Dentro de la zona del Horizonte Dorado, el paisaje era encantador. El sol brillaba intensamente, iluminando los alrededores donde crecían exuberantes arbustos. A lo largo de los caminos que conducían al vestíbulo del hotel, las fuentes musicales lanzaban columnas de agua acompañadas de elegantes me
La persona que dijo esas palabras fue Triana.Tomada del brazo de Uriel y, con una expresión burlona en su rostro, se acercó a Xavier.Xavier parecía no escuchar. En su rostro inexpresivo se podía percibir frialdad y desinterés. Sin embargo, su indiferencia solo avivaba más el ánimo de Triana.—Xavi
Esa frase hizo que la expresión de Triana se volviera fría al instante. ¿La capitana Zumbado realmente dijo que Xavier era su amigo?Xavier también se sorprendió un poco. Obviamente, no esperaba que Valeria hablara por él.—Capitana Zumbado, ¿acabas de decir que ese inútil es tu amigo?Triana levant
—¿Él? —Uriel abrió los ojos, sorprendido.Cuando se dio cuenta, sacudió la cabeza con una sonrisa y dijo: —Capitana Zumbado, por favor, deja de bromear.—Exacto, ¡es imposible que sea él! —Triana lo negó rotundamente, mostrando un desdén intenso en su tono—. ¡No le tocaría a él ni aunque todos en l
—¿Hija, por qué están tan emocionados?Paloma los miró a los dos, confundida por su excitación.—Mamá, por supuesto que estamos emocionados. No sabes lo que ha pasado. La señorita Serrano vio que nos cuestionaban a Uriel y a mí y decidió adelantar el anuncio de los representantes —le dijo Triana, ap
El lugar entero quedó en silencio. Todos habían percibido el tono burlón en las palabras de la señorita Serrano. ¿Quién iba a pensar que la señorita Serrano estaba jugando con Uriel a propósito? Y ese joven llamado Xavier, ¿por qué su nombre sonaba tan familiar? ¡Ah, sí! ¿Ese chico no era aquel que
—¿Nos… está vetando?El corazón de Triana dio un vuelco mientras miraba incrédula a Beatriz, con los ojos bien abiertos. —Señorita Serrano, ¿de verdad no está bromeando?—¿Mi expresión parece la de alguien que está bromeando?Beatriz la miró fríamente. La repugnancia en su rostro era evidente.Trian
—¿No estás de acuerdo?Los ojos fríos de Beatriz se posaron en Triana. —No, no estoy de acuerdo —protestó Triana en voz alta—. No he hecho nada malo, ¿por qué debería ser vetada?Al escuchar eso, Uriel se asustó tanto que casi se desmoronó. Rápidamente le ordenó a Triana que se callara: —¿Sabes co