Amanda había visto a su padre conversar con los Ferrandino. Vio que con ellos estaba también Xavier y eso la animó más a acercarse. Además, no quería que su padre volviera a ofender a la familia de Andrés.—Hola, buenas noches— Saludó Amanda con su usual profesionalismo —Señora Aurora, que gusto verla——Igual querida, te ves hermosa— Ellas estaban acostumbradas a verse en actividades como éstas, aunque nunca pasaban más allá de un cordial saludo y unas cuantas frases.—Muchas Gracias, usted también se ve muy linda.—Señorita Viena, él es Alberto Burgos— presentó Gino.—Hola mucho gusto, ¿Cómo está señor? — dijo Amanda amablemente a lo que él contestó con la misma cortesía, Alberto pudo notar que ella era diferente de su padre. Luego se giró para ver a Xavier. —Xavier— musitó ella. desde la primera vez que lo vio ella quiso acercarse a él, pero no tuvo la oportunidad.—Señorita Viena— contestó Xavier, con un asentimiento de cabeza. Ellos ya se habían conocido en una cena en la que fuer
Xavier se acomodó en el sofá cruzó una pierna colocándose su saco en ellas tratando de ocultar el pequeño gran problema que tenía ahí abajo y fingió ver la televisión.—Oh, Xavier— dijo Aurora cuando lo vio.—¿Qué tal estuvo?—Fue mejor de lo que imaginé. ¿Sofía está en casa?—Sí, recién llegamos, está en la cocina.—Hola, Mamá, Papá.—Mi pequeña— Gino la abrazó y luego su madre también.—Estaba preparando algo para comer, pueden acompañarnos.—Bien, vamos te ayudo la verdad no comimos casi nada en la fiesta.Mientras las dos mujeres se iban a la cocina, Gino y Xavier se quedaron en la sala conversando.Después de un rato las dos parejas se sentaron a la mesa para disfrutar de la cena que sus amadas le habían preparado, en otra hora del día hubieran dejado que los sirvientes les atendieran, pero eran casi la media noche, y todos los sirvientes estaban descansando, pero cocinar no era ningún problema ni para Aurora ni para Sofía, que a pesar de ser de una familia su madre siempre le en
—Ma... ¿Mamá? — al parecer no estaba funcionando. —Mamá yo…——Hija, ¿Estas bien? — Preguntó Aurora al ver su cara un poco pálida.—¿Ah? — Su madre no pudo evitar sonreí al verla nerviosa. Entonces decidió ir al grano.—Cariño, espero que Xavier y tú se están cuidando — dijo Aurora mientras se levantaba de la cama y se acercaba a su hija.—¿Mamá, que dices? ——Es mi deber hablar contigo sobre esto, Cariño no te hagas, sabes a lo que me refiero.—Eso no ha sido necesario, Xavier y yo no…— Sofía bajó la mirada antes de continuar —mamá solo dormimos no pasó nada, aún no llegamos a lo que usted se está imaginando——Ok, está bien te creo hija— Aurora sonrió.«¿Así no más? ¿Me cree? ¿Pude haberle mentido?» Pensó la joven. Aunque no estaba segura si eso era posible.—¿De verdad?—Por supuesto, soy tu madre, sé cómo te eduqué— Aurora sabía que su hija no le mentiría. No era que Aurora quisiera controlar su relación con Xavier, pero sentía que era su deber de madre ayudarla en lo que necesitara
—Ven, te contaré— Salieron por una puerta que daba a un jardín ahí se sentaron en unas sillas de madera. —Xavier, hace tres años— Empezó hablar ella —Empecé a salir con un chico como de unos veinte años, yo tenía dieciocho — Xavier se tensó y apretó su mandíbula no quería imaginarse a Sofía con otro hombre.Era la primera vez que Sofía hablaba de esa noche fuera del consultorio de su psicóloga o con alguien que no fuera su amiga o su madre. Pudo darse cuenta como el cuerpo de Xavier se tensaba mientras ella le contaba todo. Sus puños estaban tan apretados que fácilmente podía ver que no corría sangre por sus dedos.—Fue gracias a mi familia que pude continuar con mi carrera, salir de mi habitación y además de aceptar ayuda profesional— Sofía tomó la mano de Xavier haciendo que relajara sus músculos.—Hey— dijo ella con cariño, mientras acunaba el rostro de Xavier en sus manos haciendo que la mirara.—Me hubiera gustado estar ahí para ti— La voz de Xavier se quebró y algunas lágrimas q
—¿Xavier, Me oyes?Xavier tenía su mirada fija en los documentos que tenía en sus manos, pero a la vez no estaba viendo nada en específico tampoco escuchaba nada, tenía una sonrisa tonta en su cara, y Gino se dio cuenta de eso. Podía tener una idea en quien estaba pensando, pero decidió no darle importancia porque al fin y al cabo se trataba de su hija.—¡Xavier! — dijo su suegro un poco más fuerte.—¿Señor?—¿Estás bien?—Por supuesto.—Ok, te decía que revises este presupuesto, algo no me convence.—De acuerdo.La secretaría de Gino guió a Amanda por el pasillo, se detuvo en una puerta, tocó y esperó a que le ordenarán que pasara.—Adelante.—Señor, la señorita Viana— anunció la secretaria.—Claro, hazla pasar.Amanda entró a la oficina, llevaba un traje azul marino una camisa blanca y unos tacones negros, su aura era difícil no notarla.Gino y Xavier se colocaron de pie para recibir a la señorita Viena, salieron de detrás del escritorio del que estaban trabajando.—Buenos días seño
Xavier empezó a tomarle más gusto a este tipo de postre, porque cuando vio a Sofía por primera vez fue justamente con un pastel de chocolate. Sofía llevaba un abrigo verde que hacía juego con el verde profundo de sus ojos casi se podía decir que el verde era su color favorito, llevaba el cabello recogido en una coleta y en sus manos una caja con el logo y nombre de alguna pastelería. Irina había dejado en claro que el pastel que estaban comiendo lo había comprado Sofía porque era su favorito, mientras comían Sofía tenía un poco de chocolate en los labios cuando notó la mirada fija de Xavier en ella, se dio cuenta de inmediato tomó una servilleta disimuladamente y logró limpiar sus labios sin que nadie más lo notara, en ese momento Xavier intentó quitar cualquier pensamiento sobre eso, pero le fue algo difícil, deseó en ese momento probar ese pastel de los labios de Sofía, sacudió la cabeza para intentar concentrarse en la conversación, deseaba irse de ese lugar, pero al mismo tiempo
Pero esta noche había algo diferente en ella, lo notó hace rato en su mirada, pero no pudo descifrarlo hasta este momento en el que ella desabrochó varios botones de su camisa, acariciaba su pecho con sus suaves manos y en cada parte donde ella lo acariciaba dejaba más caliente su cuerpo, Sofía separó sus labios de los de él para besar su cuello, Xavier inclinó su cabeza hacia un lado para darle mejor acceso, ella lo estaba volviendo loco. Xavier soltó un gemido cerca del oído de Sofía, ella sintió como él se removía debajo de ella, sujetándola fuerte de las caderas, eso sumado a los sonidos que salían de él, la hizo sentir que ella tenía el control por primera vez, esto la excitó más y sentía como Xavier estaba igual o peor que ella. Sus besos bajaron por el cuerpo de Xavier hasta llegar a su marcado y sexi abdomen. Dos toques en la puerta los hizo detenerse de inmediato ¬— ¡Rayos! — musitó Xavier. Sofía se bajó de inmediato del cuerpo de Xavier y corrió a la puerta mientras que Xa
—Y dime, ¿tienes más hermanos? — Ante esta pregunta la joven se emocionó a ver que Xavier mostraba interés en conocer más de ella. —No — dijo ella negando con la cabeza —Soy hija única — —Es decir, tuviste todo para ti sola. —Supongo que sí, pero no creas estar sola a veces es agotador, siempre quise al menos una hermana o hermano. —Entiendo, yo tengo dos hermanos. —Un hermano mayor, y una hermana que es mayor que yo apenas unos minutos — continuó él. — ¿Unos minutos? —Así es, es mi hermana gemela se llama Rosalie— dijo Xavier sonriendo al recordar a su hermana. — ¿Y dónde está ella? — preguntó con curiosidad. —Está al frente del negocio familiar junto con su esposo en Estados Unidos. De vez en cuando Amanda volvía a ver a Xavier, le gustaba como se miraba, Serio y seguro de sí mismo, además que era muy guapo, pero no sabía porque de pronto le parecía que él estaba algo incómodo. —Es aquí ¿No? — dijo Xavier. —Sí aquí es. Xavier… muchas gracias. —Fue un gusto. El Joven se