-¡Déjenme pasar o se van a arrepentir!Lucas vio como Sofía estaba congelada en su lugar, con los ojos bien abiertos como si hubiese visto a la mismísima muerte. Rápidamente el magnate se puso delante de la joven, cubriéndola del hombre, justo cuando éste miró hacia ellos. Sofía mirada hacia la espalda de Lucas que era como un muro delante de ella, sintiendo que todo su mundo estaba por venirse abajo por culpa de la reaparición de su abusador, recordándole que eran las 12 en punto y que debía volver a ser la plebeya que siempre había sido, que todo eso había sido una farsa.Alexander miró hacia Lucas y ambos se clavaron una mirada desafiante.-¡Niñato!- gritó con desprecio el empresario- Creo que te olvidaste mi nombre en la lista.-Estoy seguro de que no, tú no eres bienvenido en esta casa.-El hombre rió y las cámaras no pararon de filmar.-¿Acaso te olvidas quién soy? Pregúntale a cualquiera, todos saben cuál es mi lugar.-Sé muy bien quien eres y lo que has hecho ¿Quieres que lo
La pareja quedó sola en el medio del salón.-Finalmente solos…- exclamó tomando las manos de la joven entre las suyas.-Si- sonrió tímidamente- ¿Vamos arriba?Lucas sintió un calor oscuro y prohibido nacer desde dentro, sintió cómo tímidamente Sofía tomaba su mano y comenzaba a llevarlo escaleras arriba.El magnate sintió que flotaba como una extensión de la castaña, era todo suyo, esa mujer podría hacer lo que quisiera con él y él haría lo que sea por ella sin negarse a nada.Cada escalón que subían lo ponía más y más nervioso y aún peor cuando Sofía se giraba a verlo para darle una sonrisa igual de nerviosa.“¿Qué iba a pasar cuando llegaran arriba?” se preguntó a sus adentros.Llegaron al pasillo que conectaba todas las habitaciones, todo quedó en silencio y se rieron tímidamente.-Bueno…- exclamó Lucas rascándose la nuca tratando de ocultar el temblor en su mano- Aquí está mi cuarto…-Pensé… que quizás hoy podríamos compartir habitación.-Oh…-¡Pero si no quieres está bien!- excla
-Acuéstate en la cama. Lucas obedeció, retrocediendo sin dejar de mirar los ojos oscuros de Sofía, hasta que se chocó con el borde de la cama y se deslizó hacia atrás lentamente sobre el colchón. La joven gateó lentamente sobre el cuerpo de Lucas, como una sensual gata y con audacia se dio vuelta, dándole la espalda al magnate. -¿Me ayudas con el vestido?- ronroneó. No tuvo que pedirlo dos veces, hábilmente el magnate bajó el cierre del vestido, dejando al descubierto la espalda tersa y bronceada de su amante, que se giró sobre su hombro y lo miró de costado mientras bajaba lentamente su vestido deslizándolo por sus brazos. El magnate acercó sus manos temblorosas de placer por la espalda de la joven, rozando con la yema de sus dedos por la línea hundida de su Columna, hasta presionar sus manos en los pocitos marcados a cada lado de sus caderas. Sofía soltó su cabello del trabajado peinado, dejándolo caer en su espalda como una cascada dorada. -Eres preciosa- ronroneó el hombre,
-¿Estás lista?- preguntó Lucas acomodando las solapas de la camisa de Sofía.-Mentiría si te dijera que sí, estoy muy nerviosa. ¡Es mi primer trabajo!- exclamó mirándose al espejo, viendo el atuendo que había elegido, no se reconocía.Llevaba puesto un conjunto de dos piezas, blazer y pantalón de pinzas color gris, con una camisa blanca debajo y el pelo recogido en una coleta. Lucas apoyó su barbilla en el hombro de la joven y la abrazó por detrás.-Estás hermosa, eres toda una mujer de negocios.- exclamó el magnate al ver la expresión de inseguridad en su amante.-Basta- lo retó sintiéndose avergonzada- ¿Y si lo arruino? ¿Y si llevo tu negocio a la ruina?Lucas rió divertido, se veía tan tierna cuando se preocupaba.-Bueno… no me molestaría estar en la ruina contigo- Exclamó besando su mejilla, y luego comenzó a dar pequeños besos descendiendo por el cuello de la joven- Me encantó lo de anoche- ronroneó subiendo sus manos por los brazos de Sofía hasta llegar a su camisa desabotonando
Sofía se sentía una niña en una gran juguetería, tantos rincones por recorrer y llenos de sorpresas. Estaba fascinada por los lujos del hotel y todos los servicios que brindaban a sus clientes y pensó que podría acostumbrarse a ello.Comenzó por la cocina, y espió por la ventana redonda de las puertas que se abrían para ambos lados, donde los meseros salían con exquisitos platos para los comensales de alto nivel.Ingresó sin decir nada, mirando el caos que era la cocina, la gente corriendo de un lado al otro, el chef gritando más fuerte de lo que su propia voz podía y miles de cocineros trabajando como expertos en muy corto tiempo.Simplemente estaba fascinada, nunca había visto tan perfecta sincronía.Uno de los juniors la notó, dejando de saltear sus verduras y parándose erguido.-¡Señorita vicepresidenta!- exclamó con terror.Todos dejaron de hacer sus tareas y se giraron hacia ella.-¡Buenas días vicepresidenta!- exclamaron todos al unísono, hasta el chef había dejado de dar órden
Sofía no podía creer el giro de 180 grados que había dado su vida.Habían pasado dos meses desde que se había convertido en la vicepresidenta de Hoteles Montenegro y había creído que el puesto le quedaría muy grande, que sería cuestión de tiempo para renunciar antes de arruinarlo todo.Pero no, había logrado ser más que el puesto, convirtiéndose en una excelente mujer de negocios que se preocupaba por su gente, sus empleados, sin perjudicar en ningún momento a la empresa.-Buenos días Sofía- exclamó con una hermosa y genuina sonrisa la jefa de recepcionistas del hotel, la cual la recibía todos los días con un enérgico saludo junto con las demás recepcionistas a su cargo.-Buenos días chicas ¿Ha sido una mañana tranquila?-Sí señorita, todo va viento en popa.-Perfecto chicas, sigan así- exclamó dándoles ánimo como todas las mañanas-Ah, por cierto... casi se me olvida- exclamó la joven, agachándose detrás de la mesa de recepción ante la mirada curiosa de la joven.- Tenga señorita Sofí
-¿Qué más podía esperar de tí? Me he olvidado que después de todo eres hombre y jamás vas a entender lo que es el miedo constante por el que pasamos las mujeres.- Sentenció Sofía, saliendo rápidamente de la oficina de Lucas.-¡Espera! ¡Sofi!- gritó el magnate, pero ya era tarde, la vicepresidenta había salido de la oficina.Lucas se recargó abatido en el asiento, la había cagado. Había permitido que su lado de hombre de negocios lo dominase.Tomó con frustración el gordo expediente.“¿Realmente esta cantidad de papeles eran sobre acusaciones contra el gerente?”Al principio le había parecido una exageración, una broma, algo que no era tan grave como para tener que actuar de una forma tan brusca como despedir al gerente que había estado ahí desde antes de que él tomara el mando y con el cual nunca había tenido problemas con su desempeño.Abrió el expediente, y no solo había acusaciones de ese año. Mientras pasaba las hojas se dio cuenta de que se habían encajonado años de acusaciones c
Sofía se levantó temprano para comenzar su día, aunque estaba enojada y dolida con Lucas, dormir lejos de él había sido todo un reto y había hecho una fuerza sobrehumana para no ir a mitad de la noche a acostarse en sus brazos.Se dirigió a la cocina y se decepcionó al no ver al magnate por ningún lado. Siempre desayunaban juntos, se había convertido en un ritual.Vio que sus llaves no estaban donde siempre las dejaba, se había ido al trabajo sin ella.“Prefirió entrar antes al trabajo antes de cruzarse conmigo” Se dijo a ella misma clavándose un puñal.Llegó al hotel cabizbaja, sintiéndose fatal por estar peleada con Lucas y además no haber podido resolver lo que le había prometido a Melisa.-Buenos días Señorita Sofía- exclamó la recepcionista tan sonriente como siempre, pero ahora su sonrisa le quemaba.-Buenos días.- dijo sin ánimos. – Hablamos luego ¿Está bien?-Espere…- exclamó saliendo del mostrador y acercándose a ella.-¿Qué sucede?-Déjeme acompañarla a la sala de eventos.-