Beatriz abrió los ojos lentamente. Sintió que un afilado cuchillo le estaba presionando con fuerza su garganta. Pronto recordó lo que había sucedido en el estacionamiento momentos antes. Se dio cuenta de que la tenían bajo su control. A pesar de eso, su respiración seguía siendo tranquila y su rost
Crriiiiiii. La daga se clavó. Surgió entonces el aterrador sonido de la hoja perforando el pecho, penetrando la carne y el hueso..Xavier frunció ligeramente el ceño por el agudo dolor. La sangre fluía a través de la herida.—¡No!Los ojos de Beatriz se volvieron rojos instantáneamente. No esperaba
Beatriz ya no pudo soportarlo más. En ese momento, su corazón se derrumbó por completo. No quería ver a Xavier arriesgar su vida para salvarla.—¡Tonta! ¿Qué tonterías estás diciendo? Eso no va para nada con tu personalidad.Xavier miró fijamente a Beatriz con lágrimas desbordándose de sus ojos, y s
Con un brutal golpe que derribó a Juan, Xavier se apoyó con gran dificultad en la mesa para evitar caer. La explosión repentina de energía en su cuerpo aceleró por completo la pérdida de sangre de sus heridas, y comenzó a notar que su visión se volvía borrosa.Se apresuró a acercarse y desató a Beat
—¿Estás… sangrando?El corazón de Beatriz dio un vuelco total, su voz temblaba incesante al preguntar.—Solo es un rasguño, no es gran cosa —respondió Xavier con indiferencia.—Xavier, no me mientas…Beatriz estaba pálida, con el corazón apretado. Sabía que no podía ser tan solo un rasguño. Xavier h
—Beatriz… ¿puedes decirme la verdad? ¿Hubo alguna razón especial para lo que pasó hace siete años?Xavier movía sus labios con gran dificultad, su voz apenas audible, como si pudiera desvanecerse con el viento.—¿Lo que pasó hace siete años?Beatriz se quedó perpleja por un breve momento, luego comp
—¿Dónde… dónde estoy? ¿Acaso... estoy muerto?En un espacio caótico, la débil voz de Xavier sonaba suavemente. Sentía su cuerpo muy ligero, tan ligero como un globo sin peso alguno, flotando en el aire.Intentaba abrir los ojos. Pero, a pesar de su gran esfuerzo, sus párpados seguían tan pesados com
—La señorita Serrano está bien. Por favor, descansa bien primero, estás bastante herido —dijo Valeria mirando fijamente a Xavier con gran preocupación en su rostro. Decidió no revelar la verdad por ahora.—¿Estás seguro de que está bien?Xavier frunció levemente el ceño: —Capitana Zumbado, sé que me