Capítulo 28: Joyas y Desprecios

El jardín de la mansión Sinisterra estaba envuelto en una brisa helada que hacía temblar las hojas de los árboles. Alanna, sentada en una banca de piedra, se abrazaba a sí misma en un intento de mantener el frío a raya. El encuentro con Esteban la había dejado con un extraño sabor amargo. No sentía dolor, ni siquiera rabia. Solo vacío. Un vacío que parecía haberse instalado en su pecho desde hacía mucho tiempo, pero que ahora se hacía más palpable que nunca.

—Te vas a enfermar si sigues aquí.

La voz de Leonardo interrumpió sus pensamientos. Alanna giró el rostro y lo vio acercarse con su porte elegante y calculador.

—No necesito tu preocupación —respondió Alanna sin ganas, desviando la mirada hacia las rosas marchitas que adornaban el jardín.

—No es preocupación, es sentido común —replicó él sin inmutarse, como si sus palabras fueran un hecho irrefutable.

Leonardo se quitó la bufanda y, con movimientos precisos y casi mecánicos, la colocó alrededor del cuello de Alanna. Ella lo miró s
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP