11 de enero de 1742El comodoro no puede soportar más tiempo tener que ver a Arden sujetar por la cintura a Catherine mientras le planta un beso. Desde el día anterior ella ha estado pegada a él como una lapa y ha evitado todas las miradas que le ha dado.Sabe muy bien que luego de haberlos encontrado abrazados y, después de recibir aquel golpe, las cosas ya no serían para nada iguales. Muy en el fondo de su corazón, piensa que seguir buscando una relación con ella es meramente un imposible.Un capricho de sus necios sentimientos, que se niegan a ceder ante la excitación que le produce esa mujer. Por mucho que Andrew ha intentado controlar sus impulsos románticos hacia ella, lo único que consigue es enamorarse cada vez más.Brama sin disimulo y pasa de largo por donde ellos están, se mete a las galeras y se arroja a la hamaca que cuelga allí para él.Desde que había iniciado el viaje “en contra de su voluntad”, había logrado ganarse por mucho el respeto de la tripulación. Ya los había
17 de febrero de 1742Un olor penetrante a humo despierta a Catherine de su letargo. Cabecea sobre el escritorio en un intento por no quedarse dormida. Lleva toda la noche tratando de escribir una carta para su padre en Birronto. Hace tanto que no sabe de él que; por alguna razón desconocida, sintió la necesidad de escribirle, pero no haya las palabras adecuadas.Mira por la ventana del camarote y se da cuenta de que ya ha amanecido, pero el océano se ve gris y apagado. No hay sol que ilumine, así que da la sensación de ser muy entrada la tarde, en lugar de la primera hora de la mañana.Arden sigue durmiendo apacible en la cama; podrían estar bajo el ataque de la criatura del abismo y él no se despertaría.Catherine se levanta y lo despierta con un suave beso en los labios.Después de aquella conversación donde le había dicho la verdad sobre Andrew, ninguno de los dos volvió a mencionar el tema, pero ella sabía que todavía no había quedado todo saldado.Su promesa es lo único que la m
17 de febrero de 1742Lin Shi dirige a los recién llegados a lo que queda de un edificio bastante peculiar. La arquitectura de los piratas del este es algo digno de admirar. Lástima que de ella no quedaba casi nada. La destrucción que fue capaz de causar Sparrow es impresionante.Mientras Catherine observa la isla en agonía, no puede entender cómo es que terminó sucediendo todo esto. Sparrow vive, y atacó la isla de las sombras por alguna razón que desconoce, aunque puede darse una idea de cuál es.Después de todo, Sparrow sabía acerca del libro y del tesoro, y sería solo cuestión de tiempo que descubriese que hay más. Sin embargo, eso no es lo que agobia la mente de Catherine en este momento. Necesita una explicación plausible para comprender cómo ese condenado pirata sobrevivió una caída de más de sesenta metros a unas cascadas implacables.Lin Shi entra a su resguardo y hace pasar a los demás, debidamente escoltados por los pocos hombres que quedan en la isla.—Seamos directos y si
17 de febrero de 1742Catherine camina de un lado a otro como una fiera enjaulada. Los han encerrado en una celda oscura y sin ningún acceso a la luz solar. Lo único que ilumina el lugar es una pequeña antorcha que a penas y alcanza para mirar un par de metros al frente.Arden, Cooke y Berry parecen estar igual de preocupados que ella, sin embargo, Catherine se desespera con cada minuto que pasa.—¡Maldita sea! —reniega.—No es tu culpa Cath, no lo sabías.—No, pero debí saberlo. He condenado a todos los piratas del mundo, ¿entiendes lo que eso significa? Por mi culpa, todos podrían morir.La idea de que ella es la causante de la destrucción de los piratas no la deja en paz. Si su gente le da el exilio y los demás piden su cabeza, ella no se opondrá.—Es culpa de esa maldita bruja, ella nos engañó para hacer su trabajo sucio —consuela Arden. Se acerca a ella e intenta abrazarla, pero Catherine se zafa de su agarre.—¿Qué quiere esa mujer con Andrew? —se pregunta en voz alta.—A lo mej
17 de febrero de 1742Catherine queda inmóvil ante el beso inesperado del comodoro. Volver a probar el dulce y la suavidad de sus labios le traen a la superficie todos esos sentimientos que había querido enterrar muy en lo profundo de su corazón. Cierra los ojos un instante y deja que él la bese. Abre su boca gentil y afianza el beso apegándola a su cuerpo.El grito de algunos piratas y el rugido de Lin Shi a sus espaldas la obliga a separarse de él. Lo mira con los ojos muy abiertos, él le sonríe como si no estuvieran en medio de una batalla. Su frente tiene gotas de sangre y ya la ha ensuciado a ella, pero eso no le molesta.—¡¿Cómo demonios escapaste?! —brama la señora pirata con una mirada asesina.Le saca la espada a uno de sus hombres que yace en el suelo y corre en dirección a los dos.Andrew pone a la capitana detrás de él y detiene el ataque de la pirata con la espada que le quitó.—Fue un placer, pero hasta aquí llega nuestra estancia —dice Andrew.La pirata vuelve a arremet
03 de marzo de 1742El fantasma del pacífico corta las aguas a toda la velocidad que logra conseguir. Han recorrido ya bastante camino de vuelta a Birronto, y, en realidad, están bastante cerca de llegar. Catherine esperaba toparse con Sparrow en algún punto, pero no hay señales de su paradero por ningún lado. Su peor temor es que ya esté en la isla.Si su capacidad destructiva es tan grande como ya comprobó en la isla de las sombras, está segura de que su isla está en serios problemas. A pesar de que Birronto cuenta con los seis señores piratas más bravos de los mares del norte, Sparrow no está solo, de su lado tiene a una bruja poderosa.Por otro lado, Catherine ha estado jugando un juego peligroso entre Arden y el comodoro. Desde el día en que confesó sus sentimientos a Andrew; y a pesar de haberle pedido tiempo; se le ha hecho mucho más difícil controlar sus impulsos por estar con él.La adrenalina que le produce verlo a escondidas de Arden o de cualquiera de su tripulación se ha
03 de marzo de 1742Una gran flota de barcos del rey está dispuesta por varios kilómetros a lo ancho del mar. No hay forma de eludirlos, tendrían que desviarse demasiado del camino para poder salir de su vista sin ser interceptados. Catherine observa la situación con impotencia. La flota no está demasiado lejos de la isla; su primer pensamiento es que tal vez, ya los han encontrado.—¿Cómo demonios vamos a pasar eso? —cuestiona en voz alta.—No hay forma —musita Arden.—Es la primera vez que veo al destructor en mar abierto —comenta Andrew. Todos voltean a verlo con incertidumbre.—¿El destructor? —Cooke es el primero en hablar.—Es ese barco de ahí —dice señalando al navío más grande de todos los que se ven—. El rey lo conserva solo para batallas de guerra. Dicen que puede albergar hasta a quinientos marineros. Tiene más de trescientos cañones y es muy veloz. Es un monstruo.Catherine vuelve a mirar por el telescopio con preocupación. Alcanza a ver el barco al que se refiere. En efec
17 de marzo de 1742Dicen que siempre se vuelve a donde se es feliz, pero ese no es el caso de Catherine.Una vez más está en Queen Bay por un motivo forzoso, esta vez, encadenada y maltratada por el nuevo comodoro; Theodore Koch. Andrew había hecho lo posible por reducir al mínimo los malos tratos, sin embargo, la tarea le quedaba cuesta arriba. Si quería liberarlos en el reino, debía pasar inadvertido y no demostrar que en realidad es aliado de los piratas; de lo contrario, todo su plan se iría al fondo del océano.Theodore no es cualquier tonto al que pudiesen engañar. Parecía bastante astuto y perceptivo. Mantenía a Andrew lo más lejos posible de la celda de los piratas para evitar que les pasara información, o siquiera comida o agua.El barco atraca en el puerto luego de catorce largos días de retorno.Cuando Catherine y los demás salen a la luz del sol, deben arrugar la vista hasta que sus ojos se adaptan de nuevo a la claridad. Lo primero que hace la pelirroja es buscar su bar