Inicio / Romántica / Deseos Oscuros / 5. La presa y el cazador.
5. La presa y el cazador.

Estoy en completo Shock, no sé qué acabo de escuchar. Hace unas horas llegué a la escuela y recibí mis primeras dos horas de clase, luego salí a almorzar y me encontré con Tania, pero también con una horrible noticia, a la chica que se enfrentó a Sharon le cortaron los frenos del auto y está grave en la clínica. La policía dice que fue muy extraño y todos suponen que fue por el incidente de ayer, pero nadie dice nada. Nunca nadie dice nada.

Estoy segura que fueron ellas, pero ¿por qué? No era para tanto. Es sólo una mesa en el centro de la cafetería. Debo tener cuidado.

Ahora estoy recibiendo mi clase de trigonometría y las tres chicas llegan media hora tarde y con unas risas escandalosas. Sus ojos se ven muy diferentes y apestan a un olor que jamás había percibido.

—Deben retirarse, a mi clase no se llega media hora tarde ¿qué se supone que hacían?

—Ya sabe, divirtiéndonos —dice Sharon mientras le guiña un ojo a la profesora, luego las tres se van.

Definitivamente su definición de diversión es muy diferente a la mía, yo me divierto, pero no me gusta meterme en problemas y el hecho de que Tania me haya dicho que están en algo grave me pone los pelos de punta, pero, debo admitir que mi lado curioso, mi estúpido lado curioso, quiere saber aquello en lo ellas están metidas. Respiro profundo y trato de no pensar más en esas chicas.

Dos semanas después...

Hace dos semanas y dos días llegué a esta escuela, al principio no fue nada fácil pero ya me siento cómoda, mi nueva y loca amiga Tania es la mejor y me ayudó a hacer de mi estancia espectacular. Pasamos ratos breves con sus amigos pero la mayor parte del tiempo sólo somos ella y yo.

Ahora me estoy despidiendo de ella ya que debe ir a una cita médica o algo así.

Empiezo a caminar por el estacionamiento, buscando mi auto. Es muy bello y sé que mis padres me lo han comprado con mucho cariño y esfuerzo.

Cuando voy a mitad de camino hacia mi auto veo que el de Sharon está justo al lado del mío y se me acelera el corazón, no quiero tener ningún tipo de contacto con ellas, creerán que soy estúpida por tener este miedo tonto hacia tres simples chicas, pero si no me meto con ellas, no habrá razón para que lo hagan conmigo.

Respiro y comienzo a caminar a paso lento, cuando llego me entran unas ganas de vomitar, gracias al olor a cigarrillo que hay.

Abro la puerta sintiendo su mirada y entro, pero para mí desgracia el auto no enciende y puedo escuchar como una de ellas se ríe, pero no sé quién.

Esto no me puede estar pasando a mí, estoy viviendo en este instante un tonto cliché, donde quieres huir de un lugar, pero justo cuando lo vas a hacer, no puedes.

Siento como tocan mi vidrio y me sobresalto, veo que es Sharon, me armo de valor y salgo.

—¿Si? —susurro lo suficiente alto para que ella escuche.

—Veo que no te enciende tu auto así que me ofrezco a llevarte —me dice mientras se arregla el cabello.

¡Vaya! Jamás tuve la oportunidad de tener a estas chicas tan cerca y de verdad son intimidantes y el hecho de que se ofrezca a llevarme, es raro.

—Gracias, pero... Puedo llamar a mi padre —respondo.

—No, vendrás con nosotras —dice Brooke.

Okay... Esto es aún más raro, su tono de voz es como si me hubiera dado una orden y no me gusta para nada.

—Dije que no —hablo fuerte y segura. No puedo mostrar debilidad.

—Como sea, nadie le va a rogar a esta estúpida —dice Bridgit y yo bajo la cabeza algo apenada.

Miro a Sharon que se encoje de hombros y se aleja.

—¡No! —grito y las tres me miran raro—. Si aún quieren, pueden llevarme. Mi papá debe estar ocupado y no quiero molestarlo.

Mi estúpido instinto curioso. Ése fue el que habló. Hay algo en ellas que te invita a participar, a saber, a querer. Es algo en la mirada, la mirada capaz de convencerte a hacer lo que sea. Tania me dijo que son peligrosas, que los rumores dicen que sus compañías no son muy buenas, pero no puedo evitarlo, no puedo evitar querer saber si es cierto.

—Claro —Sharon sonríe victoriosa.

Al subir al auto, noto que es sensacional. Es muy bonito y huele delicioso. Me siento en la parte de atrás junto a Brooke, Bridgit lo hace adelante, junto a Sharon.

—Entonces, ¿Kimberly?

—Sí, así me llamo —le contesto a Sharon.

—¿Por qué te mudaste? —pregunta y Brooke me sonríe.

—Mi papá obtuvo una mejor oferta de trabajo, lo hablamos en familia y decidimos aceptarla.

La risa burlesca de Bridgit se escucha.

—¿Lo hablaron en familia? —exclama la susodicha—, en mi familia no hacen eso. Si mis padres encuentran una oportunidad que les traerá mucho dinero, simplemente la aceptan y ya. Al fin y al cabo, a mí sólo me importa que mi tarjeta funcione.

Junto las cejas al escuchar eso. Claramente no son nada unidos. Mi madre siempre me ha dicho que así son los ricos. Hermosos por fuera, pero vacíos por dentro.

—Bueno, a nadie le importas, Bridgit así que no es nada nuevo —le contesta Sharon y Brooke ríe. La susodicha, por su parte, le muestra el dedo corazón.

—En cambio a Kimberky se le nota lo mucho que ama a sus padres. Además de hermosa, cariñosa. Eres como una muñequita de porcelana perfecta —me dice Sharon y yo sonrío nerviosa.

Es extraña la forma en cómo lo dice. Lo que queda de camino lo seguimos en silencio. Le indiqué la dirección a Sharon y ésta me llevó a ella. Me despedí y se fueron.

Ahora, sólo tengo sentimientos encontrados acerca de ellas. No sé qué pensar ahora. Sí, son extrañas, la manera en la que se tratan es aún más extraña, pero tal parece que, si les agradas, te hacen sentir muy bien.

Doy un suspiro, y entro a la casa.

—Hola, mamá —saludo a ésta mientras entro a su habitación.

—Hola ¿cómo te fue?

—Bien, sólo que hay que ir a recoger mi auto a la escuela.

—¿Por qué? —pregunta frunciendo el ceño.

—Se averió, no quiso encender, me trajeron....

Hago una pausa para pensar; ¿Son mis amigas? Definitivamente no, pero a mamá no le agradará si le digo que me subí al auto de unas extrañas.

—¿Quienes? —pregunta al ver que me quedo callada.

—Unas amigas —contesto al fin.

—Vale, le avisaré a tu padre —dice mientras toma el teléfono.

Bajo al primer piso, mesiento en el sillón e intento comunicarme con Katie, ésta no contesta así quelo dejo pasar. No lo logro evitar pensar en la extraña conversación que tuvecon Sharon y sus amigas, específicamente con Sharon. La forma en la que resaltala belleza es extraña. Te hace sentir como una presa y ella el cazador.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo