Las mejillas de Aisha se tiñeron de un rojo carmesí al escuchar los comentarios llenos de erotismo que su esposo le dedicaba, aunque tenía que admitir que compartía el sentimiento por completo y quería estar a solas con su esposo.— Felicidades — Mel se acercó a ellos una vez que terminaron de bailar — muchas gracias por permitirme venir a la boda de mi prima, Alejandro.— Si estás aquí es porque Aisha me lo pidió, pero quiero dejar en claro que no confío en ti en absoluto y que estaré encima tuyo como un halcón.— Entiendo que quizás mi pasado no me ayuda, pero al menos dame el beneficio de la duda así como Aisha te lo dió a ti y ahora estás felizmente casado con ella.— No vengas a salir con esas cosas, si me porté mal con Aisha fue por tu culpa. Las intrigas que sembraste al inicio me hicieron tener una primera pésima impresión de mi esposa, por suerte con el tiempo pude darme cuenta que es una buena mujer con valores intachables — él miró a Mel de arriba hacia abajo — no como tú.
Aisha y Alejandro tomaron juntos el cuchillo y con una sonrisa cómplice, cortaron el pastel con delicadeza. Las risas y los aplausos llenaron el salón mientras compartían ese momento especial.Los meseros se acercan rápidamente para cortar rebanadas y empezar a servirlas a los invitados, quienes esperan ansiosos para saborear el delicioso pastel.A medida que las rebanadas se distribuyen, Aisha y Alejandro se acercan a los invitados, agradeciendo su presencia y compartiendo momentos de alegría.Finalmente, llega el momento de despedirse. Aisha y Alejandro se toman de la mano y caminan hacia la puerta mientras los invitados forman un pasillo. Todos sonríen y aplauden, deseándoles una vida llena de amor y felicidad.— ¡Felicidades, Aisha y Alejandro! — gritaron los invitados al unísono.Aisha y Alejandro se dan la vuelta una última vez para agradecer a todos y luego salen del salón, listos para comenzar esta nueva aventura juntos.— ¿Lista esposa mía?— Lista, esposo mío.Aisha y Aleja
— Bueno, todos somos humanos, ¿Verdad? Y eso significa que a veces, suceden cosas normales como... — él se sonrojo ligeramente — como tirarse flatulencias.— ¿No hablas solo por hablar? — él negó.— No quiero que te sientas incómoda por algo tan natural. No me molesta en absoluto. Lo que sí me preocupa es verte llorar por algo que, en realidad, no es importante en absoluto. — Gracias, Alejandro — ella sintió un nudo en la garganta ante la respuesta de su esposo — a veces me cuesta aceptar que puedo ser yo misma contigo.— Quiero que sepas que eres perfectamente imperfecta para mí — Alejandro le acarició la mano — tus pequeñas peculiaridades son lo que te hacen única y especial. Y estoy aquí para apoyarte y amarte en cada momento, sin importar qué.— No sé qué hice para merecerte — una lágrima de gratitud escapa de sus ojos — disculpa, son las hormonas.— No se trata de merecer, Aisha. Se trata de amarnos tal y como somos. Eres maravillosa, y estoy agradecido por tenerte en mi vida,
Aisha se sentó a bruces encima del miembro de Alejandro, ella soltó un gemido desde lo más profundo de su garganta y él la miró con amor.— Eres tan perfecta — sus manos acariciaban con delicadeza el rostro de Aisha mientras unos mechones de cabello se encontraban sueltos — te amo.El tiempo parecía detenerse mientras se entregaban el uno al otro en el jacuzzi, en medio de la atmósfera mágica de Santorini. El cielo estaba salpicado de estrellas, testigo silencioso de su amor ardiente.Finalmente, agotados pero llenos de una nueva intimidad, se quedaron abrazados en el agua tibia. Miraron el horizonte, sintiendo la conexión profunda que compartían en ese momento.— Estoy cansada — Aisha bostezó mientras salía del jacuzzi — creo que tendremos que dejar para mañana el turismo.— Claro, lo que desees. Estaremos aquí por una semana y ya después iremos a otro sitio — él detuvo a Aisha cuando miró que iba a hablar — ni preguntes, es una sorpresa.Aisha al día siguiente miró a Alejandro habla
Aisha y Alejandro se encontraban en el aeropuerto, emocionados y listos para continuar con su luna de miel. Habían visitado varios países del continente europeo y finalmente llegaron a París, la última parada de su viaje. El ambiente es festivo y lleno de expectativas.— ¡No puedo creer que estemos en París, Alejandro! Ha sido un viaje increíble hasta ahora.— Sí, cariño — Alejandro la toma de la mano — cada país ha tenido su magia especial, pero París... será el punto culminante. Aisha y Alejandro llegan a su hotel, un majestuoso edificio parisino con luces brillantes y una entrada impresionante.— ¡Bienvenidos al Hotel Étoile, señor y señora! ¿Cómo puedo ayudarles?— Nosotros tenemos una reserva. El nombre es Aisha Martínez De Montecristo.— ¡Ah, por supuesto! Les tenemos preparada la suite más lujosa con vista a la Torre Eiffel. Disfrutarán de una experiencia inolvidable.Aisha y Alejandro entraron a su suite, ellos quedaron enamorados por la vista panorámica de la ciudad.— ¡Est
Aisha dió su mejor esfuerzo para terminar cuanto antes con el trabajo acumulado, ella no durmió en toda la noche y logró revisar cada pendiente.— Chris — ella miró que él llegó directo a trabajar — iré a casa a dormir, luego voy a regresar para ver si se ofrece algo.— No es necesario que lo hagas, puedo encargarme de todo lo que pueda surgir, aún tengo tu sello. — Guarda ese sello muy bien, no quiero que surjan problemas.Aisha se fue a la casa y al llegar miró que Alejandro estaba dormido profundamente, aún con el traje con el que se fue a trabajar.— Buenos días, cariño — ella susurró y le dió un beso que fue correspondido de repente — ¿Qué? Pero pensé que estabas dormido.— No para mi bella esposa — él la tomó y la puso en la cama — ¿Qué tal te fue? No me gusta que trabajes tanto.— Todo estuvo vuelto una locura pero logré sacar el trabajo a tiempo — ella se acurrucó en los brazos de Alejandro y luego se separó — tengo que ir a bañarme, voy a dormir un poco y después iré a dar u
Aisha sacudía la cabeza de un lado al otro, incrédula y herida por las palabras venenosas que estaba escuchando por parte de su esposo, aquel que le juró amor eterno y que fue todo amor durante su luna de miel y en los días posteriores.— ¿Realmente crees que puedes salirte con la tuya así, Aisha? — él habló en tono acusatorio ¡Eres una prostituta!— No entiendo de lo que me acusas, ¿Acaso te estás dando cuenta de lo que estás diciendo?— ¿No sabes de lo que te estoy hablando? — ella sacude su cabeza de un lado al otro — muy bien, aquí está de lo que te acuso.Alejandro tomó una carpeta y le arrojó miles de papeles a Aisha, ella tomó una de las hojas y miró como estaba en los brazos de Christopher.— No puedes estar hablando en serio... ¿Qué pasó contigo? ¡Está mujer no soy yo! Jamás me acosté con Christopher.— Creí que eras diferente, que eras especial — él habló riendo con cinismo — pero me equivoqué, eres igual que todos los demás. No me quieras ver la cara de idiota porque esa e
Antes de que pueda detenerlo, Aisha se lanzó hacia adelante, y Alejandro descargó un último golpe haciendo que a ella le roce en su mejilla pero termina aterrizando en el suelo, sin embargo es lo suficientemente fuerte como para hacer que se maree.La habitación cae en un silencio lleno de tensión y la gravedad del momento pesa en el aire.— ¡Esto tiene que parar ahora! — Aisha habla con lágrimas en los ojos — ¿Por qué desconfías tanto de mí? A quien amo es a ti.Aisha se arrodilló junto a Alejandro, preocupada por su estado. Christopher, lleno de remordimiento, retrocede, dejando espacio entre ellos.— Lo siento... Lo siento mucho — Alejandro habla con la voz quebrada — no debiste meterte.— ¿Y qué se mataran? — Aisha se sostiene de los brazos de Alejandro — ambos son importantes para mí, uno de ustedes es mi esposo y el otro es mi mejor amigo.Aisha debido a todo lo sucedido terminó por desmayarse y Alejandro la cargó entre sus brazos. Él salió del hospital y los guardias de segurid