Elizabeth tenía mucho miedo faltaba poco para anochecer y no había encontrado a nadie caminando por la zona, ni siquiera alguna casa o finca. Comenzó a creer que era probable que estuvo corriendo en círculos; un poco desorientada se tropezó.Santos con el equipo de búsqueda seguían dando vueltas en la zona, llevaban binoculares para poder verla desde el aire y uno de los acompañantes dijo: -Santos es la Sra. -Dónde, dónde contestó Santos -Allá está, parece desmayada. Bajemos.Santos en el radio dijo: -Vayan a la casa nueva todos, la tenemos. El helicóptero descendió cerca y los acompañantes de Santos la capturaron nuevamente. Elizabeth intentó correr, pero sin fuerzas fue totalmente inútil el intento. Santos la esposó y le dijo: -Sra. no queremos hacerle daño, por favor no intente huir.Al llegar a la casa nueva, Elizabeth sintió una angustia en su corazón, su imagen delicada había desaparecido, estaba totalmente sucia y desaliñada. Tenía varios golpes en la rodilla por la caída y
La noche estaba iluminada por las estrellas, Juan Pablo sufría internamente, bebió hasta perder la conciencia.Susan estaba muy preocupada, en todo el día no había podido ver a Elizabeth, pero estaba segura que pronto alguien notaría la ausencia y llegarían a rescatarlas. Elizabeth por otro lado sentada en el sofá, observando las estrellas, mientras sus lágrimas caían sobre sus mejillas lastimadas. Recordando la mirada de enojo de Juan Pablo la hacía temblar de miedo, sentía que cualquier paso en falso, él volvería a perder el control. Su llanto era de frustración, enojo, miedo y las ganas de salir, correr e irse lejos para comenzar de nuevo. Juan Pablo amaneció muy mal, aún devastado, sus sentimientos destrozados y quería de una u otra forma lastimar a Elizabeth. Elizabeth sin haber podido dormir yacía recostada en el sillón, mirando las rosas del jardín; cuando escuchó unas voces afuera de la habitación, su corazón latía con fuerza y el miedo la invadió. Juan Pablo entró, vio
Rebeca tragando saliva con dificultad y con un poco de picardía le dijo: - Regresé por Juan Pablo.-No sé qué decir querida, mi hijo ha dejado atrás tu nombre, contestó María José con desdén.***Juan Pablo estuvo tomando, pensando en que casi llegaría la hora de estar con Elizabeth. En otra situación estaría muy feliz, estaría completamente con la mujer que él amaba, deseaba bajarle la luna y las estrellas, anhelaba ser feliz a su lado.Él llevó su mano derecha a su espalda y una sensación de inseguridad lo albergó, aunque su rostro ya no tenía cicatrices notorias; en su espalda tenía cicatrices con mal aspecto, no era tan agradable que incluso su ex prometida que decía amarlo, sintió asco al tocarlo.Deseaba desde lo más profundo de su ser que Elizabeth se entregara a él porque ella también lo deseaba, no así de esta forma. Le pareció un ten, toma mi cuerpo y a cambio libérame. Fue una daga atravesando su alma y no dejó de alcoholizarse, para poder olvidar lo amargo que se tornaba
Juan Pablo en ese momento deseó decir mucho, pero en realidad no sabía cómo o por dónde comenzar.Elizabeth salió corriendo y se fue directo a su habitación, llorando sin parar solo gritaba-Perdóname Susan por ser tan cobardeJuan Pablo la siguió, pero se quedó afuera de su puerta escuchando lo que gritaba, miró a los hombres que cuidaban y les pidió que se turnaran, se relevaran cada día. Pasaron los días y Juan Pablo decepcionado se sumergió en el alcohol, Santos muchas veces lo ayudó a llevarlo a su habitación porque se quedaba dormido en el despacho bebiendo. En esta forma de vida pasaron dos semanas, el Vicepresidente Chacón se hizo cargo de todas las decisiones de la droguería en ausencia de Juan Pablo. Elizabeth solo veía a Dorita cuando le llevaba la bandeja con comida, en realidad ella comía muy poco; no interactuaba con nadie y en la misma situación Susan. Elizabeth se armó de mucho valor y aprovechó nuevamente en escapar. Ella ya no quería seguir encerrada.Se percató q
Gabriel y Elizabeth llegaron a la Hacienda, fueron recibidos por el capataz para que ellos pudieran entrar a la casa mientras él estacionaba el Pick Up.-Adelante, estás en tu casa, dijo Gabriel con amabilidad -¿Puedo tomar el teléfono? -Sí adelante, puedes hacer tu llamada, te daré espacio.Gabriel la dejó sola para que ella pudiera hablar con libertad, él se fue a su despacho a revisar unos documentos.Elizabeth hizo dos llamadas a Roberto y él no contestaba, muy nerviosa hizo su último intento.-Sí, diga. Contestó agitado-¿Rob?-Sí, ¿Quién habla? dijo exasperado por la interrupción -Soy Elizabeth, ayúdame. Me tienen secuestrada y necesito que me ayudes. Elizabeth no había terminado de hablar y escuchó una voz femenina diciendo: -Amor, cuelga, dile que estás ocupado.-¿Quién habló Roberto?-Eli, escucha... – Dijo el hombre frotando su frente.Aída Jiménez le arrebató el celular y sin medirse le dijo: -Querida deja de llamarlo, somos pareja desde hace dos años, justo estamos haci
Santos le hizo mención de lo que creía a Juan Pablo quien estaba lleno de ira y decepción. ¿Qué le pasa a esta mujer? ¿Acaso no se da cuenta el peligro? La quiero tratar como reina y ella simplemente rechaza todo. ***Marco el hermano menor de Juan Pablo estuvo ausente durante tres años ya que se enamoró de su mejor amiga y no se atrevió a confesarle su amor, para no perder la hermosa amistad que tenían, él decidió irse a estudiar un doctorado en arquitectura en Alemania. Tuvo poca comunicación con su amiga y con su familia, ya que este joven bohemio de buenos sentimientos deseaba tener un nuevo inicio.Decidió regresar a la ciudad y llegó a casa.-Mamá, ¿estás en casa? Entró buscando a María José para sorprenderla.-Hijo querido dijo ella desde la cocina. Corriendo hacia él y abrazarlo Le preparó una deliciosa cena y disfrutó viendo películas con él.-Mamá y ¿Qué hay de nuevo con Juanpi?-Ese muchacho testarudo se fue de viaje a una casa que ha construido en el campo, eso me dijo
Santos envió mensaje a Juan Pablo: -Jefe la Sra. se bajó del Pick Up de un tipo llamado Gabriel es el dueño de la hacienda vecina.Anexo al mensaje fotografías de Elizabeth abrazando al hombre y en otra imagen ella recibiendo efectivo.Juan Pablo al ver sus mensajes sintió que un cuchillo lo cortó lentamente y tiró todo lo que estaba en el escritorio.¡Maldita prostituta! Lo acabas de conocer y hasta te pagó. Gritaba lleno de ira, dolor y decepción.Dorita lo escuchaba y solo dejó caer un par de lágrimas al escucharlo que sufría por ella.Las camionetas llegaron a la casa nueva y llevaron inconsciente a Elizabeth a su habitación. Baltazar el hombre de confianza de Agustín ya sabía a donde podían encontrar a Elizabeth y se dispuso a indagar quién era el dueño de la casa de lujo que no hace mucho habían construido.Santos tocó la puerta del despacho y entró sin esperar respuesta y al ver el desastre en su despacho, solo dijo: -Jefe, ya está en su habitación.Juan Pablo no contestó, per
Durante la madrugada Elizabeth intentó levantarse, pero el dolor que sentía en todo su cuerpo fue tal que se arrastró hasta la ducha. Sentada abrazando sus piernas lloró inconsolablemente, mientras el agua caía sobre ella. Cerró la llave y se quedó ahí llorando hasta que entró Dorita a dejar el desayuno. Al entrar vio la escena en donde Elizabeth sufrió a manos de su verdugo.Dorita corrió al baño y la vio, sentada, desnuda y con rastros de sangre a su alrededor mientras Elizabeth lloraba sin parar; Dorita la bañó y cambió. Curó un golpe con herida profunda en la parte de atrás de su cabeza y revisó los hematomas que tenía por todo su cuerpo. Dorita la abrazó y le dijo: - No llores mi niña. -Me siento sucia, humillada, quisiera morirme, dijo Elizabeth con dificultad.Dorita se encargó de limpiar su cama, el respaldo con sangre y ordenar su habitación. Al salir de la habitación de Elizabeth se dirigió a la habitación de Juan Pablo: -Patrón la Sra. está muy mal, permita que su nana