Miró hacia el bosque frente a sus ojos, estaba vestido con árboles tupidos que la vestían de oscuridad, pues no dejaban atravesar la luz del sol a través de sus frondosos follajes. Se imaginó a Rous penetrando aquel lugar sin mirar atrás.
"Qué hice" se dijo en sus adentros mientras sus ojos parecían que temblaban por el horror de la nueva realidad. Un escalofrío recorrió su cuerpo, su enojo fue desplazado por el miedo de lo que a ella le pudiera suceder.
Dio tres cortos pasos hacía la montaña.
—¿Acaso te quedarás ahí como un tonto sin hacer nada. —Le dijo Gabriel de mala manera. —Jeremith respondió:
—Voy a buscarla. Bridget se sobresaltó.
—Pero Jeremith es peligroso ir a ese horrible bosque.
—No me importa, yo le causé a Rous ese daño y debo ir por ella.
Michael y Fanni se llevaron a Bridget. Tal como Jeremith lo había ordenado pensaban llevarla a su casa.Ella sacó su celular y le marcó a Elisa, sollozando la puso al tanto de todo.—¡Mi hermano se ha vuelto loco nuevamente!—Esa omega lo tiene hechizado.—Es obvio. Le diré a la abuela y a los demás.—Michael ya envió un equipo de rescate, el problema es que ya está oscureciendo.—¿Y por qué no envían un helicóptero?—Dijeron que un helicóptero seria inútil, deben buscarlo dentro de la montaña.—¿Y tú dónde estás?—Voy en el coche con Michael y Fanni, me llevarán a mi casa.—En tu voz puedo percibir que no te encuentras bien. —Bridget tenía rabia y crujió los dientes cuando le dijo:
Rous estaba agachada bebiendo agua y había tomado su forma humana. Creyó estar completamente sola hasta que de pronto vio salir de la maleza a un lobo de pelo negro y ojos con destello de plata cuya mirada la tenía puesta sobre ella.Rous se quedó atónita agachada donde estaba y cruzó los brazos para tapar su pecho desnudo. Él caminó como un gato, despacio pero firme hacía ella sin quitarle los ojos de encima. Rous tampoco dejó de mirarlo preguntándose de quién se trataba, pues no conocía la forma de lobo de Jeremith.—¿Quién es y qué hace aquí? —Preguntó con tono defensivo."¿Qué es lo que pretendes hacer?" —Dijo Jeremith en su lenguaje licántropo.Rous aún se preguntaba quién era ese lobo que le hablaba, Jeremith era el último ser que ella esperaría qu
Jeremith estaba entrenado para realizar tales proezas cuando su abuelo lo envió a la escuela militar para alfas en Rusia.Cayeron al río, Jeremith de inmediato comenzó a nadar controlando la corriente y tomó su forma humana, consideró que necesitaría cargarla Rous para sacarla del turbulento río.Miró a todas partes, tardó algunos segundos en visualizarla, pero al fin lo logró y nadó hacia ella río abajo. Rápido la alcanzó. Rous aún tenía forma de lobo y había quedado inconsistente por el impacto contra el agua.La agarró de una pata delantera, y con dificultad se dirigió a la orilla arrastrándola tras suyo, cuando llegó donde las aguas no eran tan impetuosas la cargó en sus brazos y la sacó del rio.Rous había tragado agua, entonces él le dio respiración boca a boca has
Jeremith miró hacia el cielo, inmenso y adornado con muchas estrellas, deseó con desespero ver la luz de la luna “Si al menos la diosa me iluminara” pensó consternado. Después se dijo así mismo: “Si al menos pudiera recordar cuando la conocí, o como me atreví a casarme con ella. Este sentimiento de inquietud me mata cada día desde que supe que me había casado con ella. Deseo acabar de una vez por todas con esto, liberarme de Rous y no volverla a ver. Al rato Jeremith regresó y encontró a Rous frente la fogata, estaba acurrucada con las rodillas levantadas y abrazada a estas. Jeremith se acercó por un lado, pretendía decirle que lamentaba todo el daño causado. Pero de pronto se percató que ella estaba temblando. —¿Te encuentras bien? —Le preguntó, después se agachó y tocó su frente, Rous tenía fiebre. —¡Estas ardiendo en fiebre! —Se sentó al lado de ella. —Ya pronto amanecerá y seguro llegará el rescate. —La agarró y la abrazó
Bridget puso a Jeremith contra la espada y la pared, él por encima de lo que sentía por Rous, debía cuanto antes tomar una decisión. Bridget era una hembra alfa, y estaba en su derecho de exigirle que apartara a la omega de sus vidas. Se lo pesó el resto de la tarde, y concluyó que lo mejor era enviar a Rous lejos, no por Bridget ni por lo que la abuela Vera había dicho; sino por él mismo, Rous lo perturbaba, enviándola lejos tal vez ayudaría a que las cosas en su vida volvieran a la normalidad."No puedo engañarme a mí mismo, estoy enamorado de Rous, no sé cómo haré, pero voy a enterrar este sentimiento que tengo hacia ella. Enviarla lejos es lo mejor.”Decidió él mismo decirle a Rous de la decisión que había tomado de enviarla a Rusia mientras ellos estuvieran casados.“Mañana mismo l
De pronto Rous abrió sus ojos despacio. Cuando lo vio parado a un lado de la cama con una voz débil le dijo:—Jeremith, estas aquí. —Él deseó huir de inmediato, pensó que no debió haber estado allí en ese momento, su corazón se había acobardado, y ahora le era difícil decirle que había decidido enviarla lejos. Con un tono distante le dijo:—Solo pasé un momento a ver como estabas, pero ya me voy.Ella se sentó con dificultad.—¿Te irás?—Eh si, solo pasé un momento, tengo cosas por hacer.—Quiero que te quedes. —Dijo con voz dócil y bajó las piernas de la cama,—Deberías quedarte acostada, has estado con fiebre.—Estoy bien no te preocupes. —Rous había olvidado la discusión que tuvieron en el río y que Jeremith
Jeremith salió de la clínica y subió a su coche, deseaba estar tranquilo, pero por dentro era un vendaval emocional. Recostó su cabeza contra el volante preguntándose por qué era tan difícil toda aquella situación si se suponía, se estaba liberando de ella como lo deseaba; al menos en parte.Se fue a la empresa y se dirigió a la oficina de Alan, se quedó parado en el umbral de la puerta y le dijo:—¿Tienes tiempo disponible para hablar?—Sí, ¿Qué sucede? —Jeremith cerró la puerta.—Enviaré a Rous a Rusia. —Alan se sorprendió.—¡¿Y por qué la enviarás tan lejos?!—Bridget piensa que siento algo por Rous y quiere que la envíe.—Déjame corregirte, Bridget no piensa que estás enamorado de Rous, Bridget sabe
El doctor llegó a la habitación donde tenían a Rous y le pidió a su familia que los dejasen solos. En ese momento estaban con ella Sabrina y su hija Loren.—¿Cómo se ha sentido señora Remington?—Bien doctor, puedo caminar sin ayuda, ya recuperé mis fuerzas. Tampoco me ha vuelto a dar fiebre.—El informe dice que no ha querido comer.—No he tenido hambre.—Sabemos que está pasando por un fuerte problema emocional. —Rous sintió vergüenza, sabía que el doctor se refería a lo que ella había hecho en el bosque del vampiro.—Señora Remington, lo que sea que usted esté pasando puede ser remediado, y puede buscar ayuda profesional. —Él estiró la mano y le entregó una tarjeta.—En esa tarjeta está el número y dirección del consultorio del m