Aisha sacudía la cabeza de un lado al otro, incrédula y herida por las palabras venenosas que estaba escuchando por parte de su esposo, aquel que le juró amor eterno y que fue todo amor durante su luna de miel y en los días posteriores.— ¿Realmente crees que puedes salirte con la tuya así, Aisha? — él habló en tono acusatorio ¡Eres una prostituta!— No entiendo de lo que me acusas, ¿Acaso te estás dando cuenta de lo que estás diciendo?— ¿No sabes de lo que te estoy hablando? — ella sacude su cabeza de un lado al otro — muy bien, aquí está de lo que te acuso.Alejandro tomó una carpeta y le arrojó miles de papeles a Aisha, ella tomó una de las hojas y miró como estaba en los brazos de Christopher.— No puedes estar hablando en serio... ¿Qué pasó contigo? ¡Está mujer no soy yo! Jamás me acosté con Christopher.— Creí que eras diferente, que eras especial — él habló riendo con cinismo — pero me equivoqué, eres igual que todos los demás. No me quieras ver la cara de idiota porque esa e
Antes de que pueda detenerlo, Aisha se lanzó hacia adelante, y Alejandro descargó un último golpe haciendo que a ella le roce en su mejilla pero termina aterrizando en el suelo, sin embargo es lo suficientemente fuerte como para hacer que se maree.La habitación cae en un silencio lleno de tensión y la gravedad del momento pesa en el aire.— ¡Esto tiene que parar ahora! — Aisha habla con lágrimas en los ojos — ¿Por qué desconfías tanto de mí? A quien amo es a ti.Aisha se arrodilló junto a Alejandro, preocupada por su estado. Christopher, lleno de remordimiento, retrocede, dejando espacio entre ellos.— Lo siento... Lo siento mucho — Alejandro habla con la voz quebrada — no debiste meterte.— ¿Y qué se mataran? — Aisha se sostiene de los brazos de Alejandro — ambos son importantes para mí, uno de ustedes es mi esposo y el otro es mi mejor amigo.Aisha debido a todo lo sucedido terminó por desmayarse y Alejandro la cargó entre sus brazos. Él salió del hospital y los guardias de segurid
Aisha se sentía ansiosa, ella no quería estar lejos de Alejandro y menos en esa propiedad.— Por favor, detén el carro — ella le súplica al chófer pero éste ignora sus súplicas y continúa el viaje en silencio. Al llegar a la residencia Ébano, el chófer detiene el auto y baja para abrir la puerta de Aisha.— No me dejes aquí, por favor, es peligroso...El chófer baja todas las pertenencias de Aisha y luego regresa al auto sin mirar atrás. Arranca y se aleja, dejando a Aisha sola y desamparada en la entrada de la residencia.Alejandro regresa a la mansión, con una sensación de vacío en su interior. Su nana lo mira con preocupación.— ¿Cómo estás, mi niño? ¿En dónde se encuentra Aisha?— La envié a la residencia Ébano. Necesitaba un tiempo lejos.— Hiciste lo correcto, Alejandro. A veces, es necesario tomar distancia para aclarar las cosas.— Espero que esto ayude.Ella mira a Alejandro con una mezcla de compasión y comprensión. Sabe bien lo que pasó ya que con los papeles que estaban d
Alejandro terminó por salirse de la habitación y siente su corazón a punto de salirse del pecho, la angustia hace que los minutos sean eternos y piensa en lo idiota que fue.— ¡Que los doctores se apresuren! — Maria gritó a todo pulmón — ¡Necesito manos aquí, por un demonio!Los doctores llegaron y vieron a Maria atender a Aisha, ella ya la tenía con varios aparatos conectados y miraron la picadura de cascabel.— ¡Necesitamos el antídoto lo antes posible! — un doctor se acercó y miró el piquete entonces Maria, con la serpiente en la mano, se acercó al médico.— Aquí tiene la serpiente. Por favor pide el antídoto cuanto antes. Necesitamos salvar al bebé que la doctora Martínez carga. Haga el favor de llamar al doctor Salvatierra que necesito demasiadas manos aquí, él sabe más de serpientes que nosotros.El médico asiente y toma la serpiente, agradecido por tener el antídoto a mano.— Gracias, esto puede hacer la diferencia. Iré a llamar al doctor Salvatierra, no tardó en llegar, doctor
Alejandro soltó a su asistente personal y en el momento que intentó acercarse a Aisha fue que Christopher se interpuso en el medio.— Ella me pidió que no dejará acercarte, lo mejor es que guardes tu distancia.— Aisha, por favor no me hagas esto. Perdóname por lo que te hice, fui un estúpido.— Christopher, por favor llévame a mi cuarto — la voz de Aisha era tranquila pero dolorosa — no me siento bien.Christopher decidió cargar a Aisha y Alejandro se mantuvo al margen, luego miró a Mel que estaba siendo sujetada por los guardias de seguridad.— Maria — Alejandro miró a esta mujer — ¿Me puedes explicar por qué dices eso?— Sencillo, el paparazzi que tomó la foto que se alteró me dijo toda la verdad y que Mel estaba involucrada. Ella le pagó una suma fuerte de dinero para que alterará la fotografía y cuando le amenacé con demandarlo me dió la original que te mostré.— ¿Cómo fue que él tuvo acceso a esa habitación?— Las consecuencias de pagar un hotel de paso, supongo que eso es mi cu
Maria dejó a solas a Aisha con Aryeh. Él permaneció de pie en el cuarto hasta que ella lo invitó a sentarse en un sofá que estaba cerca.— ¿Qué es lo que quiere, señor Lancaster? Sinceramente su visita me tomó por sorpresa.— Me di cuenta lo que le sucedió, venía nuevamente a reiterarle mi oferta de que si necesita algo no dude en pedirmelo.— Le agradezco su oferta pero por el momento tengo todo en orden — Aisha se puso a pensar en algo — aunque sabe algo, quizás si me pueda ayudar después de todo.— Claro, dígame.— En caso de que se llegue a dar cuenta de algún apartamento en alquiler o casa, le agradecería mucho si me avisa y da buenas referencias de mí.— De hecho sé de un cuarto que están alquilando en una muy buena zona, si desea puede ir una vez que le den de alta.— Necesito los informes, ¿Cuántas personas viven ahí? ¿Los conoce? ¿Cuáles son los términos del contrato y los servicios que hay?— Ahí viven dos personas, el dueño y una empleada, los conozco muy bien, los términos
Pero al intentar salir de la habitación, su nana lo detuvo con una mano firme en el hombro. — No tan rápido, Alejandro. Antes de ir a ver a Aisha, necesitas hacer algo importante. Ve a visitar a un psicólogo. Necesitas comenzar con terapias para abordar todo lo que te ha afectado.Alejandro frunció el ceño, renuente. — Nana, no sé si eso vaya a…— Alejandro, escucha bien — la anciana lo interrumpió con una mirada seria — si no haces esto, es muy probable que pierdas a Aisha. Ella es una mujer maravillosa y hermosa, y no tardará en encontrar a alguien que la ame como se merece. No querrás verla feliz en brazos de otro hombre solo porque no pudiste enfrentar tus demonios.Las palabras de la nana resonaron en la habitación, pesadas y llenas de verdad. Alejandro finalmente asintió, aceptando la necesidad de buscar ayuda.— Ten — ella le dió una tarjeta — ve con ese doctor, dile que vas de mi parte. Me debe un favor y te recibirá sin problemas.— Está bien, nana — él tomó la tarjeta — mu
Aisha parpadeo, aún adormilada, pero la mirada de Alejandro la despertó por completo.— Alejandro... ¿Qué ha pasado? — su voz es suave pero con un toque de cautela — no entiendo qué haces aquí.— Te prometí un cambio, Aisha, y lo haré — habla con ternura — María estará aquí para cuidarte cuando no pueda estar a tu lado.Aisha asiente, con una mezcla de emoción y prudencia en sus ojos. Siente el peso de la promesa de Alejandro y la sinceridad en sus palabras pero hay algo que no deja confiar del todo en su esposo.— Quiero creer en nosotros pero mucho me temo que está vez necesitaré algo más que palabras de tu parte, deseo ver un cambio entre nosotros.— Te juro que voy a demostrarte con hechos que cambié. Entiendo tu desconfianza y volveré a recobrar todo aquello que perdí con mis malas decisiones.— Eso espero, no creas que no te amo — su voz se quebró — pero te digo que mi amor por mi hijo y por mí es superior al que te tengo a ti.— Lo entiendo, prometo ser alguien diferente para