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Capítulo IV: Nueva complice

Después de que la madre de Shely aborratara de comida a Luxion hasta saciarlo. Salieron de la casa en dirección al pequeño mercado de la ciudad. De regreso al parque, en una de sus esquinas, en un callejón colorido adornado a ambos lados por ventas de todo tipo, la gente iba y venía con frutas, verduras, vestidos y dulces típicos del pueblo.

Atravesando la calle en medio de tanta gente. Se detenían en algunas ventas donde Shely le compraba los dulces que quería que probará. Ya que Luxion nunca había salido de su pueblo, sino unas pocas veces cuando no encontraba trabajo. Nunca se detenía tiempo de más. Sin poder comer nada más, regresaron a sentarse en una banca de madera, uno al lado del otro, tan juntos que la gente que los miraba podrían pensar que eran pareja.

Shely - si quieres puedes visitarme más seguido y te llevaré a conocer todo el pueblo, así te puedo devolver el favor cuando tu me enseñaste tu pueblo - dijo mostrándole una sonrisa dulce.

Luxion -gracias, en un futuro vendré, tenlo por seguro.

Sin atreverse a rechazarla, Luxion le devolvió la sonrisa. Se habían convertido en amigos muy cercanos. Tanto que ya casi no había vergüenza entre ellos.

Entre la poca gente que caminaba por el parque se acercaba un grupo de guardias haciendo su patrullaje. Al escuchar el tintineo de su uniforme cuando los metales rozaban con sus espadas, ambos giraron la cabeza hacia el sonido.

Al percatarse de quienes eran, Shely se levantó de golpe - ¡oh no!, ¡sígueme! - agarrando de la mano a Luxion lo jaló detrás de ella - conozco un escondite.

Diciendo esto cruzaron el jardín del parque. En medio de un matorral de rosas se encontraba un agujero perfecto para que una persona pasara a través. agachándose para entrar Shely recogió el borde de su vestido y se acurrucó en el rincón con las piernas dobladas, abrazando sus rodillas para dejarle espacio a Luxion, este entró y se colocó más o menos en la misma posición.

Se sentaron en silencio esperando que los guardias dejaran el parque pronto, sin embargo, estos dieron varias vueltas dentro. El crepúsculo ya había llegado y sus piernas se estaban entumeciendo. Una brisa fresca soplaba mientras el cielo tomaba un tono rojizo.

Luxion -si llegamos muy tarde tu madre se preocupará - susurró para cortar el silencio.

Shely - no te preocupes, ella sabe que estoy contigo y que tu me cuidas.

En medio de sus susurros, el grupo de guardias pasó cerca de la pequeña cueva. Ambos, cerraron la boca al instante. Llevaban escondidos casi una hora. Quien diría que esos guardias holgazanes se quedarían charlando y comiendo cerca del alegre mercado.

Después de una última vuelta alrededor del parque por fin se retiraron a otra calle abarrotada de gente y más comida. Cuando lograron salir de ese lugar comprimido, se tomaron su tiempo para estirar sus músculos. Estaban tan adoloridos que el hormigueo provocado por la falta de movimiento no mostraba signos de desaparecer.

Al cabo de un rato Luxion le dijo a Shely  - ¡vamos!.

Shely  - ¿a dónde?- dijo con una expresión sorprendida.

Luxion - a tu casa, ya se está oscureciendo, apurémonos antes de que esos guardias regresen.

Caminando con prisa pero con pasos ligeros, la curiosidad brotó de la mente de Luxion.

Luxion - oye y ¿cómo descubriste ese lugar? - dijo en tono divertido hacia Shely.

Después de todo eran amigos cercanos no había problema en hacer una que otra pregunta curiosa.

El rostro de Shely se puso rojo y después de un momento de vacilación, respondió -La verdad, una vez que le hice una broma a mi padre, me asuste tanto que en un intento de esconderme me espine toda por hacer ese agujero. – su cabeza baja, no desprendió la vista del suelo.

Luxion no se pudo contener y soltó una risotada - ¡entonces tú lo hiciste! - dijo en medio de sus risas.

Sabía que Shely era bastante traviesa de niña, sin embargo al ver su cara roja paró de reír.

Luxion, aclaró su voz - Shely disculpa, no te enojes.

Shely – oh, no estoy enojada. –su tono era suave como la brisa al pasar.

El corazón de Luxion se tranquilizó y lo animo a preguntar - oye y ¿qué hiciste para que tu padre se enfadara tanto contigo? .

En realidad, Luxion solo había tenido contacto con el padre de Shely unas pocas veces. Pero desde su perspectiva se veía como un hombre respetable y bien educado. Aunque tenía un rostro serio, nunca lo había escuchado levantar la voz siquiera a sus sirvientes. No se lo podía imaginar enojado con su pequeña Shely.

Shely - Te cuento.- tomó aire para empezar a hablar - Cuando era niña, veía como madre se teñía el cabello para ser más linda y me encantaba como le quedaba. Como mi padre es bastante serio, pensé que no sonreía porque creía que su sonrisa era fea, así que, para que le quedara linda se me ocurrió darle un poco de color y darle una sorpresa al verla brillante, entonces, le agregué a su enjuague bucal algo de tinte para cabello de mi mamá, pero en lugar de ponerse contento se enojó- hablaba tranquilamente mientras caminaba -  . Nunca me había hablado tan fuerte, así que, me asusté y salí corriendo. Pasé casi todo el día aquí y cuando regresé todos en casa estaban muy preocupados, por eso no me regaño más.

Esa historia fue suficiente para Luxion. Se partió de risa. Su espalda se arqueó hacia atrás con la cabeza para arriba y dejó salir una fuerte carcajada. Poniendo sus manos en las rodillas no pudo dejar de reír por un tiempo. Shely pacientemente lo esperó a su lado sin poder contener una pequeña risa tampoco.

Shely - no te burles, me dolieron mucho los rasguños - dijo con un tono de juego y risa.

Las lágrimas ya estaban saliendo por los ojos de Luxion y con trabajo logró decir - lo siento, lo siento. – levantando una mano como disculpa.

Faltaban unas pocas cuadras para llegar a la casa de Shely. Un poco tímida le habló a Luxion mientras este se limpiaba las lágrimas y seguía caminando.

Shely - En unos pocos días mi padre debe ir a la capital, le pediré que me lleve con él,  así podré seguir ayudándote y nos veremos de nuevo.

Optando por un rostro serio respondió - No te arriesgues, te verás implicada conmigo si te descubren.

Shely - Pero quiero ayudarte, después de todo somos como hermanos ¿no? - un leve sonrojo se podía ver en sus mejillas al decir estas palabras.

Sabiendo lo terca que era y que no había forma de hacerla cambiar de opinión, concedió - está bien, pero ten cuidado - después de todo no podía evitar preocuparse. Había recibido la confianza de su familia para cuidarla. No podía permitirse fallarles.

Al percatarse, ya estaban al frente de la casa de nuevo, pararon un momento en la puerta antes de entrar.

Luxion - Me despediré de tu mamá y me iré.

Shely - Quédate otro rato, ha pasado mucho tiempo desde la última vez. Vamos ¿ siiii?- dijo adoptando un tono de súplica en su última palabra. Poniendo cara de niña mimada sosteniendo un brazo de Luxion sacudiéndolo  ligeramente.

Luxion - lo siento pero tengo que seguir mi viaje, además, ya es muy tarde.

Soltando un suspiro, Shely  dijo en tono apagado - bueno, bueno.

Dentro de la lujosa casa. Esta vez la señora estaba observando detenidamente las flores de su jardín. Con movimientos lentos y elegantes rozando con la punta de su dedo la hoja de una flor que parecía marchita.

Señora Mo - esta necesita un poco más de agua - dirigiéndose a la sirvienta a su lado. Está pronunció un reconocimiento y se retiró, mientras ella, Sintiendo la presencia de nuevas personas giró su cuerpo para enfrentarlos.

Luxion -señora Mo, gracias por su amabilidad, yo ya me estoy retirando - usando los modales que había aprendido de ella. Luxion se despidió.

Señora Mo - Muy bien hijo, espero que tengas un buen viaje y sabes que puedes regresar cuando quieras.

Con una sonrisa, Luxion  dio media vuelta y se fue. Saliendo por las amplias puertas de madera con pasos firmes y decididos. Ambas mujeres observaban su espalda mientras salía a la enorme calle.

Señora Mo, se giro para ver el rostro de su hija  -¿porque siento que ustedes dos me ocultan algo? - con los ojos entrecerrados dirigió una mirada acusadora, mientras pasaba su mano delicada y suave por los cabellos de Shely.

Con un tono juguetón, tratando de no darle importancia respondió -¿quee?, No, para nada, creo que tú te lo estás imaginando.

Señora Mo -seguro que no - dijo algo sarcástica. No le creía, sin embargo, no preguntó más, porque tenía una confianza ciega en su hija y sabía que si la necesitaba ella misma la buscaría.

Shely -mamá ¿cuándo iremos a la capital? - cambiando de tema, trató de ser lo más natural que pudo, tocando las flores con la punta del dedo como su madre lo estaba haciendo antes.

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