__ Ya sé donde se encuentra. - dijo Braulio bajando el teléfono. - En las carreras clandestinas. Como siempre. Espero que haya llevado a alguien con él, porque de seguro volverá hasta la madrugada. Era la cena previa a su aniversario, de donde su hijo menor salió enseguida sin decir más que estaría bien, luego de entregar su regalo que era un viaje para el día siguiente. Se zafaba muy bien de algunas cosas, con su astucia y aún cuando estaban al tanto de ello, solo se preocupaban más por su bienestar y estabilidad, que por aquello que podían arreglar de otras maneras. __ Si lo llevó. Es lo que sea, menos irresponsable. - dijo Aarón viendo a Leonardo manteniéndose erguido, mientras su madre le arreglaba la camisa. Adelina lo veía desde su lugar, con Adrián en sus brazos, jugando con su collar. - Enviaré a alguien para que te quedes tranquilo. __ No es que no se sepa defender solo, pero como han estado las cosas últimamente es mejor no confiarse. - dijo Braulio viendo en la misma dir
La noticia azotó el corazón de Braulio cuando llegó a sus oídos, de voz de unos de sus hombres se enteró de lo que había pasado con uno de sus nietos.Adelina tenía lágrimas en los ojos, él lava fluyendo por sus venas y ambos estaban a nada de mandar a todos al diablo al querer ir mucho más rápido de lo que él vehículo lo hacía. Todo se desmoronó para Aarón, a quien la impotencia lo hizo alejarse de su esposa cuando la vio destruida y la culpa lo embargó. Decirle que había perdido a su hijo más pequeño lo destruyó y en cuanto lo golpeó exigiendo que se lo devolviera, no pudo ni meter las manos. Para Aarón el sentimiento era el mismo. Sintió que sí lo merecía, asumió que esos golpes debían ser incluso más fuertes, más contundentes y de ser posible que reemplazaran el dolor en su tórax con algo físico. Luisa suplicó que llevaran a su bebé de regresó, agotando sus fuerzas y su voz, pidiendo a su esposo que fuera por él. Él le prometió que lo haría, que su hijo regresaría con ellos, pe
Los tonos rojizos en el cielo comenzaron a verse, nadie podía sentir que eso fuera tan bonito como antes, la ilusión, la emoción y esas sonrisas desaparecieron de una familia entera que ya había sido desbaratada. Aun cuando se esforzaran por mantenerse unidos, el robo de su felicidad se dio en cuanto el menor de la familia desapareció.Luisa quiso verse fuerte, estar para los dos hijos que aún tenía, pero sus lágrimas salían cuando menos lo esperaba, apenas hablaba y cuando más lo intentaba cocinaba para ellos, sin embargo ese lugar vacío en la mesa, siempre la terminó por lastimar. Aarón la abrazó cuando ella se lo permitió, solo que esos momentos de una miserable y grotesca melancolía la embriagó muchas veces. La comida no sabía igual, el silencio en la mesa era horrendo sin sus balbuceos y que sus hijos vieran a cada nada a la silla sin ocupante, le destrozó el alma.Una visita de su publicista la hizo salir a la sala, pero cuando vio al bebé que cargaba con ella, no pudo evitar
La catarata se escuchó más cerca, más fuerte y hasta el agua se pudo sentir salpicando las piedras que estaban en la orilla. Pues aun con la distancia, esta era lo suficientemente grande como para que causara ese efecto.Cuando la lata comenzó a crujir de nuevo, Adelina tenía su rostro pegado al corazón descontrolado de su hijo. __ ¿Estás bien? - le preguntó Marcelo, la herida en su cabeza del otro los dejó fríos a los dos. __ Lo estoy. Hay que salir. - sacó la navaja de su tobillo para comenzar a cortar el cinturón que le quiso quitar para ayudarla a salir. Pero estaba enredada de varios sitios y con el aturdimiento no pudo hacerlo tan rápido como hubiese deseado.Miró la ventana llena de vidrios agrietados que solo lo retrasaría.Terminó de romper el vidrio para sacarla del auto. Ella se miró las manos ensangrentadas, tosiendo estrepitosamente para calmar su respiración. Los pasos siguieron escuchándose y ella trató de salir, mientras buscó con la mirada a su esposo. Deseó y rogó
La cabeza no daba para mucho, las emociones estaban a flor de piel, la compañía no se sentía como tal, pues para que Aarón sintiera que en verdad aún quedaba algo, debía por lo menos ver a alguien que le importaba. Uno. Solo suplicó por la voz de uno de ellos. Dejar de pensar que su hermano menor estaba muerto, pero todo apuntó a que sí era así. Uno de los cuerpos tenía esparcida mucha sangre encima y cada vez que las pruebas se hicieron arrojaron un sí que no quiso aceptar. __ Señor...__ ¿Cuál pruebas falta? - no quiso a nadie cerca. El ambiente era demasiado abrumador como para respirar. __ Ninguna. Todas han...__ No, no puede ser él. Marcelo es más... No piede ser él. - se negó a aceptar eso y en verdad sabía que la posibilidad de que lo fuera eran grandes, pero era su hermano, lo vio correr atrás suyo, obsesionarse con cualquier cosa y hacerlo ver increíble. ¿Como podría aceptar que era el cuerpo que tenía ahí? Pegó la cabeza a la pared en cuanto se quedó solo, apretó los
El traslado de Braulio y Adelina se hizo bajo muchas restricciones, solo cuatro personas además de sus hermanos e hijo lo supieron. Nadie podía verlos, solo conducir, pilotar y vigilar. No era una exageración desde su punto de vista, pues cuando la noticia salió en los diarios, ninguno quiso que estos estuvieran expuestos.El helicóptero se estableció en la clínica exclusivamente para ellos que habían vaciado en su totalidad. Aarón afrontó todo completamente solo, pues cuando sus hijos le preguntaron sobre cuando iría a verlos, este tuvo que justificar con otra cosa el tener que preparar una tumba para su hermano. Con todas las pruebas arrojando el mismo resultado, no pudo dudar aún cuando se negó a que fuera verdad. Tuvo que ver su nombre en una lápida, jurando que destruiría la vida de quienes causaron tal cosa, aún cuando testigos no habían, nadie se adjudicó el ataque ni resultó nada que pudiera poner a alguno de sus enemigos como tal. Su tío Walter llegó en cuanto se le avis
Los meses transcurrieron unos tras otros, nada se supo de quienes tanto interés generaron en los periodistas. Todos querían buscar respuestas. Enterarse de lo que sucedió con la familia que por mucho tiempo se dijo era la más poderosa y ahora no asistían a ningún evento social. Cada uno de ellos desapareció. De Luisa no se supo ni su paradero, pues se trabajó mucho para que desapareciera de la faz de la tierra. Nadie conocido sabía de ella, aunque sus empresas seguían estando en el nivel más alto que se podía imaginar. En tanto la propietaria estaba saliendo al fin de esa hondonada en la que cayó. Con terapia, la compañía de sus hijos, la soledad le dio ideas para concentrar su cabeza en otra cosa que no fuera el terror que pudo vivir su hijo, sino en lo feliz que fue siempre. Adrián era su fuerza interior, Leonardo y Joseph quienes aún la anclaban a un mundo en el cual por meses no quiso pertenecer. __ Práctica defensa. - le aconsejó Braulio en una ocasión que lo vio. - La vida pu
Con los meses Braulio se acostumbró a su nueva vida, no fue porque se resignara, sino por el hecho de que demostraba cada día que aún estando con algo que otros veían como una limitación, él la usaba a su favor. Los negocios los mejoró mes con mes, los números fueron creciendo y nada lo llenó como para detenerse, jamás le gustó tener frenos o ponerse un alto, por lo que en cuanto a su clan, el apellido Crown volvió a estar en la cima, ya no como algo a atacar, porque todos sabían de lo que eran capaces. Pero su tiempo preferido lo pasaba en las citas a las que jamás llegó tarde. Lo esperaban y por ello, en cada ocasión llevaba las buenas nuevas para su esposa. Charlando con ella, como si en verdad pudiera escuchar sus respuestas. Oyendo sus recuerdos, viajando a su mente, ovacionando a su esposa por seguir con él.Aunque no había respuestas reales, él podía sentirlas. __ Los resultados de esta etapa fueron increíbles. - mencionó Anne en cuanto cruzó la puerta. - Su piel está repar