—¿Tienes hambre? — Preguntó ella después de permanecer un rato abrazados.—Mucha— respondió él. Sofía quiso girarse para continuar con lo que estaba haciendo, pero Xavier la volvió hacia él, la atrajo más a su cuerpo —Pero deseo más comer tus deliciosos labios— sin darle tiempo de reaccionar Xavier atrapó sus labios en un feroz y necesitado beso, Sofía tardó unos segundos en responderle sus mejillas estaban sonrojadas no tanto por el beso sino por las palabras de Xavier, lo abrazó por el cuello respondiendo al demandante beso de su novio, definitivamente estaba loco y lo peor la estaba enloqueciendo a ella también.Sofía no tardó en preparar la comida la sirvió, pero no fueron al comedor, sino que se quedaron en la isla —Uhm, esto sabe delicioso— dijo Xavier—¿Te gustó?—Por supuesto— dijo Xavier mientras le daba un beso en la mejilla. Comieron así entre besos y caricias por parte de Xavier y un par de veces que Sofía limpió las comisuras de los labios de Xavier.Terminaron de comer,
—Tiene toda la razón, me disculpó por mi atrevimiento, pero me desesperé cuando Sofía no quería verme con lo ocurrido en la compañía con aquella mujer, entré solo para ver cómo estaba, pero luego despertó y por fin pudimos hablar— Xavier hizo una pausa se rascó la cabeza —Y… y bueno luego me fascinaba verla dormir por eso seguí entrando——¿Eso fue lo que pasó? — preguntó Aurora. Si de verdad era así, solo podía estar contenta por su hija. Ella podía dormir incluso con la presencia de un hombre.—Por su puesto madre. ¿Qué pensaste? — Dijo Sofía alzando una ceja queriéndose burlar de su madre.—No pensé nada niña— respondió Aurora. Sofía se acercó a su madre y la abrazó dándole un beso en la mejilla.—Gracias— dijo Sofía. —Eres la mejor madre del mundo— Xavier se acercó a ellas sentándose del otro lado de Aurora y también la abrazó. Aurora rio con ellos mientras ambos besaban sus mejillas.—Hijo, ¿sabías que eres un loco? — le dijo Aurora dándole una palmadita en su brazo.Xavier sonrió
Cuando él intentó soltarse ella despertó —No te vayas— musitó. Sus ojos estaban adormilados, pero aun así se reincorporó, Xavier puso una rodilla en el piso para estar casi a la misma altura de ella.—Descansa princesa— le dijo él acariciando su rostro y Sofía no dudó en besarlo en los labios el sabor era dulce y embriagador, pero Xavier sabía perfectamente que no era solo por el vino, él sabía que sus labios eran los más dulce que jamás había probado y nunca se cansaría de hacerlo.—Quiero tocarte— dijo ella aún cerca de sus labios intentando torpemente meter sus manos por debajo de la camisa de Xavier.—Princesa…— Musitó él. Cuando Xavier la vio con ese vestido lo primero que pensó fue en que quería ser él quien se lo quitara mientras le daba besos en cada parte de su piel. Y ahora era ella intentando quitarle la ropa a él sabía muy bien que era producto del alcohol aun así no pudo evitar excitarse.Xavier tomó sus manos —Es hora de dormir— le dijo Xavier y ella hizo un puchero algo
Amanda había visto a su padre conversar con los Ferrandino. Vio que con ellos estaba también Xavier y eso la animó más a acercarse. Además, no quería que su padre volviera a ofender a la familia de Andrés.—Hola, buenas noches— Saludó Amanda con su usual profesionalismo —Señora Aurora, que gusto verla——Igual querida, te ves hermosa— Ellas estaban acostumbradas a verse en actividades como éstas, aunque nunca pasaban más allá de un cordial saludo y unas cuantas frases.—Muchas Gracias, usted también se ve muy linda.—Señorita Viena, él es Alberto Burgos— presentó Gino.—Hola mucho gusto, ¿Cómo está señor? — dijo Amanda amablemente a lo que él contestó con la misma cortesía, Alberto pudo notar que ella era diferente de su padre. Luego se giró para ver a Xavier. —Xavier— musitó ella. desde la primera vez que lo vio ella quiso acercarse a él, pero no tuvo la oportunidad.—Señorita Viena— contestó Xavier, con un asentimiento de cabeza. Ellos ya se habían conocido en una cena en la que fuer
Xavier se acomodó en el sofá cruzó una pierna colocándose su saco en ellas tratando de ocultar el pequeño gran problema que tenía ahí abajo y fingió ver la televisión.—Oh, Xavier— dijo Aurora cuando lo vio.—¿Qué tal estuvo?—Fue mejor de lo que imaginé. ¿Sofía está en casa?—Sí, recién llegamos, está en la cocina.—Hola, Mamá, Papá.—Mi pequeña— Gino la abrazó y luego su madre también.—Estaba preparando algo para comer, pueden acompañarnos.—Bien, vamos te ayudo la verdad no comimos casi nada en la fiesta.Mientras las dos mujeres se iban a la cocina, Gino y Xavier se quedaron en la sala conversando.Después de un rato las dos parejas se sentaron a la mesa para disfrutar de la cena que sus amadas le habían preparado, en otra hora del día hubieran dejado que los sirvientes les atendieran, pero eran casi la media noche, y todos los sirvientes estaban descansando, pero cocinar no era ningún problema ni para Aurora ni para Sofía, que a pesar de ser de una familia su madre siempre le en
—Ma... ¿Mamá? — al parecer no estaba funcionando. —Mamá yo…——Hija, ¿Estas bien? — Preguntó Aurora al ver su cara un poco pálida.—¿Ah? — Su madre no pudo evitar sonreí al verla nerviosa. Entonces decidió ir al grano.—Cariño, espero que Xavier y tú se están cuidando — dijo Aurora mientras se levantaba de la cama y se acercaba a su hija.—¿Mamá, que dices? ——Es mi deber hablar contigo sobre esto, Cariño no te hagas, sabes a lo que me refiero.—Eso no ha sido necesario, Xavier y yo no…— Sofía bajó la mirada antes de continuar —mamá solo dormimos no pasó nada, aún no llegamos a lo que usted se está imaginando——Ok, está bien te creo hija— Aurora sonrió.«¿Así no más? ¿Me cree? ¿Pude haberle mentido?» Pensó la joven. Aunque no estaba segura si eso era posible.—¿De verdad?—Por supuesto, soy tu madre, sé cómo te eduqué— Aurora sabía que su hija no le mentiría. No era que Aurora quisiera controlar su relación con Xavier, pero sentía que era su deber de madre ayudarla en lo que necesitara
—Ven, te contaré— Salieron por una puerta que daba a un jardín ahí se sentaron en unas sillas de madera. —Xavier, hace tres años— Empezó hablar ella —Empecé a salir con un chico como de unos veinte años, yo tenía dieciocho — Xavier se tensó y apretó su mandíbula no quería imaginarse a Sofía con otro hombre.Era la primera vez que Sofía hablaba de esa noche fuera del consultorio de su psicóloga o con alguien que no fuera su amiga o su madre. Pudo darse cuenta como el cuerpo de Xavier se tensaba mientras ella le contaba todo. Sus puños estaban tan apretados que fácilmente podía ver que no corría sangre por sus dedos.—Fue gracias a mi familia que pude continuar con mi carrera, salir de mi habitación y además de aceptar ayuda profesional— Sofía tomó la mano de Xavier haciendo que relajara sus músculos.—Hey— dijo ella con cariño, mientras acunaba el rostro de Xavier en sus manos haciendo que la mirara.—Me hubiera gustado estar ahí para ti— La voz de Xavier se quebró y algunas lágrimas q
—¿Xavier, Me oyes?Xavier tenía su mirada fija en los documentos que tenía en sus manos, pero a la vez no estaba viendo nada en específico tampoco escuchaba nada, tenía una sonrisa tonta en su cara, y Gino se dio cuenta de eso. Podía tener una idea en quien estaba pensando, pero decidió no darle importancia porque al fin y al cabo se trataba de su hija.—¡Xavier! — dijo su suegro un poco más fuerte.—¿Señor?—¿Estás bien?—Por supuesto.—Ok, te decía que revises este presupuesto, algo no me convence.—De acuerdo.La secretaría de Gino guió a Amanda por el pasillo, se detuvo en una puerta, tocó y esperó a que le ordenarán que pasara.—Adelante.—Señor, la señorita Viana— anunció la secretaria.—Claro, hazla pasar.Amanda entró a la oficina, llevaba un traje azul marino una camisa blanca y unos tacones negros, su aura era difícil no notarla.Gino y Xavier se colocaron de pie para recibir a la señorita Viena, salieron de detrás del escritorio del que estaban trabajando.—Buenos días seño