Hay que admitirlo definitivamente, los niños tienen un buen manejo para provocar a los adultos.Julio miró a Silvia de nuevo, su garganta se movió un poco y sus labios se abrieron ligeramente: —Lo siento.Silvia lo miró, quedándose atónita por un momento. Después de un largo rato, recuperó la compo
El silencio reinaba en el entorno por completo, sólo interrumpido por el susurro de las hojas al ser arrulladas por el viento.Silvia miraba fijamente el rostro de Julio, tan familiar como siempre, sin saber cómo empezar. Al final, sólo pudo decir: —Lo siento muchísimo, ahora mismo creo que...Pero
Silvia se rió fríamente para sí misma, preguntándose una y otra vez por qué Natalia no mencionaba las veces que ella misma había acusado falsamente a otros.Las manos de Natalia estaban manchadas de sangre cuando Julio la llevó al coche y se marcharon. Antes de irse, ella le lanzó una mirada muy tri
Dentro del automóvil, Julio estaba sentado en el asiento trasero. Anoche, había pasado toda la noche en el coche, esperando en vano una llamada de Silvia. Al verla salir, bajó la ventanilla del coche con una expresión de absoluto cansancio.—Sube.Silvia pensó que había regresado específicamente par
La respiración de Silvia se volvió difícil. Tan solo el pensamiento de que anoche, Julio podría haber besado a Natalia también, le produjo una fuerte sensación de náuseas. Apoyada contra la fría pared, extendió la mano y lo empujó con fuerza.Julio sintió como si le hubieran arañado el corazón, le q
La voz burlona y estridente de la mujer hizo que Silvia volviera en sí, su mirada se desvió directo hacia Laura.Laura llevaba un traje normal pero no dejaba de exhibir su escote, con un rostro delgado, cejas muy finas fruncidas y ojos llenos de envidia.Anteriormente, Silvia la había visto varias v
En el frío viento, Silvia llevaba puesto un abrigo, pero aún así sentía muchísimo frío. Eduardo vigilaba las cámaras de seguridad mientras conducía, esperándola en el lugar más cercano a ella. Pronto, vio a la mujer caminar directo hacia él, con una figura notablemente más delgada. Eduardo salió de
El guardaespaldas seguía muy de cerca a Silvia, y dado que el coche de Eduardo era un taxi, no le dio mucha importancia alguna y respondió sinceramente: —La señorita Orellana acaba de tomar un taxi, parece que va en dirección a villa Oasis.Al enterarse de que Silvia todavía estaba en Brasmo, Julio