—Buenos días.
Karen se tensa al escuchar la voz de Bladimir, voltea lentamente su cabeza y nota que ya se encontraba muy bien vestido, intenta ignorarlo y convence a su esposo de entrar a la habitación para descansar ya que le dice que durmió incomoda en la piscina.
—No debería dormir en lugares así, cualquier enfermo podría aprovecharse de usted mientras duerme, porque caras vemos, mentes no sabemos.
Ella no podía creer que él estuviera diciendo eso después de lo que pasó la anoche anterior, su roja cara de vergüenza la obligó a entrar con su pareja a la fuerza a la habitación para así no verle mas la cara a Vladimir, pero antes de que cerrara la puerta vio la sonrisa maliciosa que adornaba el rostro de Vladimir.
Para Vladimir era simple diversión el provocar a Karen ya que era entretenido para él verla tan nerviosa cuando esta frente a él y que su esposo estuviera a su lado y pensaba que mientras tuviera la oportunidad seguiría disfrutando del juego.
Cerrando los ojos y disfrutando del agua que cae de la regadera, Karen intenta olvidar no recordar lo que había hecho, había roto la promesa que le hizo a su esposo hace tres días atrás en el altar, le fue infiel y la culpa le remuerde la conciencia, pero en alguna parte dentro de ella, recordar la salvaje noche que tuvo con aquel hombre que creía era un troglodita sin escrúpulos, le excitaba con solo revivir los recuerdos en su mente
Sonríe mientras recuerda el toque de sus manos al tomarla de la cintura, los escalofríos que le provocaron cuando sus labios recorrían cada parte de su piel, como si fuera el néctar mas exquisito del mundo, sus manos eran tan grandes que las de su esposo, sus brazos sujetándola con firmeza mientras la embestía, recordar sus jadeos la hacían sentirse mojada.
“Fue… la mejor noche de mi vida”
—Pero que diablos estoy diciendo.
Molesta consigo misma cerró la llave y salió de la ducha, toma una toalla y sale del baño mientras su esposo se encontraba analizando unos documentos en su computador, pero se ve interrumpido cuando siente algo húmedo sobre sus piernas al ver lo que era vio que era una toalla mojada
—Karen vas a…
En silencio observa como su esposa se coloca unas medias, pasa saliva ya que siempre le pareció sensual que su esposa usara ese tipo de lencería con encajes de color negro, blanco o rojo, pero el blanco y el rojo, eran sus favoritos
Se acerca a ella por la espalda, y colocándose en cuclillas comienza a besar sus piernas mientras sube lentamente, Karen se estremece por lo que estaba haciendo, voltea y le dice que no quiere interrumpir en su trabajo pero Joseph ignora lo que dice al sentir el deseo de hacerla suya
—Joseph…
—Vamos amor, es nuestra luna de miel, se supone que vinimos a esto, pero fui un idiota y muy egoísta contigo al no darte la atención que deseabas… déjame compensártelo… ¿si?
No quería decirle que no ya que después de todo era lo que deseaba desde el principio, por lo que accedió y se dejó llevar por el momento y correspondió a sus caricias, Joseph la llevó hasta la cama sin dejar de besarla.
“No lo entiendo… ¿Qué me está pasando?”
Molesta consigo misma busca una explicación lógica para lo que acaba de pasar, estaba haciendo el amor con su esposo pero no sintió ni una sola pizca de placer, al contrario deseaba que pronto terminara, era como si hubiera accedido a la fuerza, pero ese sentimiento cambio en los últimos minutos cuando el la volteó y lo estaba haciendo por detrás, Karen recordó por unos segundos la forma en que Vladimir la sujetó de sus caderas y al decir su nombre mentalmente y pensar en su rostro su excitación creció hasta lograr llegar al clímax.
—Karen… eso fue… increíble. —dijo Joseph sin creer que su esposa fuera capaz de hacer tantas posiciones —Hay que hacerlo mas seguido amor.
—Si.. claro.
“Porque me excité cuando pensé en ese tipo sin escrúpulos” “¿Acaso quieres perder tu matrimonio Karen?”
—Hoy, definitivamente pasaremos un gran día cariño. —dijo mientras se vestía Joseph —Te tengo una sorpresa.
El celular de Joseph comenzó a sonar, él tomó la llamada rápidamente y se encerró en el baño dejando sola a Karen en la habitación, ella solo podía pensar en lo culpable que se sentía ya que incluso en el sexo, pensó en otro hombre.
—Cariño… lo siento, yo… debo terminar un asunto importante, ¿te molesta si hago esto?
—No —dice sin importancia —Iré a dar un paseo.
El deja un beso cálido en sus labios
—Te prometo que terminaré pronto, ademas, asi me dará mas tiempo para preparar la sorpresa que te tengo.
—Ok.
Mientras tomaba el ascensor, una pareja subió un piso mas abajo y mencionaron que en el hotel tenían aguas termales que ayudaban a desestresarse por lo que ella decidió que era una buena oportunidad para olvidarse de todo.
En recepción le dieron un mapa para llegar hasta las aguas termales, pero le dijeron a Karen que casi nadie iba ya que estaba muy retirado del hotel y que las personas por eso no visitaban ese sitio y eso se le hizo más interesante para Karen porque disfruta de los viajes mochilera.
—Si no me equivoco… las aguas deberían de estar a unos metros de aquí.
Una hora caminando por el sendero casi cubierto por las hojas de los árboles, creía que estaba perdida pero cuando vio el rotulo que deseaba encontrar sonrió emocionada y corrió hasta a él para poder tomar al fin un baño relajante, el que tanto deseaba.
—Al fin. —dijo con emoción
El humo casi transparente salía de la posa enorme cubierta de piedras alrededor. Comienza a deshacerse de su ropa y cuando estaba por quitarse el short alguien salió de las aguas, petrificada observa a Vladimir completamente desnudo salir del agua.
“¿él?”
—¿Tú… aquí?
—Buenos días. Karen se tensa al escuchar la voz de Bladimir, voltea lentamente su cabeza y nota que ya se encontraba muy bien vestido, intenta ignorarlo y convence a su esposo de entrar a la habitación para descansar ya que le dice que durmió incomoda en la piscina. —No debería dormir en lugares así, cualquier enfermo podría aprovecharse de usted mientras duerme, porque caras vemos, mentes no sabemos. Ella no podía creer que él estuviera diciendo eso después de lo que pasó la anoche anterior, su roja cara de vergüenza la obligó a entrar con su pareja a la fuerza a la habitación para así no verle mas la cara a Vladimir, pero antes de que cerrara la puerta vio la sonrisa maliciosa que adornaba el rostro de Vladimir. Para Vladimir era simple diversión el provocar a Karen ya que era entretenido para él verla tan nerviosa cuando esta frente a él y que su esposo estuviera a su lado y pensaba que mientras tuviera la oportunidad seguiría disfrutando del juego. Cerrando los ojos y disfrut
—Asi que me estas siguiendo —Karen estaba paralizada, sus ojos se centraban en un solo objetivo y Vladimir se da cuenta de que no deja de ver su falo —Podrías al menos ser no tan obvia cuando me ves mi miembro.—Y–Yo… no estaba viéndote nada —dijo de inmediato —gira sobre sus talones e intenta controlar sus hormonas alteradas pero lo que vio la dejo congelada sin darse cuenta —Soy yo la que debería decir eso, no tú… —todo su cuerpo se tensa cuando siente algo restregándose contra su trasero —Que haces…Vladimir la tomó del cuello suavemente mientras sus manos la sujetan de la cintura, su respiración eriza la piel de su cuello, su aliento roba el suyo cuando siente el cálido beso como si fuera un suspiro, siente sus manos colarse por debajo de su top, muerde sus labios para no gemir cuando tira de su pezón, “porque diablos me vine sin sostén”—No digas idioteces —murmura en un intento de controlar su respiración —Suéltame, mi marido llegara en cualquier momento.—¿Enserio? —sonríe incr
Pequeñas punzadas en su pecho acompañadas de un sudor frío hicieron que sus piernas flaquearan por un momento, Vladimir fue veloz ya que la sostuvo antes de que Karen se desvaneciera, ella se reincorpora asustada y lo aleja de él, se da cuenta que su comportamiento no fue el adecuado ya que su esposo la observaba preocupado de que hiciera algo mal.—Yo… lo siento, señor… Vermilion—¿Por qué se disculpa? No sería mejor que me agradeciera por sujetarla antes de que se lastimara“No puedo creer lo arrogante que es”Karen hace un gesto de disgusto, pero rápidamente lo oculta.—Tiene razón, muchas gracias. —dijo sarcásticamente KarenAl sentirse en problemas, Karen intenta escapar de esa reunión, pero su esposo se lo impide y le susurra en el oído que fuera amable con él por esta noche algo que le disgustó porque no podría hacerlo, no, sabiendo que ya se acostó con él y que sin que lo admitiera en voz alta fue una de las noches más excitantes que puede recordar, en su mayoríaSe da cuenta
Respira profundo para mantener la calma, sonríe con naturalidad para luego mentir diciendo que se tropezó cuando venía buscando su celular en su bolsa, Vladimir la observa cuestionante, no nota ningún nerviosismo en ella por lo que le cree, se aleja de ella y besa su mano, pero Karen la aleja de la suya bruscamente y lo ignora—Por favor, no quiero que te lleves una mala impresión de mí, —la detiene al interponerse en su camino —Que tal si salimos y hablamos.—Yo no tengo nada de qué hablar con alguien tan agresivo y salvaje, troglodita. —espetó fingiendo estar molesta —Está claro que se encuentra molesto por lo que pasó entre nosotros, pero ya le dije, nada ha pasado así que será mejor que se aleje de mí. —Vladimir la acorrala nuevamente —¿Qué es lo que quiere?...—Ambos sabemos que me grabó —ella estaba atónita y paralizada —Asi que, por el bien de ambos, será mejor que me entregue ese celular.—Eso no es cierto —comienza a sentirse nervio por la sonrisa siniestra que adorna su rost
—Mis ojos están aquí —dijo llamando su atención, Karen sentía sus orejas calientas, nota la perversión en su rostro —Será mejor que se vaya a su habitación, o pueden creer que en verdad es una oportunista, señora Torres. —¿Disculpa? —dijo ofendida. Vladimir se ríe y comienza a cerrar la puerta, molesta empuja la puerta entra de golpe —Discúlpate conmigo ahora mismo. Karen lo sigue dentro de su habitación y se cabrea mas al escuchar la risa de Vladimir. —¿Por qué habría de disculparme? —¿¡Como que por qué!? —dijo eufórica y el se mueve sus labios en un gesto de confusión —Acabas de llamarme oportunista y eso no es cierto —dijo molesta. —Si lo hice. —se encoge de hombros Vladimir—Pero… —detiene sus pasos y observa a un costado de ella. Nota que Karen ha cerrado la puerta —Me siento confundido porque… estoy en mi habitación, solo con una erección esperando que llegue mi secretaria y me la quite, pero estas aquí exigiéndole algo aun hombre que quiere sexo. Karen comienza a retroceder
—Shh…—¡No me chites carajo!...Vladimir cubre su boca al no guardar silencio, sonríe con maldad al verla tan asustada y nerviosa, hace un gesto con sus ojos y Karen comprende, ambos se quedan inmóviles y esperan a que Joseph diga algo más.—Cariño… vamos, ¿Dónde estás?Escuchan como comienza a alejarse, al no escucharlo más ella suspira aliviada, al volver en si nuevamente corre por su celular tirado en el suelo y abre la puerta, Vladimir la toma de la muñeca y ella bufa preguntando que quería ahora, pero él la sorprende con beso pasional que al final termina con un mordiscoConfundida y abrumada corre hasta su habitación, cierra la puerta y apoya su espalda contra la puerta, en posición fetal se deja caer al suelo mientras apoya su frente contra sus rodillas y piensa en lo que acaba de hacer nuevamente—Que hice, que hice, que hice… ¡soy una idiota!Maldice porque aun sabiendo que no era correcto lo que hizo, aun así lo disfruto y se entregó por completo al deseo y el placer que sin
Joseph acepta su propuesta, pero Karen la rechaza al mismo tiempo, ambos se ven las caras y Joseph se ríe, y le susurra que es una buena oportunidad porque es mejor ser cercanos a él pero Karen se negó y dijo en voz alta que se iría en un vuelo de primera clase.—Señora Torres… dígame una cosa ¿Por qué me odia tanto?—¡Qué! —dijeron Joseph y Karen al mismo tiempo atónitos por su pregunta.—Si. Es lo único que puedo pensar ya que desde que nos conocimos en la reunión, me ha tratado de una forma fría y distante, soy una persona sociable que le desagrada las enemistades por eso…—No, no… como cree que mi esposa lo odia —Joseph no quería perder su oportunidad y tampoco quería que su mayor rival creyera que le guarda rencor por la cena —Anda amor, acepta su ofrecimiento, hazlo para que esté tranquilo al saber que estas con alguien de confianza.Acorralada no tuvo más opción que acceder, no quería viajar con él, no quería estar en el mismo espacio que Vladimir, pero no podía decirle que no
Vladimir creía tenerla bajo su control, pero Karen logró liberar una de sus piernas aprisionadas y darle una patada en sus partes, al caer de rodillas, se pone de pie y toma sus cosas para escapar de él, pero no se percata de que él se había recuperado de su golpeLa derriba y se posiciona sobre ella, Karen lucha, pero esta vez Vladimir no le permite jugar sucio.—Eso fue muy bajo —eleva ambas cejas al mismo tiempo —¿Por qué huyes de mi? Si fueras mas amable…—Tu secretaria vendrá en cualquier momento… —evade el tema —Déjame ir.—Ella no vendrá, seguramente esta maldiciendo porque le dije a los de seguridad que no la dejaran entrar, y según ella se vengará de mi acostándose con el copiloto.—Vaya que la conoces demasiado —dijo sarcástica —Demasiado para solo ser una simple secretaria.—Eso es porque soy alguien observador —Vladimir observa el mechón de cabello que se encontraba cerca de sus labios, lo toma y lo acomoda detrás de su cuerpo—Y las personas observadoras, sabemos de muchas