—¿No habré acertado de verdad?Sonia miró a Xavier, cuya expresión estaba muy tensa, y no pudo evitar inhalar profundamente. En ese momento, ella solo estaba haciendo conjeturas al azar. —Jaja, ¡¿cómo es posible?!Xavier sonrió bastante incómodo y dijo: —Yo también quisiera...—Humph, ¡no se te pe
—¿El asunto sobre mi expediente?Xavier se sorprendió por un momento, pero rápidamente entendió lo que Valeria estaba diciendo. Parecía que esa mujer había estado revisando su expediente personal.—Así es.Valeria miró intensamente a Xavier.Cuando no se encontraba información, generalmente había so
—¡Señorita Serrano!Uriel y Triana vieron a Beatriz y Carmen llegar a la puerta del hotel y fueron a recibirlas de inmediato.—¿Por qué aún no se han ido?Beatriz frunció el ceño de inmediato.Triana, frente a la mirada fría de Beatriz, se quedó sin palabras por un momento, sin saber cómo responder.
—Capitana Zumbado, ¿a dónde me estás llevando?Xavier estaba sentado en el asiento del copiloto de la camioneta, mirando las escenas que pasaban velozmente por la ventana, preguntó.—Tranquilo, solo daremos un pequeño paseo.Valeria dijo, luego agregó: —Por supuesto, si no respondes honestamente a l
—¿El hombre más rico del mundo? ¿Y el líder de ambas partes, militar y políticamente?Al escuchar eso, Valeria abrió los ojos de par en par y casi frenó bruscamente.—Entonces, ¿tú lo crees? —preguntó Xavier con una amplia sonrisa y los ojos entrecerrados.—¡Ni hablar! Si eres el hombre más rico del
Ese era un coche blanco. Había estado siguiéndolas durante algún tiempo.Valeria mostró una expresión ligeramente seria y dijo: —Parece que alguien nos está siguiendo.—¿Siguiéndonos?Xavier se puso en alerta. ¿Cómo era posible que no hubiera sentido la presencia asesina?—¿Ves ese coche blanco detr
Beatriz miró fijamente por la ventana, con una fuerte pesadez en su corazón.—Señorita, el mayordomo ya contactó a la capitana Zumbado, y él dijo que la situación se aclaró con Xavier, y Xavier ya regresó —informó Carmen, entrando en la sala y transmitiendo la noticia a Beatriz.—Bien —respondió Bea
La noche caía lentamente, pero el estado de ánimo de Beatriz aún no mejoraba.Carmen lo notó y mostró gran preocupación: —Señorita, ¿todavía te preocupa la llegada de Félix a Santavilla?—Sí —afirmó Beatriz con un ligero suspiro.—Entonces, ¿planeas regresar antes? —preguntó Carmen. Por un lado, ell