Aisha y Alejandro se encontraban en el aeropuerto, emocionados y listos para continuar con su luna de miel. Habían visitado varios países del continente europeo y finalmente llegaron a París, la última parada de su viaje. El ambiente es festivo y lleno de expectativas.— ¡No puedo creer que estemos en París, Alejandro! Ha sido un viaje increíble hasta ahora.— Sí, cariño — Alejandro la toma de la mano — cada país ha tenido su magia especial, pero París... será el punto culminante. Aisha y Alejandro llegan a su hotel, un majestuoso edificio parisino con luces brillantes y una entrada impresionante.— ¡Bienvenidos al Hotel Étoile, señor y señora! ¿Cómo puedo ayudarles?— Nosotros tenemos una reserva. El nombre es Aisha Martínez De Montecristo.— ¡Ah, por supuesto! Les tenemos preparada la suite más lujosa con vista a la Torre Eiffel. Disfrutarán de una experiencia inolvidable.Aisha y Alejandro entraron a su suite, ellos quedaron enamorados por la vista panorámica de la ciudad.— ¡Est
Aisha dió su mejor esfuerzo para terminar cuanto antes con el trabajo acumulado, ella no durmió en toda la noche y logró revisar cada pendiente.— Chris — ella miró que él llegó directo a trabajar — iré a casa a dormir, luego voy a regresar para ver si se ofrece algo.— No es necesario que lo hagas, puedo encargarme de todo lo que pueda surgir, aún tengo tu sello. — Guarda ese sello muy bien, no quiero que surjan problemas.Aisha se fue a la casa y al llegar miró que Alejandro estaba dormido profundamente, aún con el traje con el que se fue a trabajar.— Buenos días, cariño — ella susurró y le dió un beso que fue correspondido de repente — ¿Qué? Pero pensé que estabas dormido.— No para mi bella esposa — él la tomó y la puso en la cama — ¿Qué tal te fue? No me gusta que trabajes tanto.— Todo estuvo vuelto una locura pero logré sacar el trabajo a tiempo — ella se acurrucó en los brazos de Alejandro y luego se separó — tengo que ir a bañarme, voy a dormir un poco y después iré a dar u
Aisha sacudía la cabeza de un lado al otro, incrédula y herida por las palabras venenosas que estaba escuchando por parte de su esposo, aquel que le juró amor eterno y que fue todo amor durante su luna de miel y en los días posteriores.— ¿Realmente crees que puedes salirte con la tuya así, Aisha? — él habló en tono acusatorio ¡Eres una prostituta!— No entiendo de lo que me acusas, ¿Acaso te estás dando cuenta de lo que estás diciendo?— ¿No sabes de lo que te estoy hablando? — ella sacude su cabeza de un lado al otro — muy bien, aquí está de lo que te acuso.Alejandro tomó una carpeta y le arrojó miles de papeles a Aisha, ella tomó una de las hojas y miró como estaba en los brazos de Christopher.— No puedes estar hablando en serio... ¿Qué pasó contigo? ¡Está mujer no soy yo! Jamás me acosté con Christopher.— Creí que eras diferente, que eras especial — él habló riendo con cinismo — pero me equivoqué, eres igual que todos los demás. No me quieras ver la cara de idiota porque esa e
Antes de que pueda detenerlo, Aisha se lanzó hacia adelante, y Alejandro descargó un último golpe haciendo que a ella le roce en su mejilla pero termina aterrizando en el suelo, sin embargo es lo suficientemente fuerte como para hacer que se maree.La habitación cae en un silencio lleno de tensión y la gravedad del momento pesa en el aire.— ¡Esto tiene que parar ahora! — Aisha habla con lágrimas en los ojos — ¿Por qué desconfías tanto de mí? A quien amo es a ti.Aisha se arrodilló junto a Alejandro, preocupada por su estado. Christopher, lleno de remordimiento, retrocede, dejando espacio entre ellos.— Lo siento... Lo siento mucho — Alejandro habla con la voz quebrada — no debiste meterte.— ¿Y qué se mataran? — Aisha se sostiene de los brazos de Alejandro — ambos son importantes para mí, uno de ustedes es mi esposo y el otro es mi mejor amigo.Aisha debido a todo lo sucedido terminó por desmayarse y Alejandro la cargó entre sus brazos. Él salió del hospital y los guardias de segurid
Aisha se sentía ansiosa, ella no quería estar lejos de Alejandro y menos en esa propiedad.— Por favor, detén el carro — ella le súplica al chófer pero éste ignora sus súplicas y continúa el viaje en silencio. Al llegar a la residencia Ébano, el chófer detiene el auto y baja para abrir la puerta de Aisha.— No me dejes aquí, por favor, es peligroso...El chófer baja todas las pertenencias de Aisha y luego regresa al auto sin mirar atrás. Arranca y se aleja, dejando a Aisha sola y desamparada en la entrada de la residencia.Alejandro regresa a la mansión, con una sensación de vacío en su interior. Su nana lo mira con preocupación.— ¿Cómo estás, mi niño? ¿En dónde se encuentra Aisha?— La envié a la residencia Ébano. Necesitaba un tiempo lejos.— Hiciste lo correcto, Alejandro. A veces, es necesario tomar distancia para aclarar las cosas.— Espero que esto ayude.Ella mira a Alejandro con una mezcla de compasión y comprensión. Sabe bien lo que pasó ya que con los papeles que estaban d
Alejandro terminó por salirse de la habitación y siente su corazón a punto de salirse del pecho, la angustia hace que los minutos sean eternos y piensa en lo idiota que fue.— ¡Que los doctores se apresuren! — Maria gritó a todo pulmón — ¡Necesito manos aquí, por un demonio!Los doctores llegaron y vieron a Maria atender a Aisha, ella ya la tenía con varios aparatos conectados y miraron la picadura de cascabel.— ¡Necesitamos el antídoto lo antes posible! — un doctor se acercó y miró el piquete entonces Maria, con la serpiente en la mano, se acercó al médico.— Aquí tiene la serpiente. Por favor pide el antídoto cuanto antes. Necesitamos salvar al bebé que la doctora Martínez carga. Haga el favor de llamar al doctor Salvatierra que necesito demasiadas manos aquí, él sabe más de serpientes que nosotros.El médico asiente y toma la serpiente, agradecido por tener el antídoto a mano.— Gracias, esto puede hacer la diferencia. Iré a llamar al doctor Salvatierra, no tardó en llegar, doctor
Alejandro soltó a su asistente personal y en el momento que intentó acercarse a Aisha fue que Christopher se interpuso en el medio.— Ella me pidió que no dejará acercarte, lo mejor es que guardes tu distancia.— Aisha, por favor no me hagas esto. Perdóname por lo que te hice, fui un estúpido.— Christopher, por favor llévame a mi cuarto — la voz de Aisha era tranquila pero dolorosa — no me siento bien.Christopher decidió cargar a Aisha y Alejandro se mantuvo al margen, luego miró a Mel que estaba siendo sujetada por los guardias de seguridad.— Maria — Alejandro miró a esta mujer — ¿Me puedes explicar por qué dices eso?— Sencillo, el paparazzi que tomó la foto que se alteró me dijo toda la verdad y que Mel estaba involucrada. Ella le pagó una suma fuerte de dinero para que alterará la fotografía y cuando le amenacé con demandarlo me dió la original que te mostré.— ¿Cómo fue que él tuvo acceso a esa habitación?— Las consecuencias de pagar un hotel de paso, supongo que eso es mi cu
Maria dejó a solas a Aisha con Aryeh. Él permaneció de pie en el cuarto hasta que ella lo invitó a sentarse en un sofá que estaba cerca.— ¿Qué es lo que quiere, señor Lancaster? Sinceramente su visita me tomó por sorpresa.— Me di cuenta lo que le sucedió, venía nuevamente a reiterarle mi oferta de que si necesita algo no dude en pedirmelo.— Le agradezco su oferta pero por el momento tengo todo en orden — Aisha se puso a pensar en algo — aunque sabe algo, quizás si me pueda ayudar después de todo.— Claro, dígame.— En caso de que se llegue a dar cuenta de algún apartamento en alquiler o casa, le agradecería mucho si me avisa y da buenas referencias de mí.— De hecho sé de un cuarto que están alquilando en una muy buena zona, si desea puede ir una vez que le den de alta.— Necesito los informes, ¿Cuántas personas viven ahí? ¿Los conoce? ¿Cuáles son los términos del contrato y los servicios que hay?— Ahí viven dos personas, el dueño y una empleada, los conozco muy bien, los términos