Mientras estábamos camino a mi departamento, en mi mente aún se reproducía, aquella sonrisa lobuna. Su pantalón negro con su tapado negro, y ese parche, lo hace ver como un ángel oscuro, una figura imponente que atrae las miradas de cualquier persona, sea hombre o mujer; sin embargo, su atención estaba puesta en mí. — ¡Kerianne! ¿Qué te sucede? Desde ayer andas muy callada, distraída. ¿Qué es lo que te tiene así? — pregunta mi amiga, y al parecer, no es la primera vez que pregunta —. Te estamos hablando, pero ni siquiera nos prestas atención, ni fingen con algún sonido, escucharnos. Bajo la mirada, y comienzo a jugar con mis dedos entre sí, sintiéndome un poco rara por lo que estoy sintiendo, lo menos que quiero, es que se burlen de mis sentimientos. No soy cobarde para negar lo que siento, y efectivamente, aunque no me guste la idea, Arturo tiene cierto poder sobre, porque realmente lo sigo queriendo. Puede sonar bastante raro, pero es así. Sin embargo, eso no significa que pueda
ARTURO BRUSQUETTI. Las cosas parecían ir bien, pero había algo que me impedía estar tranquilo. Estaba seguro que abuelo, seguía mis pasos. Vigilaba cada uno de ellos, especialmente, si eso implicaba, la cercanía de Kerianne a mí lado. Era imposible no hacerlo, y me siento fatal por lo que me toca vivir. No puedo vivir lejos de ella, no ahora que tengo, su aroma impregnado en mí. Su cuerpo vibrante, con cada caricia; y no, no necesité desnudarla para saber, que ella siente algo por mí. — Manda un ramo de rosas y un desayuno en la oficina de su hotel — ordeno a Mauricio. Este sin dudarlo, lo hace, pero minutos después llega, con una seriedad. — Señor, me acaban de informar que la señorita Bacab, ha vuelto a Londres — Un silencio nos envuelve, dejándome un poco sorprendido. — Pues entonces, calcula la hora, y mándaselo a su casa u oficina — El hombre asiente. — Señor… ¿Qué planea hacer con la orden de su abuelo? — Pasarla por donde no da el sol — respondo sin titubear —.
Estaba empacando algunas cosas para llevarme al hotel, porque, en definitiva, me estaba quedando allí por el momento, cuando un tono de mensaje, provino del celular. Habían pasado varios días desde que Kerianne se marchó, por lo que se convierten en varios días, desde que no contesta mis llamadas; y al parecer, tenía un motivo. En la pantalla del celular, mostraba una imagen de ella, saliendo de un restaurante, acompañada de un hombre. Un hombre alto y al parecer, con un estatus del mismo nivel en la sociedad. Se encontraban muy cerca, lo cual hizo, que mi sangre se calentara en mis venas. Si seguía alejado, no podría conquistarla, por lo que debía mudarme a la sede de Londres y así, estar más cerca de ella. Me fui al hotel, y me encerré en el pequeño despacho que había dentro de la habitación. Necesitaba terminar con mis quehaceres y marcharme de una buena vez. La conferencia duró casi dos horas, y luego tenía una reunión extra con unos socios. Recién por la noche, pude liberarme c
Todo lo que mostraba el dispositivo era algo, que hacía que mi cuerpo temblara inconscientemente. No me confundan. No estaba aterrado, más bien estaba molesto. Un sentimiento con el que me he familiarizado en estos años. ¿Cómo consiguió la prueba? No tengo la más mínima idea, pero sería capaz de besar a mi guardaespaldas por hacerlo. El video detallaba cada segundo, cada minuto de nosotros juntos, pero no pasó nada. Y a mitad, simplemente, ingresan y se la llevan. Posterior a eso, me doy cuenta de que alguien ingresa y comienza a desnudarme, para posteriormente salir. Siempre tuve en la mente que, entre Kerianne y yo había pasado algo más, pero simplemente no lo recordaba, y al verla inconsciente siendo sacada de la habitación, deduzco que tampoco recuerda nada. Todo esto fue una vil mentira, y con más razón ahora siento culpa por todo lo que vivió, cuando ni siquiera estuvo a mi lado aquella noche. Entonces, ¿Por qué aceptó casarse? Solo sabía una verdad y ella era inocente. Si
KERIANNE BACAB. Tenía que dejarle las cosas en claro. Bastante claro. Me encontraba preparando algunos documentos, estudiándolos para una reunión en unas horas. El trabajo me ayudaba a distraerme, y no pensar, sin embargo, cada tanto, resultaba imposible. Sus palabras se repetían como un puto disco rayado de la pre historia. Ya no quería saber que pasó, aunque ciertamente también lo mande a investigar, ciertamente necesitaba esa verdad, solo que; muy en el fondo me golpeo saberlo. Parece estúpido, pero pese a ser inocente, a no convertirme a su mujer, igual me ha tratado para la m****a, y eso, me tenía en un estado de melancolía. Nunca se atrevió siquiera a cuestionar la situación… «Te dijo que era estúpido» Lo era. Realmente lo era. Me encaminé a la reunión, cuando Natalie ingresó a darme aviso de que ya estaba todo listo y ya se encontraban esperándome. Con la barbilla en alto, me adentré y comenzó mi trabajo. Gracias a los cielos, todo salió perfecto, y todas las partes estab
Nos encontrábamos listas para irnos, y el chofer ya aguardaba por nosotras en la planta del hotel. Me sentía un poco rara, pues hace tiempo que no me arreglaba tanto, o al menos, no utilizaba vestidos de gala. También, mi padre evitaba que asista a estos eventos, según sus palabras por seguridad. La gente sabía que tenía una heredera, más no sabían cómo era; y al ser una hija adoptiva y no tener casi ninguna similitud con ellos, me fue más fácil hacer una vida normal, y lo agradecía. Era mejor. Pero ahora, ya estaba en el escalón más alto, ya he conocido la vida, al menos lo suficiente para ejercer mi labor como presidenta. Una adolescencia normal, una vida universitaria feliz, un matrimonio fracasado, llevándome a conocer el dolor del amor, la pobreza y también la riqueza. Conocí a amistad, conocí el trabajo duro, como empleada y como jefa. He crecido, me doy cuenta de ella, y la madurez que demando es absoluta, pero eso no significa que no cometo errores. Hay días en lo que no ten
Todos estaban emocionados por ver, nuevamente en acción a mi padre, y yo me sentía orgullosa de ello. Orgullosa de tenerlos. Smith se acerca a mí, observándome de una forma inquebrantable, sus ojos tenían burla, pero más que eso, parecía estar seguro. Sin embargo, opto por ignorarlo. — Sé que este evento, es algo sorpresivos para mucho, pero ya que los medios han estado difundiendo información falsa de mi familia, decidimos adelantarlo — dice mi padre, desde arriba. Mi cuerpo comienza a temblar, con cada cercanía del momento —. Muchos saben que tengo una heredera, y creo que es momento de que la conozcan, pues sus enemigos, han hecho hasta lo imposible por ensuciarla. Hija mía — Me llama. Todos los presentes voltean a verme. Puedo vislumbrar a lo lejos, la cara de Patricia y la madre de Arturo, completamente en shock. Cuando llego a las escaleras, los flashes estallan en mi cara, cegándome —. Hope y yo no podíamos tener hijos, por lo que tomamos la decisión de adoptar una, es por
ARTURO BRUSQUETTI. ¿Cómo explicar el miedo atroz que sentí, al verla volar por los cielos? Mi mundo quedó completamente congelado, de tan solo imaginarme que la perdería sin obtener su perdón, y tan siquiera, un poco más de ella. Kerianne no podía marcharse de este mundo, sin enseñarme el concepto de amar. He cometido un sinfín de errores con ella, y perderla no es una opción para pagar por ellos, no cuando necesito su vida a mi lado para vivir en paz. El aire vuelve a pasar con calma, ahora que la veo. Quizás con un poco de golpes, pero viva al final. Sus hermosos ojos redondos me observan con nerviosismo, pero ella no se imagina a la locura que casi entre, cuando cerró sus ojos en mis brazos. Camino con pasos lentos, esperando que no pida que me aleje. Sus ojos se muestran aguados, y temo que sea por mi presencia. — Si deseas, puedo marcharme — Kerianne niega. Asiento ate su respuesta silenciosa y tomo asiento en la silla que se encuentra al lado de su cama —. Estaba preocupa