Elizabeth no durmió bien pensando en que, si persuadía a los guardias que cuidaban su habitación, existía una posibilidad de escapar, ir por ayuda para regresar con ayuda y rescatar a Susan.¿Será qué puedo lograrlo? ¿Dónde estaré? ¿Me habrá sacado del país? -No, no, no se dijo en voz baja, se cubrió con su sabana e intentó dormir.Dio un par de vueltas más en la cama y con la sensación de querer escapar, se sentó en la cama y pensó en hacerse la enferma un par de horas después que Juan Pablo se fuera de la casa. Por la mañana, Juan Pablo se preparó para salir hacia la ciudad. Lucía hermosamente impecable, vestía un traje azul oscuro, una corbata gris que hacían contraste con su mirada. No parecía estar apurado en irse ya que en la casa nueva se construyó un helipuerto para que el helicóptero de la compañía se encargara de llevarlo y traerlo, totalmente a su disposición.Caminó hacia a la habitación de Elizabeth para despedirse, abrió la puerta y entró esperando ver a su amada, cer
-Qué pasa Samy? preguntó Dorita preocupada -No sé, tocó la puerta y cuando abrí, se quejó por un dolor abdominal. Llama al jefe para que nos diga qué hacer.Elizabeth abriendo un ojo se asustó pensando en qué pasaría si ellos decidían esperar a Juan Pablo, sus planes no funcionarían. Aún sin el regreso de Juan Pablo estaba con muchas dudas, si lo que se planeó funcionaría.Dorita hizo cuatro llamadas y sin obtener respuesta dijo exasperada: -El niño Juanpi no me contesta... Vamos prepara la camioneta y hay que buscar un Hospital cercano. Samuel corrió siguiendo las indicaciones de Dorita, se giró y le pidió a Erick el otro guardia que recostara a Elizabeth en la cama y se apresurara a buscar en algún dispositivo un Hospital cercano. Dorita corrió por su cartera a buscar sus documentos por si necesitaba dar datos en el Hospital, daría información de ella que no vincularan a Elizabeth con Juan Pablo. En ese momento Elizabeth abrió los ojos y rápidamente salió de la habitación, confu
Todo el personal en la junta se admiró al ver sonreír a Juan Pablo, en años no habían visto tan feliz a su líder.Juan Pablo salió de la junta y caminó rápido hacia la oficina ya que tenía muchos pendientes y deseaba con ansias terminar rápido y regresar antes.Se sentó en su silla y al tomar su celular, justo en ese momento entró una llamada de la casa nueva. Miró por unos segundos el celular antes de contestar.-Diga, dijo Juan Pablo con un sentimiento de impotencia que se apoderaba de él sin saber por qué en ese momento.-Patrón, la Sra... Dorita lloraba a moco tendido mientras hablaba.Juan Pablo se levantó de su silla y le gritó exasperado: -Habla, ¿Qué pasa?-La Sra. escapó...Juan Pablo se dejó caer en la silla, con decepción y colgó la llamada. Se levantó, frotó su frente y en un momento de ira tiró todo lo que estaba en su escritorio. Llamó a Santos: -Prepara el helicóptero, regresamos a la casa nueva.-En seguida jefe. Dijo Santos con asombro, pero sin objetar.Juan Pablo gr
Elizabeth tenía mucho miedo faltaba poco para anochecer y no había encontrado a nadie caminando por la zona, ni siquiera alguna casa o finca. Comenzó a creer que era probable que estuvo corriendo en círculos; un poco desorientada se tropezó.Santos con el equipo de búsqueda seguían dando vueltas en la zona, llevaban binoculares para poder verla desde el aire y uno de los acompañantes dijo: -Santos es la Sra. -Dónde, dónde contestó Santos -Allá está, parece desmayada. Bajemos.Santos en el radio dijo: -Vayan a la casa nueva todos, la tenemos. El helicóptero descendió cerca y los acompañantes de Santos la capturaron nuevamente. Elizabeth intentó correr, pero sin fuerzas fue totalmente inútil el intento. Santos la esposó y le dijo: -Sra. no queremos hacerle daño, por favor no intente huir.Al llegar a la casa nueva, Elizabeth sintió una angustia en su corazón, su imagen delicada había desaparecido, estaba totalmente sucia y desaliñada. Tenía varios golpes en la rodilla por la caída y
La noche estaba iluminada por las estrellas, Juan Pablo sufría internamente, bebió hasta perder la conciencia.Susan estaba muy preocupada, en todo el día no había podido ver a Elizabeth, pero estaba segura que pronto alguien notaría la ausencia y llegarían a rescatarlas. Elizabeth por otro lado sentada en el sofá, observando las estrellas, mientras sus lágrimas caían sobre sus mejillas lastimadas. Recordando la mirada de enojo de Juan Pablo la hacía temblar de miedo, sentía que cualquier paso en falso, él volvería a perder el control. Su llanto era de frustración, enojo, miedo y las ganas de salir, correr e irse lejos para comenzar de nuevo. Juan Pablo amaneció muy mal, aún devastado, sus sentimientos destrozados y quería de una u otra forma lastimar a Elizabeth. Elizabeth sin haber podido dormir yacía recostada en el sillón, mirando las rosas del jardín; cuando escuchó unas voces afuera de la habitación, su corazón latía con fuerza y el miedo la invadió. Juan Pablo entró, vio
Rebeca tragando saliva con dificultad y con un poco de picardía le dijo: - Regresé por Juan Pablo.-No sé qué decir querida, mi hijo ha dejado atrás tu nombre, contestó María José con desdén.***Juan Pablo estuvo tomando, pensando en que casi llegaría la hora de estar con Elizabeth. En otra situación estaría muy feliz, estaría completamente con la mujer que él amaba, deseaba bajarle la luna y las estrellas, anhelaba ser feliz a su lado.Él llevó su mano derecha a su espalda y una sensación de inseguridad lo albergó, aunque su rostro ya no tenía cicatrices notorias; en su espalda tenía cicatrices con mal aspecto, no era tan agradable que incluso su ex prometida que decía amarlo, sintió asco al tocarlo.Deseaba desde lo más profundo de su ser que Elizabeth se entregara a él porque ella también lo deseaba, no así de esta forma. Le pareció un ten, toma mi cuerpo y a cambio libérame. Fue una daga atravesando su alma y no dejó de alcoholizarse, para poder olvidar lo amargo que se tornaba
Juan Pablo en ese momento deseó decir mucho, pero en realidad no sabía cómo o por dónde comenzar.Elizabeth salió corriendo y se fue directo a su habitación, llorando sin parar solo gritaba-Perdóname Susan por ser tan cobardeJuan Pablo la siguió, pero se quedó afuera de su puerta escuchando lo que gritaba, miró a los hombres que cuidaban y les pidió que se turnaran, se relevaran cada día. Pasaron los días y Juan Pablo decepcionado se sumergió en el alcohol, Santos muchas veces lo ayudó a llevarlo a su habitación porque se quedaba dormido en el despacho bebiendo. En esta forma de vida pasaron dos semanas, el Vicepresidente Chacón se hizo cargo de todas las decisiones de la droguería en ausencia de Juan Pablo. Elizabeth solo veía a Dorita cuando le llevaba la bandeja con comida, en realidad ella comía muy poco; no interactuaba con nadie y en la misma situación Susan. Elizabeth se armó de mucho valor y aprovechó nuevamente en escapar. Ella ya no quería seguir encerrada.Se percató q
Gabriel y Elizabeth llegaron a la Hacienda, fueron recibidos por el capataz para que ellos pudieran entrar a la casa mientras él estacionaba el Pick Up.-Adelante, estás en tu casa, dijo Gabriel con amabilidad -¿Puedo tomar el teléfono? -Sí adelante, puedes hacer tu llamada, te daré espacio.Gabriel la dejó sola para que ella pudiera hablar con libertad, él se fue a su despacho a revisar unos documentos.Elizabeth hizo dos llamadas a Roberto y él no contestaba, muy nerviosa hizo su último intento.-Sí, diga. Contestó agitado-¿Rob?-Sí, ¿Quién habla? dijo exasperado por la interrupción -Soy Elizabeth, ayúdame. Me tienen secuestrada y necesito que me ayudes. Elizabeth no había terminado de hablar y escuchó una voz femenina diciendo: -Amor, cuelga, dile que estás ocupado.-¿Quién habló Roberto?-Eli, escucha... – Dijo el hombre frotando su frente.Aída Jiménez le arrebató el celular y sin medirse le dijo: -Querida deja de llamarlo, somos pareja desde hace dos años, justo estamos haci