Las personas tienden a dejarse llevar por primeras impresiones. Muchas veces al conocer a alguien, su aspecto, sus primeras palabras para con nosotros, sus actitudes, definen nuestra relación.
Pero, ¿cómo juzgar un libro por su portada? Eso es algo inaudito, es rehusar la oportunidad de que alguien te sorprenda, es dejarse llevar por un momento, por un instante… ¿Y si te equivocas? ¿Y si todo lo que crees saber, desaparece en un segundo?
Durante toda mi vida, fui víctima de las impresiones, la mayoría equivocadas, de quién soy o quién creen que soy. Al presentarme y decir mi nombre, enseguida la gente relaciona a mi familia conmigo, y no podríamos ser más diferentes. O, al saber mi profesión, se hacen una imagen errónea de mí, de mi moral, de mis valores. O tal vez, me conozcas en otro ámbito, algo más… oscuro, por así decirlo, y te imagi
Como siempre a mi amada familia que siempre me apoyan cariñosamente y me alientan a seguir mis sueños. Sin ustedes nada de esto sería posible. Y sin su entendimiento, mi vida no sería lo mismo. ¡Gracias!A mis amig@s por el apoyo contínuo. A Cat por incentivarme a seguir escribiendo, por mostrar el amor por mis historias. Por su entusiasmo cada vez que lee uno de mis nuevos proyectos.A todos los seguidores de mis libros. Gracias por mostrarme su amor, me llenan el alma.
—Señorita Clark. Señorita Clark —una voz femenina rompió mi concentración, llegó mi turno.—Sí, aquí estoy —contesté con la voz aún temblorosa, las manos me sudaban, las rodillas me temblaban, mi cabeza era un completo desastre, no podía parar de pensar en todo lo que podía salir mal. «Ley de Murphy Sami» me repetí a mí misma. Si algo va a salir mal, saldrá, no puedes manejarlo, ya déjalo, decía la voz de mi conciencia. Respiré hondo y me llené de valor, tomé mi estuche y caminé hacia el auditorio.El lugar se encontraba casi vacío, excepto por cinco personas que integraban el jurado. La luz me cegó y casi no me dejaba distinguir la cara de ellos.—Señorita Clark, ¿Qué nos interpretará? —el Señor Kembrich. Recon
Me desperté sobresaltada, bañada en sudor. Sentí la humedad de mi entrepierna y una sensación nueva se apoderó de mí, ansias… estaba a punto de venirme y ni siquiera me había tocado. Había tenido una pesadilla, iba por un callejón oscuro, sola, caminaba bajo la luz de la luna en una noche fría de neblina espesa. Sentí que alguien me seguía y apuré el paso, mi corazón comenzó a latir con fuerza y mi respiración se volvió dificultosa, pesada. Apenas podía ver, pero noté la silueta de un hombre detrás de mí. Quería gritar y correr, pero no podía, tropecé y caí al suelo, mis rodillas ardían contra el pavimento y entonces el peso de un cuerpo sobre mi espalda me impidió ponerme de pie.—Si gritas, te lastimaré… mucho —susurró de manera amenazante una
Llegamos a la cafetería donde trabajo medio turno en la avenida Lexington y la 72nd este, en Upper East Side. Me despedí de Jason con un beso cariñoso y me metí al local.July, la encargada de la cafetería y mi mejor amiga, ya estaba acomodando las cosas cuando llegué.—Buenos días July.—Buen día Sami. ¿Y bien? Cuéntame ¿Cómo te fue en la audición?—Lo sabré en una semana —respondí mientras dejaba mis cosas en la oficina y me ponía el delantal negro.—Es demasiado tiempo. Deberían decírtelo en el momento.—Eso sería genial, pero no funciona así.La cafetería se llenó inmediatamente como cada día. Decenas de hombres de traje y mujeres elegantes comenzaron a desfilar. De pronto mi amiga me dio un codazo en las co
Cerré la puerta del auto y no me volví a mirar. Acababa de fastidiarme yo sola. ¿Cómo le diría a Jason que tenía una cita con otro hombre? Dorian era absolutamente encantador, de todas las maneras posibles, su belleza, su seguridad, su forma de comportarse, de moverse. Jamás había conocido un hombre así, y sin dudas, me encantaba y deslumbraba. Pero era más como admirar algo que sabes que jamás vas a tener. Algo imposible, un ideal. Me sentí estúpida durante toda la clase. Dorian no salía de mi cabeza, no conseguía pensar en otra cosa y mucho menos concentrarme en algo más que no fueran sus ojos, su mirada, su voz, su aroma… de repente caí en cuenta de la realidad, era solo una fantasía, un cuento, como una novela de Jane Austen, el hombre fascinante y rico que se fija por un minuto en la pobre hija del campesino. Pero a diferencia de las nove
Entré y al cerrar la puerta me apoyé en ella. Aún me costaba trabajo aceptar que Dorian Archibald realmente me gustaba e interesaba. No estaba dispuesta a engañar a Jason, pero Dorian era tan distinto… debía encontrar la forma de quitarlo de mi cabeza.—¿Y esa ropa? —preguntó Elle ni bien me vio.—Tenía una cena importante y debí comprar algo decente ya que no pude volver a cambiarme.—¿Una cena importante? ¿Con quién?—Un posible cliente. Quiere que toque en su fiesta.—¿Lo has conseguido?—Lo sabré pronto. ¿Cómo esta mamá?—Se encuentra bien, duerme hace horas.—Bien, haré lo mismo. Estoy agotada. Que descanses Elle.—Igual tú Sami.Me metí a la habitaci&o
Desperté algo desconcertada, no tenía la menor idea de donde me encontraba, pero noté a través del gran ventanal que era de noche. Miré a mi alrededor tratando de entender dónde estaba. Era una habitación preciosa, las paredes están pintadas de un color durazno pulcro, el piso completamente cubierto de parqué oscuro. La cama era muy amplia y extremada y cautelosamente dispuesta, sábanas blancas con ribetes en gris hacían juego con el esponjoso edredón también en gris, al pie de cama una manta en durazno. Una alfombra negra encuadraba la cama y sus dos mesas auxiliares pequeñas, que sólo cargaban unas lámparas con pie de madera oscuro y pantalla metálica, un reloj despertador y un cenicero en la otra. Un sofá a uno de sus costados, en frente una cómoda haciendo juego con un televisor de plasma y detrás de ellos un hermoso ventanal con cortinas bl
—Despierta dormilona —la voz de Elle me trajo a la realidad—¿Qué hora es?—Las 6:45am, debo ir a trabajar, como me perdí el turno de anoche debo cubrirlo hoy.—De acuerdo, no te preocupes, ve.—Ya preparé el desayuno, mamá no se encuentra bien.—Yo me encargo, no te preocupes. Que tengas lindo día.Tomé mi teléfono y vi que tenía cientos de llamadas perdidas. Marqué a July.—Al fin das señales de vida —me reprendió ni bien atendió.—Lo sé, lo siento, no imaginas todo lo que pasó —le conté con lujo de detalle todo, el hospital, la casa de Dorian, la pelea de él y Jason. Todo. Mi amiga jamás vio con buenos ojos a mi novio, lo conocía bien, y sabía que tenía un temperamento