Dafne.

A veces la vida te pone muros en el camino, como con el que me topé yo ahora mismo llamado Lucas Grey y no, no es familia de Christian Grey, aunque esté igual de bueno, es más idiota, estúpido y no tiene un cuarto rojo.   

**Lástima.   

—Bueno… yo sé que estoy bueno pero ya me puedes soltar —dice bien alto para que toda la cafetería lo escuche, a lo lejos oigo a todos sus amigos muertos de la risa. La rabia crece en mí, pero me contengo este no es el momento, ya me lo hará pagar.  

—Estúpido -susurro, me separo de él y recojo el bolso Gucci del suelo. Yo venía muy tranquila caminando y tuve que resbalar con algo que había esparcido por el piso y fui a parar a sus brazos. 

Esto solo me pasa a mi     

-¿Qué, no te entendí? — pregunta con un todo de advertencia, pongo los ojos en blanco, claro se me olvidaba que él es el rey en esta escuela y todos tienen que lamerle el culo. Obvio todos menos yo, que le den. 

- Dije que eres un estúpido, algún problema con eso - le deletreo palabras por palabra mientras lo miro a la  cara.   

Observo el momento exacto en el que se transforma de burla a ira, que bueno porque yo también estoy muy enfadada, mi día acaba de transformarse en una m****a.

  Y todo por culpa de él.

 Es que no puede mantenerse lejos de mí.

Tengo un dulce para los idiotas.  

  Ya dije que a él nadie le habla así aquí en este colegio?, ¿Porqué? Te lo explico; su papá es el puto dueño de esta universidad, así de sencillo. Ah ¿Qué porque yo le contesto sabiendo eso? Fácil; Su papá es el mejor amigo de mi papá y a demás lo odio a muerte. Por lo tanto conozco a este tipejo desde siempre, literalmente.    

-Daf —susurra cogiendo mi brazo al intentar pasar por su lado, diciendo ese nombre que sabe que no me gusta -No juegues conmigo- me dice bajito para que nadie nos oiga.    

—Entonces no me provoques —le digo en el mismo tono soltando mi brazo y caminando hacia las afueras de la cafetería.   

La verdad es que Lucas y yo fuimos  amigos  de la infancia, luego mantuvimos una relación todo iba  bien hasta que decidió jugar conmigo haciéndome mucho daño, tanto que casi muero , pero bueno eso ya está olvidado, ahora solo le tengo odio.    

Claro está que delante de nuestros padres somos la viva imagen de la amistad, todo es por conveniencia porque si le decimos que nosotros estamos declarados a guerra nos cortan el grifo y la libertad, así que aquí estamos odiándonos y fingiendo ser los mejores amigos, que fastidio.   

No voy a negar que Lucas está para comérselo, con su pelo negro al estilo me acabo de levantar y se way, esos ojos que no voy a mentir son hipnóticos tan negros como su pelo, su 1.90 y que decir de su cuerpo,un dios griego, pero es un estúpido en toda regla. Además no respeta a nadie. Las personas dicen que es un caballero, un buen muchacho, el que toda madre quiere de yerno, alguien agradable, en quien puedes confiar,  pero yo lo conozco bien y  es un idiota , y nunca le voy a perdonar lo que me hizo.    

-¿Dafne vamos a ir a la fiesta de Camila?-escucho preguntar a mi mejor amiga Erica.   

la verdad no tengo muchas ganas de ir, pero como ella está obsesionada con un chico que va a estar ahí y de tanto insistencia por parte de ella decido ir y así relajarme un rato, que con esto de los exámenes finales estoy hecha un lío.   

-Claro, el sábado  ven a mi casa , para prepararnos y vamos desde ahí que queda más cerca.— le digo   

  -¡Genial!!!!.-grita emocionada llamado la atención de todos alrededor.    

Yo la quiero mucho , es un poco loca y siempre me hace reír , pero es una amiga de las que da la vida por ti. Nos conocimos en la primaria y aunque al principio nos odiamos a tal punto que nos peleamos porque yo quería el mejor puesto del aula al igual que ella, desde ese día nos volvimos inseparables. 

Erica es muy hermosa. Tiene una melena roja que le llega a más abajo de la cintura, con  unos risos de ensueños,  sus ojos son de un verde intenso y  su piel es tan  blanca, que parece que siempre está pálida. Tiene un cuerpo que cualquier modelo envidiaria, a pesar de que come como un camionero, es más alta que yo, en donde yo soy 1.65, ella es 1.70 . Lo que digo puede ser una modelo.   

—Bueno Eri, ya me voy que estoy agotada, además del día de m****a que llevo . Te veo otro día.

— Está bien, nos vemos perris— pongo los ojos en blanco por el mote que me puso y  le doy dos besos para luego  dirigirme  al aparcamiento a por mí auto.    

Voy a montar en él cuando siento un cosquilleo en la nuca y me giro a observar quien me está mirando, en eso me topo con unos ojos intimidantes, de esos que te dejan congelada en el mismo lugar, y a los cuales amé más que a mi alma, pero que ahora solo me causan repulsión. 

  **Ya claro no puedes negar que te pone nerviosa todavía .  

Y no lo niego, pero ya no con ese amor adolescente que tan estúpida me volvió , ya no soy esa chiquilla que se emocionaba por una mirada suya, eso se acabó .  

Lo veo caminar en mi dirección, me pregunto que diantres querrá ahora.   

-Dice mi madre que vayas a cenar hoy a casa -pongo los ojos en blanco al oírlo -tranquila muñeca a mi tampoco me hace gracia que estés todo el dia metida en mi vida. —dice de forma despreciva.  

-Ya lo sé, mi madre me acaba de enviar un mensaje, tranquilo muñeco -hago referencia con ironía a el calificativo con el que me nombró —a mi menos me gusta estar en tu vida, si fuera por mí ya estuviera a mil kilómetros lejos de ti , tanto que si mirara atrás no viera tu cara.  

Hace una mueca y veo algo en sus ojos que no sé que lo que es..¿Dolor? Na imposible!! son imaginaciones mías .  Se va sin decirme nada, da media vuelta, se monta en su moto y desaparece de mi vista en dos segundos.   

No me gusta la sensación de vacío que siento al verlo alejarse, porque prefiero odiarlo, a eso, me rehuso.     Tengo que tener presente que el es un ser despreciable, son sentimiento y arrogante.     

Sacudo la cabeza y subo en mi auto, y me pongo en marcha hacia mi casa, con la sensación de que este día será muy muy largo.