NadinaPreparaba pasta para la cena, Eros trabajaba desde casa. Hace días le dije que no se desligara del todo y mientras yo trabajaba él desde aquí, gestionaba sus pendientes. Desde entonces, no se había desligado de la clínica y me alegra que se ocupe un poco, lo he visto muy pensativo, debe ser porque no puede trabajar para no hacerle enojar. Debo cambiar un poco, por mi error.No me lo perdonaría, fui una egoísta desde el inicio de mi embarazo y digamos que desde hace un tiempo. Ahora que habíamos quedado en la misma sintonía, se me estaba pasando ese fastidio por la familia. Por momentos me sentía estúpida, otras veces avergonzada por mi actuar, la mayor parte consentida y pechichona.He pensado mucho. De mi parte lo he perdonado por completo, al conocer las verdaderas razones de su afán por terminar la clínica, lo amé más y al mismo tiempo me sentí tonta por no analizar y cegarme. Todo era para pedirme matrimonio. Por otro lado, ahora recibía cartas. Puede no decirme mucho la pa
ErosNo me gustaba mentirle a Nadina, por eso desvié el sentir de mi estado era por la llegada de Andy. Pero lo mío era por mi salud. Sin embargo, hasta no tener a mis hijas en mis brazos no le diré nada. Aún no tengo pruebas de haber recaído. Ingresé al auto. Santos y Maco no deben de tardar, máximo en una hora estarán llegando, eso me tranquilizaba y Leonardo quedó atento. Antes de salir le toqué, me dijo que se arreglaría y estaría al pendiente.En todos los exámenes a realizar por parte de Alex, tardaré unas tres horas, por consiguiente, a mi regreso la visita se encontrará en nuestro apartamento. Lo mejor de todo, era que íbamos a comer delicioso mientras Maco se encuentre en la casa. Nadina cocina muy rico, pero Maco cocinaba como los dioses. Llegué a la clínica. El celular sonó, era mi papá.—Hola, padre.—¡Eros! —Su voz era alarmante.—¿Qué pasa? ¿Mamá se encuentra bien? ¿Ernesto y Angélica no les ha pasado nada?—Ellos están bien. Es… ¿Recuerdas la conversación del jueves?, d
ErosMi celular sonaba y sonaba. Terminaron de hacerme la resonancia, al mirar la pantalla era el número de Maco quien timbraba con insistencia.—Hola…—¡Eros! Vamos en camino a la clínica, Andy drogó a Nadina, no está bien se nos desmayó, además respira muy extraño. —Si no tenía las plaquetas bajas, de seguro, ahora se me fueron a pique—. Estamos por llegar, Leonardo se quedó a esperar a un agente, Andy fue herido.—No entiendo… Nadina sabía el peligro si volvía a hablar con él, no podía acercarse.—No la culpes. Hace unos minutos Leonardo nos envió el video y dijo que le puso una trampa. Salvamos a Nadina de quien sabe qué barbarie. Los tres llegamos a tiempo, ahora estamos por llegar a la clínica. No es su culpa, creo que el tío Alejo le pidió a Leonardo ponerle una trampa.» Por eso él salió a realizar su rutina de ejercicios y monitoreó las cámaras penas lo vio tocar la puerta, nosotros estábamos bajándonos del taxi. Todo fue tan rápido. ¡Santos!, deja de conducir como loco. Prim
ErosLimpié sus fosas nasales, la pediatra estaba a mi lado. Al poner a mi pequeña de lado, dio signos de vida; una parte de mí regresó al cuerpo.—Yo continúo, doctor. —Era una mujer veterana, le di un beso a mi pequeña, se la entregué.Los signos vitales de Nadina cambiaron; mientras Ivette era retirada del quirófano, todo se convirtió en cámara lenta. Lo que temía, pasaba. Mi mujer comenzó a sufrir de un paro cardiorrespiratorio. Tanta inteligencia no sirve en ese momento cuando sufres un shock emocional. Alex comenzó a practicarle reanimación cardio pulmonar.—¡La estamos perdiendo, conecten el desfibrilador! —En una fracción de segundo todo cambia, en un nanosegundo mi mente revivió mi vida con Nadina. No existe, ni jamás existirá otra mujer para mí que no sea mi ángel. Ella era mi vida—. ¡La perdemos!—No, no, no, no.—¡Eros salte! —Su respirador emitió ese sonido interminable.—¡Pongan el desfibrilador al máximo! —quité a Alex de en medio, me puse al frente.—Eros…—¡Déjame! —M
JuliánNos entregaron las cenizas en la mañana. Pero los sucesos en Colombia y Estados Unidos arruinaron nuestro sábado. Esa es la verdadera razón por la que adelantamos el vuelo, por eso no alcanzamos a ir al lugar donde Adara deseaba esparcir las cenizas, en cambio, nos tocó llevárnosla con nosotros. Una vez se enteró del incendio, corrió al baño a vomitar. No la ha pasado bien, eso era más presión a su deseo de quedar en cinta.Sin duda, por ahora no tendremos tranquilidad. Nos encerramos en el apartamento donde vivió días muy dolorosos de su vida. El mismo a donde llegué y marqué un antes y un después en nuestra relación. Donde nos llenamos de intolerancia y la ilusión de nuestra vida unida, se fue al caño tiempo atrás. Las maletas esperaban arregladas a un lado de la puerta; en unas horas debemos partir al aeropuerto.—¿Ya estás mejor, Rubia?Nos encontrábamos en la habitación de Juliancito. Todo era azul, con un dibujo precioso, su cuna a un lado…—No. —Le acaricié la espalda, l
Adara¿Por qué no me hacía caso por una vez en su vida?, sería feliz si dejara de ser ese macho alfa. En él era imposible. Julián se puso frente a Alonso. Todos lo conocíamos desde el juicio al solicitar la custodia de Ernesto. Era un hombre delgado, no llegaba a un metro con ochenta, tenía barba, rondaba los sesenta años, para ser un mafioso había gozado de una larga vida o había tenido que ser muy malo.Su hijo se parecía demasiado a él en el físico, pero más alto y mucho más atractivo. No era necesaria una prueba de ADN cuando los rasgos eran innegables. No obstante, en la manera de pensar y actuar, Ernesto era un hombre correcto, familiar, afectivo y honorable. El tío Alejo supo criarlo a lo antiguo. Porque era todo un caballero. Te cede la silla, te abre la puerta del auto. Igual que Eros, eran de la misma escuela familiar. Pero su padre biológico era otra cosa y enfrentarlo de manera directa no era una buena idea. El hombre varios centímetros más bajo que Julián, nos reconoció,
NadinaSeguía somnolienta, quería abrir mis ojos y no podía. Volví a quedarme dormida. Así había pasado varias veces. A lo lejos escuché de nuevo su voz.—Divina, haz un esfuerzo para abrir esos hermosos ojos, quiero verlos.¿Eros? Su voz la había estado escuchando en repetidas ocasiones. En una de esas gritó mi nombre, suplicaba e imploraba que no lo dejara… debía seguir su voz… Y en esta ocasión me propuse seguirlo. Me aferré a él, a esa tabla de salvación que me ofrecía, deseaba verlo. También habló de nuestras hijas, las cuales me necesitaban. ¿Por qué?, habló sobre su… No, no, no. Eso debió de ser un sueño. Su enfermedad quedó desterrada, él no podía recaer.» Eso es amor, intenta despertar. Acabas de mover un poco tus dedos. —Insistí contra la pesadez. Logré abrir un ojo, veía borroso, parpadeé varias veces—. Continúa. Sigue aferrándote. Tus padres llegaron, igual los míos, también David y Blanca. Nuestros amigos ya están viajando desde Italia. Y dos preciosuras quieren conocert
NadinaTodos nos reíamos, a pesar de que algo pasaba en el ambiente. Referente a lo de Fernanda, nadie se metía con ella, nos quedamos mirando la pantalla, se sintió vulnerable. Siempre había mostrado esa coraza de hombre rudo, pero en el fondo tenía un corazón inmenso, gentil y protector. Nunca entendí ese amor a los riesgos. Pero así era él. Amaba la adrenalina.—Los extraño.No dábamos crédito a lo que escuchábamos. Se puso sentimental, cuando estaba recién parida, cuando tenía esta sensación de no sé qué me pasaba.» No llores, Nadi, pero la verdad los extraño: quién iba a pensar que me harían falta los regaños de papá, las comidas de mamá los fines de semana, así mi hermana, cocine más rico. Regresa pronto enana, quiero cargar a mis pequeñas sobrinas.Se quedó callado, nos miró a cada uno. Supimos en ese momento de su dilema para decirnos sin hablar lo mucho que nos amaba. No solo tenía un marido a quien le costaba decirnos las cosas o abrir su corazón, mi hermano era nulo ante e