Aleks tampoco fue a la empresa al día siguiente así que llevamos a pasear a Neva, lo sentí un poco distraído en el teléfono hasta que por la tarde finalmente recibió una llamada. –Tengo que firmar unos documentos con urgencia –mencionó. –No te preocupes, ¿necesitas qué preparé algo?–¿Preparar? ¿Por qué? –dudó. –Supongo que trabajaras aquí –mencioné. –Por supuesto que no, le dije a mi asistente que los deje en mi escritorio, iré ahora mismo. –Se detuvo y me miró. –¿Me quieres acompañar?–¿Quién? ¿Yo? –Si, puedes conocer la empresa. –¿Y Johan? –dudé. –Solo será un par de horas, Nikolay está aquí, no se dará cuenta, seguro Irina puede verlo. –¿En serio quieres que vaya? –Seguro, Sólnishko. Le avisé a Johan que ayudaría a Aleks con algo de su empresa y que regresaremos rápido, Irina se ofreció a cuidarlo sin protesta, tuve que colocarme un grueso chaleco encima del suéter porque estaba lloviendo y hacía mucho frío. Condujo alrededor de cuarenta y cinco minutos hasta que llega
Al día siguiente levanté a Johan muy temprano, Aleks nos llevó a la ciudad y por la tarde se la pasó jugando con Nikolay, tuvo un día tan cansado que se durmió rápido, me estaba arrepintiendo de salir, pero Irina me convenció que estaría atenta de Johan y nos llamaría enseguida, ya le había dicho a Aleks que quería conocer el lugar así que mejor me arregle, me coloqué una blusa roja manga larga y una falda color crema, llevé el cabello suelto y un poco de maquillaje. –¿Qué te parece? –Estás preciosa –respondió Aleks. Eso me tranquilizó porque él más que nadie sabía el tipo de ropa que llevaban a esos lugares, él llevaba una camisa gris con un pantalón negro, le pedí a Irina que me llamará si Johan se levantaba, Aleks casi tuvo que sacarme de la casa cuando había sido yo la de la idea de ir, está vez el chófer condujo por la ciudad hasta llegar a un amplio edificio blanco con letras luminosas, nos dejó en la entrada y Aleks tomó mi mano para entrar, era un lugar fascinante, como si
Al bajar del avión, Dewey nos estaba esperando, Johan corrió hacía él gritando su nombre. –Bienvenidos –saludó a ambos. –Hola Dewey, ¿y Madeleine?–Madeleine tuvo que ir a un ensayo, estará en casa cuando lleguemos –mencionó –. Quise venir a encontrarlos. –Gracias Dewey. Se llevó a Johan al auto e indicó donde podían dejar nuestras maletas mientras me despedía de Aleks. Él debía ir a su departamento y a su empresa como yo tenía que ocuparme de mi empresa, mencionó que me llamaría por la noche. Johan no paró de hablar en todo el camino con Dewey sobre su viaje, mencionó a Nikolay hasta que tuve que explicarle a Dewey quien era el niño. –¿Estás cansada? –Bastante, pero Jorge me matará si no llegó hoy mismo –respondí. –Fue extraño cuando Johan dijo que regresarían hasta hoy. –Lo sé, tuve que evadir las llamadas insistentes de Sean que seguramente está sacando fuego por las orejas. –Creo que llegó a la casa a preguntar sobre lo que sabíamos, pero ya sabes como es Mads. Reí al i
–¿Qué pasa, Sólnishko?–Nada –murmuré. –¡Mami! ¡Mirá lo rápido que voy! Johan estaba usando su triciclo, lo hemos traído a uno de los parques y varios niños llevan bicicletas, está muy feliz. –¡Cuidado, mi vida! Miré a Aleks que me seguía observando, esperaba una respuesta porque no me creyó el nada. –Johan irá a vivir un tiempo con Sean, yo lo tendré de miércoles a viernes, no se lo he dicho a Johan aún, pero es algo seguro. –Entiendo, lo vas a extrañar. –Si, ya me he acostumbrado al interrogatorio cada noche. –A mi me gustan los gritos. Justo en ese momento Johan gritó el nombre de Aleks para que lo viera y ambos reímos. –¿Confías en Sean para cuidarlo? –Lo ha hecho bien cuando se lo lleva, confío en él. –Supongo que estará bien, aunque yo también lo voy a extrañar –confesó. Dos días después de la cita con el médico, Sean me llamó para aceptar la propuesta de llevarse a Johan, realmente creí que no aceptaría porque solo quería llevarme de nuevo a esa casa donde vivimos
–¡No voy a ir! –reí. –Si lo harás. –¡Aleks! No puedes hacer eso. –Deja de quejarte y ven conmigo. Intento abrazarme, pero retrocedí corriendo hasta la habitación de su departamento, fue más rápido y me tomó por la cintura. –¡No! ¡Aleks! ¡Hace frío!Me arrastró hacía la cama mientras reímos. –Afuera hace frío, aquí dentro no. Llegamos a la cama y me recostó sobre ella, intenté controlar mi risa, pero era demasiado. –¡Báñate tú! –No lo haré solo y quiero usar la bañera… Contigo. Después de risas y besos acepté bañarme con él. Johan llevaba un mes con Sean, lo había acompañado a su cita con él médico, explicó que el tratamiento podía ser agresivo, los primeros días son los más difíciles, la famosa enfermera estaba con nosotros así que el médico le dio las indicaciones a ella. Yo pasaba todo el día intentando mantener tres empresas estables, Richard era un gran apoyo en O’Neill y Jorge en Beauxx, lo más difícil era manejar la empresa Ford, era nueva en todo eso y Richard menci
Terminé en la sala más cercana a las habitaciones viendo televisión, me levanté dos veces para ver a Sean que se quedó dormido al poco tiempo, se veía más delgado y débil, siempre fue un hombre imponente y fuerte, era extraño verlo así, también fui a ver a Johan que no sabía que yo estaba aquí, no me vio entrar y lo vería hasta después de la escuela, por momentos me quede dormida en el sofá y luego despertaba estuve así hasta que amaneció, fui a la cocina a hacerme un café, la cocinera ya estaba ahí, le pedí que le preparará algo a Sean porque debía tomar un medicamento, cuando lo tenía listo fui a la habitación para levantarlo. –Aún estás aquí –murmuró. –Aún estás vivo –respondí –. Es hora de tu medicina, pero debes comer algo. –¿Tú ya comiste? –Ya. –Mentirosa. –Apresúrate que me dejaste sola con tres empresas. –¿Tres? –Eh, la empresa de tu padre vale por dos –evadí –. Es demasiado difícil manejar todo eso –mencioné –. Come rápido que me tengo que ir. –No necesito que me vig
Por la tarde pasé por Johan a la escuela, Dewey ya nos estaba esperando en los videojuegos, era su lugar favorito, a mi me daba dolor de cabeza, se la pasaron bien casi toda tarde y al final fuimos por unas hamburguesas.–¿Qué pasó con Claire? –dudé –. Creí que la traerías. –No, está trabajando y este era nuestro día, ya sabes con Johan, quiero decir…–Entiendo –lo detuve –. No quieres que la conozca aún. –Si, exacto –afirmó –. Estamos empezando y es muy pronto para esas cosas, no creo que sea tiempo aún, pueden suceder muchas cosas, ya sabes. –Entiendo. Dewey parecía pensar demasiado las cosas, Aleks me pidió matrimonio al tercer mes de estar saliendo y recuerdo que Sean aceptó casarse conmigo en el momento que su padre se lo dijo, me alegra que al menos hay un hombre sensato de todos los que he conocido. –¿Cómo se conocieron?–Oh, bueno, ella está en la empresa –respondió.–Trabaja para el restaurante.–Mas o menos.–¿Cómo que más o menos? No entiendo.–Es la hija del jefe.–Oh
Johan pasó a despedirse de Sean, solo lo abrazó y me hizo esa mirada que hace para intentar detenerme, hace muchos años me hubiera convencido, ahora solo espero que pueda mejorar solo. –Vamos a venir la próxima semana –avisé. –Maggie, por favor… –Te llamaremos –lo interrumpí. Miró a Johan y luego a mí, no podía decir nada frente a él, ya era demasiado tenerlo mudándose de casa todos estos meses. –Bien, los estaré esperando. Salimos con las maletas de Johan hacía la casa, Elda se fue en su auto, le coloque la tablet a Johan en el camino, pero creo que aunque intentará fingir sabía que algo no estaba bien. –Mami, ¿Por qué no vivimos con papá? –Papá tiene su casa y yo tengo la mía, mi vida –respondí –. Ya lo hemos hablado. –Los papás de mis otros compañeros viven juntos. –Cada familia es diferente.–¿Y si se viene a vivir con nosotros? –Él tiene su casa, es grandota para él solo, en la nuestra no van a entrar sus cosas. –Si, pero se quedó solo –murmuró –. No quiero que se que