Deseos Impuros
Deseos Impuros
Por: Blanca Rios
CAPITULO 1

Karen estaba emocionada por su nuevo comienzo al lado de su pareja, Joseph, un arquitecto multimillonario que conoció accidentalmente, en un su trabajo cuando iba de salida, fue como una chispa cuando se vieron a los ojos. Después de un año de relación, al fin estaban casados y pronto, partirían de luna de miel.

Aun pese que su familia se oponía a su relación, de igual forma, el exitoso arquitecto decidió continuar su relación con la hermosa castaña que conoció en el centro comercial. Era la mujer perfecta que quería como esposa, ni siquiera las hijas de otros importantes empresarios tenían las cualidades que Karen poseía como la esposa perfecta, su único defecto es no ser de alta posición.

― ¿Lista para nuestra Luna de miel?

―Mas que lista. ―chilló emocionada Karen

Disponían a subirse al auto cuando Karen notó cierta presencia que le disgustó, ella observa con disgusto a la asistente personal de su ahora esposo.

―Dijiste que solo seriamos nosotros dos.

―Cariño ―Joseph besa su frente con cariño ―Solo ira por si hay algo que sea de suma importancia, será como si no existiera, ya veras que ni siquiera recordaras que esta cerca.

Karen no estaba muy convencida de lo que estaba diciendo, pero no quería discutir con su esposo justo antes de viajar. Al llegar al hotel y registrarse, subieron a su habitación, Karen se encontraba mas molesta porque su esposo le dio una suite a su asistente, justamente la continua a la de ellos.

Pero ella no quería discutir con el por pequeñas cosas sin sentido así que bajó junto a su esposo y disfrutaron de una tarde en la playa juntos y esta vez, su asistente no estuvo con ellos y eso la tranquilizó por un rato.

Después de un día exhaustivo decidió que pasaría el resto de la noche con su esposo para ver una película juntos, tal y como lo hacían cuando eran novios, pero sus planes se vienen abajo cuando lo ve muy arreglado con un traje.

― ¿Vas a salir?

―Amor, olvidas que habíamos acordado en ir al casino un rato después de estar en la playa toda la tarde.

― ¿Qué? Pero si yo no recuerdo haber acordado eso. Es más, creí que veríamos una película juntos como lo hacíamos antes.

―Karen ¿enserio quieres hacer lo mismo cuando nos encontramos de luna de miel? ¿no se te apetece hacer algo diferente?

―No. ―dijo cortante

Jhosep se da cuenta de que su esposa no querrá cambiar de opinión, pero él ya había hecho planes y no quería perder su oportunidad de apostar un rato y pasarla bien así que le prometió volver temprano para ver lo que ella quisiera juntos, Karen por supuesto acepto ya que le prometió volver en una hora.

Al pasar el tiempo, Karen se dio cuenta que su esposo no llegaría como lo prometió así que después de pedir algo de comer, Karen busco algo para entretenerse mientras su esposo venia de regreso. Tocaron la puerta de su habitación al mismo tiempo que avisaban que eran los de servicio. Se levantó y abrió la puerta, cuando estaba por servirse, se dio cuenta de que no era lo que había pedido así que intentó alcanzar al empleado antes de que se fuera, pero, cuando llegó al ascensor, las puertas se habían cerrado.

Mueve sus labios en un movimiento circular mientras piensa en lo tedioso que seria bajar con la comida hasta abajo por lo que decide mejor llamar para reportar la confusión, trotando se dirige hacia su habitación, pero por un momento quitó los ojos del frente cuando creyó a ver visto a su esposo y sin darse cuenta que alguien mas salía de su habitación por que le llevaron la comida errónea

Karen tropezó y justo antes de caer, ella sintió como un brazo la sujetó con firmeza de la cintura, cuando ella vio al hombre se quedó abrumada e hipnotizada.

―Y−Yo…

―Debería ver por dónde va.

Su voz profunda y gruesa erizó su piel, sus ojos no podían dejar de ver los del hombre que seguía sujetándola, el azul de sus ojos con verde cerca del iris de sus ojos la tenían atrapada por completo.

―¡¡Vladimir, cariño!!

“Se llama Vladimir”

Karen se da cuenta que debería hacer algo.

―Lo siento, es que la comida equivocada me llevaron….

Vladimir suelta una risa burlona ante la respuesta tardía de la chica que no reaccionaba, Karen se sintió avergonzada y salió corriendo por lo que acaba de pasar, tiró la puerta y luego a recostó su espalda sobre ella dejándose caer al suelo.

― ¡Que fue eso! ¡Karen eres una idiota!

Nuevamente tocaron su puerta y se levanto enseguida al creer que era los de servicio, pero palidece cuando se da cuenta que era el mismo hombre de un rato. Inmóvil y sin saber que decir se queda observándolo.

―Dijiste algo sobre comida por lo que deduje que eres tú la que pidió esto.

Karen se sorprendió al ver que erróneamente le habían dado su comida a Vladimir, ella reacciona enseguida y trae la comida que le llevaron por error.

―Lo siento, su esposa seguramente debe estar molesta por esto.

― ¿Esposa? ―dijo Vladimir confundido, se da cuenta que ella poseía un anillo de matrimonio

“Es una pena que esté casada”

―Lamento los problemas ―Vladimir se ríe ya que no entendía por que ella se disculpaba por algo que ocasionó los de servicio. ―Yo...

―Buenas noches.

La forma cortante en la que le respondió la dejo confundida ya que hace un momento parecía ser amable.

Al regresar a su habitación con su secretaria, Vladimir la vio con desinterés, se acostó mientras en su mente estaba la castaña pelo ondulado de hace un rato.

―Vladimir, vamos que quiero ir a bucear.

―Tengo algo que hacer, después te alcanzo ―murmura mientras termina de contabilizar algunos pendientes, pero su secretaria insiste ―Dije que iré luego.

―Bien. ―dijo molesta

Al terminar sus pendientes, se viste de forma casual y toma el ascensor, cuando estaba por cerrarse alguien le grita que espere por lo que intercede antes de que las puertas se cierren.

―Muchas gracias…

Ladea una sonrisa al ver que era la misma chica de anoche, se da cuenta que su presencia la altera, ella se aleja de él manteniendo su distancia.

― ¿Sola nuevamente?

―Mi esposo me está esperando ―sonríe tímidamente ―Por lo que veo también esta solo.

Vladimir no responde e ignora sus palabras, de pronto el ascensor se detuvo de golpe causando movimientos bruscos que hicieron tambalear a Karen quien sin darse cuenta terminó encima de Vladimir, perpleja lo observa e intenta levantarse, pero su corazón se congela cuando él la cambia de posición.

―Buen truco para acercarse a mí.

“¡Que! ¡Pero si yo no hice nada!”

Ella intenta decir algo pero su voz se pierde cuando siente su mano bajar hasta su escote, quiere gritar que se detenga pero no puede articular una sola palabra.

―Dicen que los labios carnosos y rojos son los mas sabrosos y exquisitos.

―No….

―Bueno... que tal si lo averiguamos.

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