Capítulo 259
Aquel breve sueño fue dulce y reconfortante, no sé si por estar cerca de Lucas.

—¿Puedes caminar? —Después de estacionar, Lucas bajó primero y rodeó el auto para abrirme la puerta.

Probé mi pierna: —Sí, puedo. La acupuntura me ha ayudado.

Debo admitir que el médico que Lucas consiguió era realmente experto.

La acupuntura parecía aterradora, pero su efecto era sorprendente. Después de un tratamiento, el dolor había disminuido notablemente.

Lucas asintió, esperándome junto a la puerta y ayudándome con cuidado.

Caminé muy despacio, él sosteniendo los medicamentos con una mano y sujetándome del brazo con la otra.

Un trayecto corto me tomó varios minutos.

Ya en casa, seguía preocupado: —Por la noche, para asearte, ir al baño... ¿Podrás sola?

Pensé, incluso si no pudiera, ¿acaso iba a quedarse para ayudarme a bañarme o acompañarme al baño?

No pude decir eso en voz alta, así que respondí con confianza: —Sí, no te preocupes.

—¿Me voy entonces?

—Sí...

Asentí, quedándome quieta.

Como no podía mo
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