Jolie se limpió las lagrimas y se obligó a dejar de llorar pese a que le era imposible retener el llanto. Se arregló la ropa como pudo y caminó por las calles hasta detener al primer taxi que apareció, ignorando las llamadas constantes de Maykel. En ese momento quería estar sola, no tenía muchas ganas de hablar de lo que había sucedido.Su parte intima estaba adolorida y le ardía ante lo que significaba tener sexo sin estar completamente lista, eso sin contar que su aspecto era un completo desastre. El taxista le preguntó si estaba todo bien al verla tan desaliñada y ella solo pudo asentir, pidiéndole que la llevara a casa de sus tíos.Cuando llegó a la casa, agradeció que sus tíos estuviesen dormidos y no la vieran en el estado tan deplorable en el que había llegado. Lo primero que hizo cuando llegó fue enviarle un mensaje a su amigo, que le había dejado cientos de recados, visiblemente preocupado porque no aparecía y tampoco la encontraba por el lugar. Se excusó y le dijo que hablar
Jolie y Darius entraron a la cafetería más cercana y tomaron asiento en una mesa alejada y donde nadie pudiera interrumpirlos. La rubia estaba tan nerviosa y ansiosa que su corazón empezó a latir con mucha fuerza y rapidez, y sentía que su estómago se revolvía con cada respiración errática que daba, anunciando un malestar que le provocaba por fin tener la atención de Darius.Una de las meseras se acercó a su mesa con una sonrisa amable en los labios, misma que se borró al presentir la tensión que había entre la pareja.—Muy buen día, ¿qué les ofrecemos?—Un café bien cargado, por favor —pidió Jolie y la joven anotó, posando su mirada en el hombre.—Con el café es más que suficiente —zanjó este sin quitarle la mirada a la rubia ante sí.La joven asintió y se alejó de la mesa, dándoles la privacidad que necesitaban. Darius se cruzó de brazos y ladeó la cabeza, esperando que Jolie empezara a hablar, pero empezaba a impacientarse con el silencio.—No tengo toda la vida para esperar a que
Por cinco días Darius hundió el dolor y la rabia que lo estaba atormentando en alcohol, pero incluso hasta quedar adormecido con la bebida, le era imposible poder arrancar de su pecho todo lo que sentía.Sentía un inmenso rencor hacia Jolie por haberle ocultado a su hija, la odiaba con todo su ser por ser tan egoísta y solo pensar en ella. El resentimiento crecía con el paso de las horas y lo hacía vivir en constante amargura y de muy mal humor.Pero no podía negar que se sentía feliz, emocionado, ansioso y hasta temeroso. Quería hacerse una imagen de su hija, pero le era imposible. Moría de ganas por saber de qué color eran sus ojos, su cabello y su piel, si se parecía a él o, por lo contrario, se parecía a su madre. Tener a su hija en mente le daba fuerzas y ánimos, pese a que de nuevo estaba saboreando la traición en manos de la misma mujer que tanto había amado, solo que esta vez el engaño y el dolor que sentía era más intenso y lo torturaba día y noche.Entre sus sueños, escuchó
El hombre sonrió y se puso de pie, dejando su escritorio en orden antes de salir con su secretaria. Para él era una cena común, algo que ya había pasado muchas veces, pero para la chica, que tenía cierto enamoramiento platónico por su jefe, era demasiado significativo. Él siempre se había comportado muy decente con ella y en ninguna de las ocasiones que fueron a cenar, le hizo propuestas indecentes, aun así, deseaba que al menos sucediera algo entre ellos. Su jefe era tan atractivo, más cuando sonreía o miraba con fijeza con sus ojos oscuros y que parecían esconder un fuego extinto.Iban a subir al ascensor cuando este se abrió y Kian apareció con una sonrisa que dejaba en claro que estaba a punto de soltar uno de sus tantos comentarios, por lo que Darius le pidió que los acompañara a cenar para consternación de su joven secretaria.De camino al restaurante, Kian no dejó de hacerles preguntas a Monse, ciertamente para no soltarle algún comentario a su amigo. Él estaba a favor de que D
—No deberías estar aquí, mi cielo —recriminó la mujer, haciendo sonreír a los presentes—. Deberías estar descansando.—Jeray es bastante terco, así que no le pidas mucho, tía —fue lo que dijo Jolie, regresando a la sala luego de abrirle la puerta a las siguientes visitas—. Al parecer, hoy es día de visitas inesperadas.Darius y sus padres pasaron por el lado de ella sin decirle ni una sola palabra y para nadie pasó por alto que la incomodidad y la tensión se sembró en el ambiente. Y es que, al fin, luego de tanto, estaban todos reunidos nuevamente, inclusive los padres de Kian que se habían puesto de acuerdo para visitar a sus amigos y saber de su estado de salud luego de lo que había ocurrido.El silencio que se estableció fue interrumpido por la madre de Jeray, que ofreció bebidas y bocadillos para todos, solo que Asier y Jolie la hicieron sentar nuevamente en su lugar.—Quédate ahí, yo me encargo de las bebidas y los pasabocas de todos, ¿sí? —se apresuró a decir Jolie, teniendo la
—¡Pero ¿qué carajo?! —exclamó un sorprendido Kian, saliendo al fin de su pasmo.—Esa niña no debe ser tuya, hijo —fue lo que dijo la madre de Darius, negando con la cabeza, visiblemente sorprendida y confundida—. No te dejes engañar de esa mujer.—¿Cómo te atreves a hablar así de mi hija? —exclamó Ivette, la madre de Jolie—. Ella no es ninguna mentirosa, y mi nieta es muy hija de Darius.—Pues hasta que no se le haga una prueba de paternidad, no voy creerme el cuento de que es hija de mi Darius.La madre de la rubia iba a volver a replicar, pero toda palabra murió cuando vio que Darius se ponía en pie con Loana entre sus brazos, que sonriente y feliz, se aseguraba del hombre en un fuerte agarre por el cuello. No quería despegarse de él ni un solo instante.Todos estaban demasiado sorprendidos, no sabían qué decir para expresar lo que en ese momento sentían. Jamás imaginaron que Jolie había quedado embarazada, puesto que, una vez se marchó, nunca más volvieron a saber de ella hasta ent
En completo silencio, Darius acostó a Loana en la cama, siendo guiado por Jolie que se apresuró a cobijar a la pequeña y dejar un dulce beso en su frente. El hombre, que aun no podía salir de su asombro, las observó por largos segundos y no pudo contener la amargura que atravesó su pecho.Le hubiese encantado estar ahí para las dos, no solo para su hija, pero por más que deseara volver al pasado, lo cierto era que estaban en un presente diferente y no le quedaba más opción que recuperar todo el tiempo que había perdido. Sintió nostalgia y a la vez que era un desconocido en la vida de ella, alguien que había aparecido de un día para el otro diciendo que era su padre.Jolie se alejó de Loana, dándole espacio para que Darius pudiese darle un beso al igual que ella lo había hecho, así que él no perdió tiempo y se inclinó hacia su hija, dejando un suave beso en su frente y sonriendo al ver lo preciosa que se veía a la hora de dormir. Quería quedarse allí toda la noche, velando sus sueños y
—Lo sabías, ¿no es así? —inquirió Darius con una calma que alertaba a sus amigos que nada bueno vendría.—Lo supe cuando regresó, Jolie me lo confesó.—No me sorprende que la sigas encubriendo.—No lo hago, Darius —suspiró Jeray—. Aunque ella me contara de lo que había sido de su vida, era su deber decirte. Claro está que, que si no te decía nada antes de que se marchara, estaba muy dispuesto a contarte por mi cuenta.—¿Debo agradecerte entonces que lo dijera antes de huir como la cobarde que es? —ironizó—. Vaya mierda, pero realmente creí que éramos amigos.—Lo somos, siempre serán mis únicos amigos, pero no era mi deber hablar sobre un hijo que no engendré yo. Loana es asunto de ustedes dos, no mío.—Le doy la razón a la señorita aburrida —habló por primera vez Kian—. Aun así, y con todo el respeto que toda mujer se merece, Jolie es una perra por haber ocultado a la niña. Todavía no creo que sea verdad que Darius tenga una hija con esa bruja. ¿Acaso no pudiste usar un condón? Tras d