Darius llegó a la empresa desde tempranas horas de la mañana, resacoso y de muy mal humor. Había pasado la en vela, tratando de sacarse de su mente la aparición de esa mujer que tanto detestaba y no tenía intención alguna de ver o siquiera hablarle.Se encontró en el ascensor a uno de sus amigos y le pidió que no dijera nada, así que Kian respetó su palabra y le habló sobre el proyecto en que el juntos habían estado trabajando y había pasado la primera revisión, haciendo emocionar al hombre, después de todo, habían pasado mucho tiempo trabajando para que todo fuese perfecto y no hubiese ni un solo error a la hora de presentar. Juntos, hablando de trabajo, subieron hasta el último piso de la compañía, quedándose por un momento en silencio y felices por la escena que se estaba llevando a cabo tan pront0o se abrieron las puertas de la caja de metal y la pareja parecía no inmutarse con sus presencias. Jeray besaba a su ángel, sosteniéndola con fuerza y ella lo abrazaba por igual, soltand
Jolie se enfocó en realizar su trabajo, en investigar todo lo relacionado con Ivanna y el dichoso club, recopilando la mayor información para saber a quién se estaba enfrentando. Una vez la obtuvo y supo que la mujer era peligrosa, les pidió a sus padres que se marcharan a Londres antes que ella, sabiendo que tan pronto empezara el juicio, la mujer atacaría sus puntos más débiles y ella no podría perdonarse si a sus padres y a lo más importante de su vida les ocurría algo malo. Allí estarían seguros y estaría mucho más tranquila.Con tanto trabajo, había olvidado a Darius, incluso pasó por alto los contratos de él y de Kian, después de todo, la denuncia la haría Avery y ellos no estaban involucrados directamente con ella. Además, ninguno de los dos quería verla y hablar con ella, así que prefirió meterse de lleno en su trabajo y no pensar en nada más, pero día a día sabía que tenía una conversación pendiente con el que seguía siendo su marido.Ella no pretendía retener a Darius, de he
—Suéltame, me estás lastimando —se quejó la chica, tratando de liberarse del fuerte agarre del hombre—. ¡Que me sueltes, carajo!Darius la estampó de espaldas a él contra una pared en medio de un oscuro y solitario callejón y la presionó por completo, respirando furioso y deseando acabarla allí mismo. Estaba tan enojado con el descaro de Jolie, con esa altanería con la que se acercaba a él y a su ligue tratando de imponerse como su señora, a sabiendas de que nunca estuvo a su lado y ni siquiera le amaba.¿Qué se suponía que hacía allí, haciéndole reclamos y dándose un lugar que se negó a ocupar si lo que más deseaba era su maldita libertad? Ahora no entendía qué estaba tratando de hacer esa mujer. ¿Estaba falta de atención y por eso andaba por la vida tratando de llamar su atención? ¿Acaso buscaba un poco de sexo? Si era así, se lo daría, pero la trataría como cualquier otra con las que había estado, una mujer con la que pasaría un momento caliente y la desecharía porque ya no era no
Jolie se limpió las lagrimas y se obligó a dejar de llorar pese a que le era imposible retener el llanto. Se arregló la ropa como pudo y caminó por las calles hasta detener al primer taxi que apareció, ignorando las llamadas constantes de Maykel. En ese momento quería estar sola, no tenía muchas ganas de hablar de lo que había sucedido.Su parte intima estaba adolorida y le ardía ante lo que significaba tener sexo sin estar completamente lista, eso sin contar que su aspecto era un completo desastre. El taxista le preguntó si estaba todo bien al verla tan desaliñada y ella solo pudo asentir, pidiéndole que la llevara a casa de sus tíos.Cuando llegó a la casa, agradeció que sus tíos estuviesen dormidos y no la vieran en el estado tan deplorable en el que había llegado. Lo primero que hizo cuando llegó fue enviarle un mensaje a su amigo, que le había dejado cientos de recados, visiblemente preocupado porque no aparecía y tampoco la encontraba por el lugar. Se excusó y le dijo que hablar
Jolie y Darius entraron a la cafetería más cercana y tomaron asiento en una mesa alejada y donde nadie pudiera interrumpirlos. La rubia estaba tan nerviosa y ansiosa que su corazón empezó a latir con mucha fuerza y rapidez, y sentía que su estómago se revolvía con cada respiración errática que daba, anunciando un malestar que le provocaba por fin tener la atención de Darius.Una de las meseras se acercó a su mesa con una sonrisa amable en los labios, misma que se borró al presentir la tensión que había entre la pareja.—Muy buen día, ¿qué les ofrecemos?—Un café bien cargado, por favor —pidió Jolie y la joven anotó, posando su mirada en el hombre.—Con el café es más que suficiente —zanjó este sin quitarle la mirada a la rubia ante sí.La joven asintió y se alejó de la mesa, dándoles la privacidad que necesitaban. Darius se cruzó de brazos y ladeó la cabeza, esperando que Jolie empezara a hablar, pero empezaba a impacientarse con el silencio.—No tengo toda la vida para esperar a que
Por cinco días Darius hundió el dolor y la rabia que lo estaba atormentando en alcohol, pero incluso hasta quedar adormecido con la bebida, le era imposible poder arrancar de su pecho todo lo que sentía.Sentía un inmenso rencor hacia Jolie por haberle ocultado a su hija, la odiaba con todo su ser por ser tan egoísta y solo pensar en ella. El resentimiento crecía con el paso de las horas y lo hacía vivir en constante amargura y de muy mal humor.Pero no podía negar que se sentía feliz, emocionado, ansioso y hasta temeroso. Quería hacerse una imagen de su hija, pero le era imposible. Moría de ganas por saber de qué color eran sus ojos, su cabello y su piel, si se parecía a él o, por lo contrario, se parecía a su madre. Tener a su hija en mente le daba fuerzas y ánimos, pese a que de nuevo estaba saboreando la traición en manos de la misma mujer que tanto había amado, solo que esta vez el engaño y el dolor que sentía era más intenso y lo torturaba día y noche.Entre sus sueños, escuchó
El hombre sonrió y se puso de pie, dejando su escritorio en orden antes de salir con su secretaria. Para él era una cena común, algo que ya había pasado muchas veces, pero para la chica, que tenía cierto enamoramiento platónico por su jefe, era demasiado significativo. Él siempre se había comportado muy decente con ella y en ninguna de las ocasiones que fueron a cenar, le hizo propuestas indecentes, aun así, deseaba que al menos sucediera algo entre ellos. Su jefe era tan atractivo, más cuando sonreía o miraba con fijeza con sus ojos oscuros y que parecían esconder un fuego extinto.Iban a subir al ascensor cuando este se abrió y Kian apareció con una sonrisa que dejaba en claro que estaba a punto de soltar uno de sus tantos comentarios, por lo que Darius le pidió que los acompañara a cenar para consternación de su joven secretaria.De camino al restaurante, Kian no dejó de hacerles preguntas a Monse, ciertamente para no soltarle algún comentario a su amigo. Él estaba a favor de que D
—No deberías estar aquí, mi cielo —recriminó la mujer, haciendo sonreír a los presentes—. Deberías estar descansando.—Jeray es bastante terco, así que no le pidas mucho, tía —fue lo que dijo Jolie, regresando a la sala luego de abrirle la puerta a las siguientes visitas—. Al parecer, hoy es día de visitas inesperadas.Darius y sus padres pasaron por el lado de ella sin decirle ni una sola palabra y para nadie pasó por alto que la incomodidad y la tensión se sembró en el ambiente. Y es que, al fin, luego de tanto, estaban todos reunidos nuevamente, inclusive los padres de Kian que se habían puesto de acuerdo para visitar a sus amigos y saber de su estado de salud luego de lo que había ocurrido.El silencio que se estableció fue interrumpido por la madre de Jeray, que ofreció bebidas y bocadillos para todos, solo que Asier y Jolie la hicieron sentar nuevamente en su lugar.—Quédate ahí, yo me encargo de las bebidas y los pasabocas de todos, ¿sí? —se apresuró a decir Jolie, teniendo la