera como a una hija, porque en su mente retorcida buscó a otros alfas de sangre tan antigua como la suya, como por ejemplo, el padre de Kieran, el alfa padre Kyle, o Aren, alfa de la manada Media Noche, quien se ha quedado al final con mi madre, quien está curando su dolido corazón, después de todos los años de encierro que tuvo en las mazmorras de la manada Plata, justo donde mi padre la dejó junto con mis hermanos gemelos Adal y Alán, quienes nacieron en cautiverio.
Sí, la vida de mi familia o la mía no ha sido para nada sencillas.
―Lo que no puedo entender es por qué no fuimos directo a Luna Escarlata, donde de seguro te debe estar esperando Kieran―recalca y ahora se para frente a mí para que no pueda evitar responderle directo a la cara.
Kieran, mi pareja destinada, es otro tema del cual no quiero discutir precisamente con mi madre, porque es… la verdad es que da vergüenza hablar de mi vida íntima con ella.
Y es bastante raro, además.
―Siempre he respetado tu relación con Aren, ahora que eres su Luna―le digo, tratando de hacerle entender que se está metiendo en terreno peligroso―y creo que me guardaré mis motivos para no ir directo a la Luna Escarlata, mamá―agrego, con toda la intensión de que deje el tema por la paz.
¡Vaya que las madres son bastante metiches!
Sé que debo estar agradecida por haber encontrado viva a una madre que me había resignado no ver en la vida y lo estoy, en serio que lo estoy, pero eso no significa que me guste esa manera que tiene de volverse una especie de conciencia que no necesito, porque para eso tengo suficiente con Niebla, mi loba interior, que ya me ha reclamado hasta el cansancio por haberme ido corriendo de Luna Escarlata, justo cuando me di cuenta de que estaba entrando en mi celo.
Exactamente en el mismo estado en que se debe encontrar Kieran en este momento o, al menos espero que ya se le haya pasado, como a mí, gracias a Dios.
Sí, en celo, como cuando dos lobos se encuentran en el estado en el que pueden procrear. Es decir, Kieran y yo estábamos en capacidad de tener un cachorro y sí, ambos somos adultos y entre ambos tenemos tres manadas y la vida resuelta, si se quiere ver así.
Pero no estoy preparada.
Y es que simplemente no puedo tener un bebé todavía.
A ver, cómo lo explico.
Hasta hace unos tres meses, yo era la futura estudiante de derecho, gracias a una beca que me gané. Luego fui traída a mi realidad, donde resulta que tuve que enfrentarme a mi padre, quien intentó raptarme dos veces, incluso se enfrentó a diecisiete alfas solamente para tenerme entre sus garras.
Y desde entonces he adquirido algunas cosillas, por ejemplo, he conocido mi verdadero poder, capaz de curarme y que todos a mi alrededor sanen, sin contar con que mi sangre alfa, al unirse con la sangre de otras razas tan fuertes, me hacen superior a cualquier lobo, incluso a algunos alfas.
También está el hecho de que hasta hace poco llegué a la mayoría de edad, derroté a mi padre en combate ceremonial, yo misma, con mis propios piecitos o patitas, en todo caso, y pude liberarme del cuartel que Einar tenía en medio de las montañas en la manada Plata.
También está el tema de Los Desterrados, a quienes también represento por aquí.
Y no he sido educada para eso, para ser alfa me refiero, como la mayoría de los alfas primogénitos.
Ni siquiera estoy preparada para ser loba, en todo caso, porque no me crie como tal. En mi alma sigo siendo humana, por más que ame mi nuevo mundo.
Simplemente, no estoy preparada para adquirir una responsabilidad tan grande como ser la madre de un cachorro que heredará más de lo que yo puedo manejar en este momento.
Por lo pronto debo concentrarme en Los Desterrados, que están felices de que yo sea la voz de todas sus inquietudes, que son muchas porque jamás han tenido una manada que haya durado más de un año y eso, por lo que sé, ha sido por el sabotaje que han recibido por mano de las propias manadas y no es mentira, porque lo he escuchado decirlo de los propios alfas, que temen que una manada como esta se cree, ya que los consideran la escoria de la sociedad de los lobos, que se encargan de asechar a las manadas para robar y asesinar.
―Pues, no lo digo solamente por Kieran―me dice, todavía en modo "mamá" y respiro profundo―sino por esos alfas que han demorado tanto en reunirse para juzgar a Einar―me dice y yo trago en seco―solo te recuerdo que están aquí por ti, quien solicitó que fuera juzgado por sus pares y eso, cariño, te incluye en la lista.
―Solo quería ver cómo estaba todo por aquí, ya sabes, es una manada nueva y tal―le miento como una bellaca y ahora me río por haber pensado en esa palabra que pareciera sacada de una película de piratas o algo así.
― ¿Dije algo gracioso? ―me reclama mi madre, porque de seguro cree que me burlo de ella.
―No, mamá y sí, tienes razón, debo volver lo más pronto posible a Luna Escarlata, es solo que todo por aquí está patas arriba―le comento y le abrazo los hombros, algo de lo que nunca me cansaré de ahora en adelante, por todos los cariños y arrumacos que no pude tener durante toda mi vida, gracias a Einar y su endemoniada obsesión.
Siempre me consideré huérfana y la idea de una madre es... pues, no tengo las palabras para describirlo.
―Solamente te recuerdo que todos están aquí por ti y que muchos te acusan de tener que perder el tiempo, ya que tú misma pudiste haber acabado con todo esto, mientras le hincabas los colmillos en el cuello―me dice y me devuelve el abrazo que le estoy dando y hace un esfuerzo por ponerse de puntillas y darme un beso en la coronilla, lo cual me hace sonreírle―ya sabes que puedes contar conmigo siempre que lo necesites, así que no debes preocuparte tanto de cómo van las cosas por aquí, ya que me quedaré para vigilar que todo esté bien.
Entonces la miro con detenimiento todo lo bonita que es y sé lo que está pensando, que tengo que comportarme como una loba adulta y asumir mis responsabilidades, pero prefiero estar todo un año en celo y huyendo de Kieran o que me pusieran a cargo de otras tres manadas más, a tener que juzgar a Einar, porque es lo más difícil de hacer en toda mi vida.
Sí, sí, ya sé, todo el mundo debería decir que es sencillo lo que hay que hacer allá en el juicio de Einar, dar un veredicto de culpable para un hombre o lobo que manipuló a mi madre para hacerla su Luna, solamente para que me procreara y tomar mi sangre para convertirse en el mítico rey alfa.
De eso y de que encerró a diecisiete alfas en su gran salón para asesinarlos con un ejército invencible, capaz de curarse por sí mismo, gracias a la Esencia de la Bruja, una pócima cuyo ingrediente principal era la sangre de mi madre y mis hermanos.
No conforme con eso, atacó todas las poblaciones de desterrados e, incluso, manadas completas, solamente para agrandar su ejército y volverse el lobo más poderoso, además del único alfa en pie.
Entonces, ¿por qué yo debería tener algún tipo de compasión por ese hombre que trató de secuestrarme dos veces, que solo quiere utilizarnos a mí y al resto de mi familia para su propio ejército y acabar con el mundo de los lobos tal y como lo conozco?
Porque en el fondo y a pesar de que lo he renegado hasta el hartazgo, Einar, alfa de la manada Plata, el ser más malvado del planeta sigue siendo mi padre, uno que no conocí y mientras me la pasé toda la vida creyendo que era huérfana, siempre quise conocerlo y saber todo sobre él y nadie me podrá quitar la sensación de que el juzgarlo o asesinarlo está mal.
No puedo ser yo quien lo asesine.
Es mi padre.
―Lo sé, mamá y te lo agradezco―le digo con un suspiro―supongo que al mal paso hay que darle prisa y que no puedo postergarlo todo, solamente porque me he vuelto una cobarde de repente―agrego y mi madre se burla de mí y me despeina la coronilla.
―Perdón, Bianca, mi querida Alanna―me dice y me da un beso en la mejilla―tú podrás ser terca y malhumorada de vez en cuando y eso no lo puedes evitar, después de todo, eres una alfa―me indica y yo me sonrojo un poco―pero jamás serás una cobarde por no querer volver a Luna Escarlata, ya que te esperan decisiones difíciles, de esas que vuelve de gelatina al más valiente de los alfas―termina de decir y siento que hay varias bruscas en mis ojos y las lágrimas quieren salirse.
― ¿Ya hoy te dije que te quiero? ―le señalo con cierto temblor en mi barbilla y ella me vuelve a besar.
Tal parece que las madres saben leer el alma de sus hijos.
―Por supuesto que sí, pero puedes repetirlo―me dice y me da otro beso―son de las cosas que no me cansaré de escucharte decir.
―Te quiero, Luna Adara, mi mamá―le digo con un suspiro, y la suelto para ir a enfrentarme con el mundo de los lobos.
―Ya estamos listos para acompañarla, mi alfa―me dice uno de los que ahora considero de mis mejores hombres dentro de la manada de Los Desterrados, Bersi, quien fue a uno de los que liberé en las mazmorras de la manada Plata, cuando rescaté a mi madre y mis hermanos. Larga historia. ―Creo que iré sola esta vez―le digo, pero siento que de alguna manera lo he ofendido, así que añado―creo que es mejor que te quedes cuidando a la beta, mientras no esté, ¿te parece, Bersi? ―le pido y él suspira, así que prosigo―Luna Adara necesita verificar que las raciones lleguen a tiempo a todos los lobos y ya sabes las discusiones que se pueden producir por aquí―le recuerdo y él lo medita un poco. Es verdad, según me comentó Kyle hace unos días, le resultó muy difícil controlarlos, a pesar de su voz de alfa y de la ayuda que tiene con los lobos que han prestado otras manadas. Y hoy, el día en que todos los alfas se reúnen para juzgar a Einar, no puede estar por aquí, ya que Kieran lo necesita, al igu
Los dos lobos negros están ahora con el rabo entre las patas, los cual me dan unas ganas inmensas de reír.¡Ja!Hace un rato se veían muy valientes, atacándome sin piedad los tres a la vez, pensando que era una pobre loba indefensa, que podían darme muerte para tomar mi puesto dentro de la manada Plata.Pobrecitos, qué lástima que me dan.Resulta que soy Bianca, la piedra en su zapato y no estoy sola, además, porque tengo el apoyo de tres manadas y una de ellas es la más salvaje de todos, Los Desterrados, gente temida en el mundo de los lobos, quienes detestan a los alfas en general.Algunos de ellos están transformados en lobos, otros, como mi madre y su ahora nuevo ayudante, Bersi, permanecen humanos.Y ahí, detrás de mí, están tres alfas de linaje muy antiguo, quienes se han preocupado por mí desde que me introduje en toda esta locura del mundo de los lobos.Kieran avanza y pasa por mi lado y en dirección al tal Ezra, quien tiene ahora las orejas hacia atrás, ante su gruñido feroz,
“Te diría que es verdad, Bianca, pero estoy más que seguro que el hambre habla por ti”, me contesta Aren, pero no lo dice molesto, más bien es una de sus tantas bromas. Él se transforma y acerca a mi madre y le da un beso, lo que me sigue resultando repulsivo, a pesar de las dos semanas que tengo de verlos hacer lo mismo.―Creo que ya están retrasados, amor―le comenta mi madre a Aren y luego me mira directo a los ojos―yo me encargaré de todo por aquí, ahora que Bersi me está ayudando, así que se pueden ir tranquilos, no creo que esos dos vuelvan por aquí―me dice y ahora siento que estoy dejando a mi manada sin nada de protección y no es que sea la gran alfa y tal, pero sí que puedo ser la horma del zapato de esos dos grandes cobardes que se acaban de escabullir por el bosque.―Te prometo que regresaré en cuanto pueda, Luna Adara―le digo, aunque me encantaría decirle mamá delante de todos, pero estoy segura de que eso le generaría las ronchas que no necesita en este momento que debo ab
La sala queda en silencio por un instante, mientras Einar es colocado en su podio, desde donde podrá hablar y defenderse, si es que en su cabeza loca logra encontrar justificación para lo indefendible.Entonces Dahlia, quien está a la cabecera del concejo, toma la palabra y hace los descargos correspondientes, con acusaciones que van desde secuestro, tortura y atentado contra todo el concejo de la Luna, cuando se reunió en su manada, hasta la crueldad contra su propia Luna y a su sangre, sus hijos.Pero creo que se ha quedado corta en todo lo que ha hecho este lobo en contra de su propia familia.―Objeción―dicen mis hermanos a la vez, cuando entran al gran salón y se acercan a su ahora nuevo amigo Kristoff, justo cuando Dahlia finaliza su disertación―nosotros tenemos más cargos que hacer en contra de este lobo―dice esta vez Adal, quien mira fijamente a nuestro padre, con una rabia tal que me contagia, al igual que a nuestro hermano menor, Alan.Todos los alfas los miran con cierta con
El concejo de la Luna que se está celebrando en la manada Luna Escarlata está conformado por diecinueve alfas, incluyendo a una nueva cara para mí, Ingria, que según le pregunté a Aren mentalmente, proviene de la manada Hydra, la cual se encuentra en los límites del mundo de los lobos de esta región.Es una manada pequeña, que se dedica a la ganadería, algo irónico, considerando que los lobos son unos depredadores, es decir, ¿no se comerán su producto en las noches de luna llena?Sí, sí, es un mal chiste contado por una mujer lobo, además.El punto es que en todo el tiempo que he estado en el mundo de los lobos, he visto cerca de cuatro juicios, incluyendo a este y en el último, que fue en un concejo de la Luna, casualmente, no pudimos llegar a la parte del veredicto, porque fuimos interrumpidos por el despliegue de tropas que hizo Einar para acabar con todos los alfas reunidos ahí.Así que no tengo la menor idea de cómo es que terminan este tipo de juicios o cuál es el siguiente paso
―Pero ¿Quién se supone que son estos nuevos tipos y por qué quieren acabar con nuestro mundo? ―dice Gregos esta vez, quien pasa su mirada de Einar a mí y devuelta, como si yo debería sentirme culpable por no informarles de todo aquello que me ocurrió en el cuartel de Einar allá en la manada Plata.Si hay algo que he aprendido del mundo de los lobos es que no se puede poner la fe en los alfas, como bien me lo dijo mi madre.“Lo cierto es que no les diré nada”, se burla Einar del alfa y da una mirada alrededor de la sala, mofándose de todos, “solo quería exponer la razón de todo lo que hice, que vieran que tenía razones bien fundadas”, se burla de Gregos y de todos nosotros, “tomé medidas extremas, pero los que vienen detrás de mí son peores”.No sé por qué rayos no me sorprende lo que acaba de decir, un clásico si alguien lo pregunta, porque ahora que todo el mundo está interesado en su argumento, ya sabe que no querrán darle sentencia de muerte hasta que confiese, el muy ladino.Pero
La sala queda muda por un instante y estoy segura de que las palabras de Gisli no han caído para nada bien, considerando todo lo arrogante y ególatras que son los sangre alfa. Sin embargo, ahí está la verdad dando vueltas por toda la sala, dejando un regusto agrio en nuestras gargantas, mientras nos golpea la cara. La arrogancia y la egolatría solo nos ha traído desgracias. Esa es la pura realidad. ―Secundo esa moción―dice esta vez Niels―para que ninguna manada tenga que volver a vivir lo que nos ocurrió a todos en esta sala, por creer que un alfa tiene la razón por el simple hecho de serlo―indica y esta vez mira a Lars, quien respira profundo y del que estoy segura de que entiende, porque toda su manada tuvo que huir hasta Luna Escarlata. ―Entonces, visto lo visto, quisiera saber quién está de acuerdo en la compensación―dice la alfa presidenta. ―Un momento―dice esta vez Engla―no hemos establecido cuál sería la compensación para Alanna y su familia―agrega, pasando su mirada entre
Con la noticia que nos acaba de dar el tal Enkin y lo que dijo Kyle, solo nos queda hacer el concejo del alfa que estaba pendiente, luego que todos los alfas del concejo de la Luna se fueran a sus diferentes manadas, porque, con eso de que han formado toda una investigación con eso de los Hijos de Selene, pues, solamente les faltaba conocer que existe una amenaza más. Y cuando bajo de mi habitación ya cambiada, luego de mi transformación en las mazmorras, llego hasta el despacho de Kieran, donde todos los miembros del concejo están aquí, en el despacho del alfa, con Kayra y Velkan, a los cuales no había visto en todo el día, Ketin, Maikan y Richard, quienes son los concejeros de Kieran y de algún modo míos, también, con eso de que necesito todo el apoyo del mundo, al tener el doble de responsabilidades, con una manada que no tiene siquiera gente para dirigirla. También está Aren, quien puede decirse que es mi padrastro y la persona que se ha ganado un puesto en este concejo, el de l