Volviendo al momento presente, Vincenzo y Dana estaban aún abrazados en la puerta de neonatología. Ella acariciaba dulcemente la espalda de su esposo quien necesitaba, claramente, consuelo. En ese momento no había muchas palabras para decir, pero la sola presencia de su esposa, sentir que estaba a su lado a pesar de todo lo reconfortaba en su alma._ Todo saldrá bien, tu hijo, nuestro hijo estará a salvo _ cuando ella pronunció esas palabras el mundo de Vincenzo de desmoronó por completo, pero sintió que una montaña gigante era quitada de su espalda._ Mi amor, ¿lo aceptas a pesar de todo? _ preguntó aún algo incrédulo por la actitud de su esposa._ Claro que lo hago, él es un pedazo de ti, sangre de tu sangre, ¿cómo podría rechazarlo? Es un ser inocente, jamás le haría lo que mi madre hizo conmigo, Vin, yo te amo, y por eso amos a tu hijo y ahora lo considero mío también _ el hombre fuerte abrazó con intensidad a su Dana, ella era la mujer más maravillosa del mundo sin lugar a duda.
Alessa, era la hija adorada de Lautaro Mitre, el empleado más fiel y confiable de Demetrio Corpa, esta sabía demasiado y esa era la razón por la que nunca permitiría que su hija se acercara a ese despreciable ser. Lo que Lautaro nunca consideró es que él era igual de despreciable ya que sabía todo lo que el otro hacía y jamás intentó ayudar a esa pobre mujer.Pero Alessa no era su padre, ella consideraba que había cosas imperdonables y lo que estaba escuchando era una de ellas. Sabía bien que, si intentaba ayudar ahora, ambas estarían en grandes problemas, pero no pensaba quedarse de brazos cruzados, también sospechaba que su padre estaba al tanto de todo, ya que lo había visto servir alimentos para alguien que ella no conocía desde que era una niña, lo que le causaba aún más horror ¿Cuántos años llevaba esa pobre mujer ahí?Ella, sigilosamente se alejó del lugar, debía esperar a que ese monstruo se marchara, debía esperar a que su padre se descuidara y los demás sirvientes se durmier
Dos días después, en el último piso del imponente edificio de automotrices Corpa una intensa conversación se llevaba a cabo. Vincenzo escuchaba atentamente todo lo que esos hombres decían y ante cada afirmación su asco aumentaba más y más, no podía entender cómo es que esa mujer fuera un ser tan despreciable, al parecer todo había sido estrategia suya._ Señor Corpa, no solo quiero conocer a mi hija e intentar recuperar el tiempo perdido, también quiero hacer justicia por ella _ declaró de repente Fabio cargado de dolor, pero también de un profundo odio hacia la mujer que amo en el pasado._ Lo entiendo, tengo sed de justicia, esas personas no saldrán impunes después de todo lo que han hecho._ Yo no solo quiero justicia, Señor Corpa, quiero venganza, y la obtendré _ el rostro sombrío de Fabio indicaba que hablaba muy en serio, y nadie se atrevió a cuestionarlo _ nadie se mete con lo mío y sale ileso, le puedo asegurar que tengo los medios para conseguir todo lo que quiero _Vincenzo
En una pequeña casa ubicada en uno de los barrios marginales de la ciudad dos mujeres se refugiaban espantadas por el miedo.Tras el arresto de Anahí, tanto Melina como Mariana consideraron que ellas saldrían, como estaban acostumbras, pero al llegar a casa y ver las noticias descubrieron que ellas eran buscadas también por la policía. Desesperadas juntaron algunas cosas y huyeron del lugar. Utilizarían sus joyas de gran valor para obtener algo de dinero y planear su regreso triunfal._ Mamá, lograste hablar con ese inútil de papá _ dijo Mariana bastante molesta por el tiempo que habían tenido que permanecer allí, aunque solo habían sido algunos días, para ella ese tiempo era una eternidad al no estar acostumbrada a vivir en esas condiciones._ No, ese infame no me contesta el teléfono, espero que se haya muerto, porque de lo contrario lo mataré yo misma con mis propias manos _ Mariana solo observó a su madre con algo de fastidio, ella siempre hablaba de esa manera.Melina solo pensab
Fabio Campos caminaba de un lado al otro en la gran habitación de hospital en la que se encontraba. La noche anterior había recibido una llamada que le indicaba que ese mismo día podría, por fin, conocer a su hija y eso le causaba demasiada ansiedad y algo de preocupación. No estaba seguro de la manera en la que sería recibido por ella. En realidad, estaba aterrado, no estaba seguro de si ella lo aceptaría, si no le reprocharía por dejarla sola, si no lo culparía por todo el dolor que su madre le hizo vivir.El momento de verla al fin se estaba acercando y a Fabio no le quedaba otra que salir a su encuentro, si todo le salía bien, estaría ganando una hija y una nieta nueva, y esperaba, en su corazón, que ese fuera el resultado.Con pasos dudosos caminó hacia la puerta y tras atravesarla sus pasos se apresuraron hacia la puerta del hotel. La reunión sería en la villa de los Corpa, ya que pretendían que todo fuera lo más discreto posible.En un auto de lujo Fabio se encaminó hacia la ca
De manera apresurada un auto se encaminaba hacia el pequeño hospital en el que se encontraba la mujer que había sobrevivido el horror y ahora esperaba poder contarlo.Ignacio nunca esperó volver a escuchar ese nombre, nunca pensó que ese pasado volvería y menos que lo haría de la manera en la que lo estaba haciendo, pero, ahí, a su lado, se encontraba una niña que le había traído de regreso a su primer amor a su vida._ ¿Cómo la conociste? _ fue la primera pregunta que se atrevió a realizar._ Es un poco difícil de explicar _ dijo la jovencita con la cabeza gacha y jugando con sus dedos, estaba increíblemente intimidada por esa presencia avasalladora que tenía a su lado._ Comienza por el principio, necesito saber ¿qué es lo que está ocurriendo? __ Vivo en una villa a las afueras de la ciudad, mi padre es empleado de confianza de… _ estaba temerosa, el solo pronunciar ese nombre le causaba pavor _ ese hombre es un miserable, un ser malvado y despiadado… yo la escuché gritar y me acer
El hospital municipal era pequeño, a él solo asistían las familias aledañas, todas ellas de escasos recursos, por lo que ver el movimiento vehicular que ocurrió esa misma tarde noche, llamó poderosamente la atención de todos los que allí se encontraban, que eran bastantes personas ya que ese era el único hospital público de la zona.Con su gran elegancia, Ignacio bajó del auto e incluso ayudó a bajar a la Alissa, luego ambos se encaminaron al interior del lugar, era importante ver, lo antes posible, a Camila. Caminaron por el lugar siendo observados por todos, en pocos minutos estaban frente a la sala común en la que se encontraba la mujer, que esperaba ansiosa esa visita._ ¡Ignacio! _ pronunció la mujer con voz trémula _ ¡Viniste! _ dijo luego, con sus ojos anegados en lágrimas.El hombre la observó por un momento sin poder creer que la persona que tenía frente a sí era su Camila. La había añorado por años, la había extrañado y se tuvo que obligar a olvidarla, y ahora la volvía a en
Era la noche de un día común para la mayoría de los mortales ordinarios que atraviesan el mundo. Todos iban y venían de un lugar a otro, salían de sus trabajos nocturnos, compartían momentos en familia, cuidaban de sus seres queridos o simplemente continuaban como siempre con las rutinas que eran sus vidas.Todo era igual, menos en el hospital privado y más lujoso de la ciudad. Todos los presentes, que no eran demasiados a esa hora estaban severamente asustados por la aterradora presencia de hombres armados ingresando al lugar, entre ellos venía uno que parecía ser un doctor por la forma en la que hablaba. Su objetivo era la sala de neonatos, lo que causaba aún más revuelo por el destino del pobre bebé, o los bebés que fueran buscados por estos seres despreciables.Murmullos se escuchaban, y luego las puertas se cerraban de golpe, con la intención de no ser vistos o siquiera escuchados por los maleantes, nadie se atrevía a dar la cara, ninguno de los testigos tenía el valor de enfrent