Alejandro queda en silencio por un momento, sus ojos se llenan de emoción y gratitud. Luego, una sonrisa luminosa se forma en su rostro.— Aisha... yo también te amo. No sabes cuánto significa para mí escuchar eso de ti — Alejandro se acercó a ella con ternura, tomando sus manos entre las suyas — eres el centro de mi mundo y cada día contigo se siente tan corto que desearía poder pagar para que el tiempo se alargará a 35 horas.Aisha siente un cálido cosquilleo en su corazón al escuchar sus palabras. Se inclina hacia adelante y lo abraza con fuerza.— No puedo imaginar mi vida sin ti, Alejandro.Alejandro la abraza de vuelta, sus ojos brillan con pura felicidad.— Ni yo la mía sin ti, Aisha. Eres mi todo.La nana de Alejandro, se encontraba dedicada a la limpieza de la casa. Mientras limpiaba el clóset del señor Arturo, notó una tabla de madera en la esquina. Curiosa, se acercó y, al intentar quitarla, accidentalmente accionó un botón escondido.La tabla se desplazó suavemente, revela
Las cartas estaban llenas de palabras de amor y promesas de un futuro juntos de dos generaciones, su corazón se agita y se relaja por completo al pensar que todo iba a salir bien.— No puede ser — ella llevó su mano a su boca — esto es increíble.Aisha se dio cuenta de que aquello era un tesoro de memorias perdidas, un rincón secreto que el señor Arturo había mantenido guardado durante años.Con lágrimas en los ojos, ella se sintió honrada de ser testigo de aquel emotivo descubrimiento.Con sumo cuidado, colocó las cartas y las fotografías de vuelta en su lugar.— Este es el vestido de mi madre, se nota que fue hecho a mano con encajes delicados y perlas, cada puntada tiene tanto amor y dedicación que me parece increíble. También están los accesorios y todo lo que necesito para este día.Aisha sonríe y abre una pequeña caja de terciopelo revelando una colección de joyas deslumbrantes.— Tu madre era una mujer de gusto exquisito. Cada una de estas piezas fue elegida con esmero para comp
Las mejillas de Aisha se tiñeron de un rojo carmesí al escuchar los comentarios llenos de erotismo que su esposo le dedicaba, aunque tenía que admitir que compartía el sentimiento por completo y quería estar a solas con su esposo.— Felicidades — Mel se acercó a ellos una vez que terminaron de bailar — muchas gracias por permitirme venir a la boda de mi prima, Alejandro.— Si estás aquí es porque Aisha me lo pidió, pero quiero dejar en claro que no confío en ti en absoluto y que estaré encima tuyo como un halcón.— Entiendo que quizás mi pasado no me ayuda, pero al menos dame el beneficio de la duda así como Aisha te lo dió a ti y ahora estás felizmente casado con ella.— No vengas a salir con esas cosas, si me porté mal con Aisha fue por tu culpa. Las intrigas que sembraste al inicio me hicieron tener una primera pésima impresión de mi esposa, por suerte con el tiempo pude darme cuenta que es una buena mujer con valores intachables — él miró a Mel de arriba hacia abajo — no como tú.
Aisha y Alejandro tomaron juntos el cuchillo y con una sonrisa cómplice, cortaron el pastel con delicadeza. Las risas y los aplausos llenaron el salón mientras compartían ese momento especial.Los meseros se acercan rápidamente para cortar rebanadas y empezar a servirlas a los invitados, quienes esperan ansiosos para saborear el delicioso pastel.A medida que las rebanadas se distribuyen, Aisha y Alejandro se acercan a los invitados, agradeciendo su presencia y compartiendo momentos de alegría.Finalmente, llega el momento de despedirse. Aisha y Alejandro se toman de la mano y caminan hacia la puerta mientras los invitados forman un pasillo. Todos sonríen y aplauden, deseándoles una vida llena de amor y felicidad.— ¡Felicidades, Aisha y Alejandro! — gritaron los invitados al unísono.Aisha y Alejandro se dan la vuelta una última vez para agradecer a todos y luego salen del salón, listos para comenzar esta nueva aventura juntos.— ¿Lista esposa mía?— Lista, esposo mío.Aisha y Aleja
— Bueno, todos somos humanos, ¿Verdad? Y eso significa que a veces, suceden cosas normales como... — él se sonrojo ligeramente — como tirarse flatulencias.— ¿No hablas solo por hablar? — él negó.— No quiero que te sientas incómoda por algo tan natural. No me molesta en absoluto. Lo que sí me preocupa es verte llorar por algo que, en realidad, no es importante en absoluto. — Gracias, Alejandro — ella sintió un nudo en la garganta ante la respuesta de su esposo — a veces me cuesta aceptar que puedo ser yo misma contigo.— Quiero que sepas que eres perfectamente imperfecta para mí — Alejandro le acarició la mano — tus pequeñas peculiaridades son lo que te hacen única y especial. Y estoy aquí para apoyarte y amarte en cada momento, sin importar qué.— No sé qué hice para merecerte — una lágrima de gratitud escapa de sus ojos — disculpa, son las hormonas.— No se trata de merecer, Aisha. Se trata de amarnos tal y como somos. Eres maravillosa, y estoy agradecido por tenerte en mi vida,
Aisha se sentó a bruces encima del miembro de Alejandro, ella soltó un gemido desde lo más profundo de su garganta y él la miró con amor.— Eres tan perfecta — sus manos acariciaban con delicadeza el rostro de Aisha mientras unos mechones de cabello se encontraban sueltos — te amo.El tiempo parecía detenerse mientras se entregaban el uno al otro en el jacuzzi, en medio de la atmósfera mágica de Santorini. El cielo estaba salpicado de estrellas, testigo silencioso de su amor ardiente.Finalmente, agotados pero llenos de una nueva intimidad, se quedaron abrazados en el agua tibia. Miraron el horizonte, sintiendo la conexión profunda que compartían en ese momento.— Estoy cansada — Aisha bostezó mientras salía del jacuzzi — creo que tendremos que dejar para mañana el turismo.— Claro, lo que desees. Estaremos aquí por una semana y ya después iremos a otro sitio — él detuvo a Aisha cuando miró que iba a hablar — ni preguntes, es una sorpresa.Aisha al día siguiente miró a Alejandro habla
Aisha y Alejandro se encontraban en el aeropuerto, emocionados y listos para continuar con su luna de miel. Habían visitado varios países del continente europeo y finalmente llegaron a París, la última parada de su viaje. El ambiente es festivo y lleno de expectativas.— ¡No puedo creer que estemos en París, Alejandro! Ha sido un viaje increíble hasta ahora.— Sí, cariño — Alejandro la toma de la mano — cada país ha tenido su magia especial, pero París... será el punto culminante. Aisha y Alejandro llegan a su hotel, un majestuoso edificio parisino con luces brillantes y una entrada impresionante.— ¡Bienvenidos al Hotel Étoile, señor y señora! ¿Cómo puedo ayudarles?— Nosotros tenemos una reserva. El nombre es Aisha Martínez De Montecristo.— ¡Ah, por supuesto! Les tenemos preparada la suite más lujosa con vista a la Torre Eiffel. Disfrutarán de una experiencia inolvidable.Aisha y Alejandro entraron a su suite, ellos quedaron enamorados por la vista panorámica de la ciudad.— ¡Est
Aisha dió su mejor esfuerzo para terminar cuanto antes con el trabajo acumulado, ella no durmió en toda la noche y logró revisar cada pendiente.— Chris — ella miró que él llegó directo a trabajar — iré a casa a dormir, luego voy a regresar para ver si se ofrece algo.— No es necesario que lo hagas, puedo encargarme de todo lo que pueda surgir, aún tengo tu sello. — Guarda ese sello muy bien, no quiero que surjan problemas.Aisha se fue a la casa y al llegar miró que Alejandro estaba dormido profundamente, aún con el traje con el que se fue a trabajar.— Buenos días, cariño — ella susurró y le dió un beso que fue correspondido de repente — ¿Qué? Pero pensé que estabas dormido.— No para mi bella esposa — él la tomó y la puso en la cama — ¿Qué tal te fue? No me gusta que trabajes tanto.— Todo estuvo vuelto una locura pero logré sacar el trabajo a tiempo — ella se acurrucó en los brazos de Alejandro y luego se separó — tengo que ir a bañarme, voy a dormir un poco y después iré a dar u