Capítulo 0260
Sin embargo, para su gran sorpresa, los hombres no los siguieron.

Una vez afuera, Silvia respiró profundamente. Al levantar la cabeza, Julio notó la leve herida en su rostro:

—¿Qué sucedió?

Silvia, leyendo sus labios, entendió en ese momento lo que él decía.

—Nada. Estoy bien.

Soltó la mano del hom
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