Retrocedo al descubrir que su plan va más allá de lo que creí. El tormento que veía hace pocos días, no aparece en sus ojos y en estos, solo veo odio. Un sentimiento que se mezcla con deseos de asesinar. Su mirada, es como la de un asesino y lo es. Danell es un asesino.
— Descansa, Dove. Tengo que encargarme de muchas cosas. — dice Danell marchándose.Quedándome completamente sola en este lugar extraño, observo como todo en lo que he trabajado, me impide hablar de cuan en desacuerdo estoy de su venganza, cuando fui yo quien le mostró quien podría ser.Tampoco puedo decirle que no mate porque prefiero verlos a ellos muertos que a esas personas inocentes, donde el único mal que hicieron fue darme una sonrisa o solo acompañarme un poco.Es eso lo que me hace sentir mal, no me agrada ver como estoy cambiando negativamente, ¿Cómo puedo orar cuando deseo que elLa angustia que me ha consumido, poco a poco desaparece y su mirada dulce, comienza a construir eso que había dañado el dolor, la culpa y la angustia. Por lo que, respiro profundo, no para que duela, si no, para sentir como mis heridas me ayudan a respirar mejor.‘Puedo con esto. Debo tener la mente fuerte y mi corazón calmado para poder enfrentarme a estas personas crueles. No puedo ser una carga para Danell. Así que, limpio mis lágrimas y me levanto.— Quiero ser parte de esto — digo con firmeza.— ¿Qué has dicho?— Lidiemos con esto juntos. Somos esposos, debo ser una ayuda y no una carga.— Eres una ayuda ya, Dove. Has notado algo en segundos que mi gente entrenada por años no notó. Si no hubieses notado lo de la trampa, en estos momentos estaríamos luchando por sobrevivir a una guerra dura. Eres una ayuda grande.— Pero, quiero ser
Trabajamos duro, pero, el enfrentamiento es inevitable. No hay otra respuesta a ataques constantes de personas inocentes. Por lo que, dejo de lado la preocupación por lo que sé que no es bueno hacer y me concentro en detener a un grupo de personas sin consciencia o alma.Porque solo una persona que no tiene una de estas, que quitan humanidad, son capaces de cosas tan atroces. El equipo trabaja duro y por ello. Cuando son las nueve de la mañana, ya todos estamos agotados.Hemos tenido más de quince horas complicadas, donde la mudanza, la angustia de un ataque y la planeación de lo que se realizará, ha drenado la energía que tenemos.Por lo que, después de tanto luchar con el cansancio, suspendemos la reunión y cada uno se marcha a descansar, confiando que los hombres en la superficie, cuidan bien de nosotros. Agotada y con tantas cosas en mente, bajo al último piso donde el mar sigue viéndose
Días despuésLas cosas no han mejorado en lo absoluto. La tensión sigue y diariamente salen de la isla muchos hombres que a los pocos días regresan con comida o heridos. Hay varios hombres que saben de medicina y yo me he acercado a ellos, para saber un poco al respecto.Por lo que, además de ser parte de sus reuniones relevantes, también ayudo a los heridos. Es así como me he ganado el respeto de toda nuestra gente y ya no soy tratada como la mujer trofeo del jefe o la que no encaja con algo de aquí.Aunque hay mucho trabajo que hacer, por las salidas constantes y tantos hombres a los que cocinarse, vivo mejor de lo que lo hacía en el pasado. Aquí no debo ocultarme, cambiar mi nombre y mucho menos, debo cuidarme de lo que como, porque todos caminamos con un mismo objetivo.Por eso, puedo permitirme salir y lo hago. Después de días donde no hemos sido atacados, salgo a la superfic
Debo usar sus celos a mi favor y más ahora que él mismo ha venido a mí. Así que, más rápido retrocedo alejándome un poco del hombre que me observa con molestia, algo que me causa gracia.— Bueno, es evidente que no conoces mi ropa interior actual. Ya no uso ropa interior que cubra tanto. Así que, en comparación con mi ropa interior, esto cubre mucho, porque lógicamente no es apropiado usar el bikini que se pierda en mis glúteos como lo hace mi ropa interior.— Deja de mentir, Dove. Tú no eres una mujer que usaría ese tipo de ropa.— Es evidente que ya no me conoces. Así como acepte ser parte de un mundo mafioso e incluso pensar en cómo acabar con alguien, soy capaz de cambiar mi ropa, Danell.— Eso no importa ahora, sal por favor. — ordena Danell y yo sonrío.— Bueno, quiero quedarme un poco más de tiempo,
Entro a la casa y lloro con enojo acostándome en la cama, sin prestarle atención a mi ropa. Ahora lo que menos me interesa es no mojar la cama que hice con sabanas en el suelo del último piso de la casa.Por lo que, lloro sintiéndome patética. Pero, cuando Danell aparece, le sonrío. Le sonrío de tal forma que duele fingir estar bien. le sonrío porque frente a mí hay un hombre que amo y quiero verlo, crecer, pero, eso me está costando la construcción que había hecho en mí.— Dove…— Vete, Danell. Hazlo en silencio, como debe ser.— ¿Por qué estas tan molesta?— Porque siempre cedo, Danell. Cuando me dijiste que nos casáramos, lo hice, cuando me pediste huir del ataque lo hice, las veces que has pedido algo… no, las veces que has ordenado algo, lo he hecho, pero, no obtengo lo mismo de ti y eso agota.
Dos meses despuésLa soledad que en el pasado causó desesperación cuando mi madre y mi hermana murieron, ahora es mi mejor amiga. Ya no me desespera pensar en Danell. Porque yo me había prohibido preguntar por él, durante todo este tiempo.Es Felipe que cuando me visita en las tardes, me cuenta las novedades de la isla o lo que ha hablado con Danell. Porque, aunque me reúno con los chicos para saber sobre la situación actual y que recomendaciones se hacen como parte del equipo, no soy yo quien las dice.Solo nos reunimos con la información que nos envían y damos recomendaciones de acuerdo con lo que hemos visto, ese reporte lo hace Felipe y cuando llama para dar el reporte en mi presencia, me marcho del lugar.— Señora, necesitamos hablar con usted — dice Felipe entrando a la sala y yo miro a mi alrededor.— ¿Necesitamos? — pregunto al ver que habla en plural
Me muevo de un lado al otro, al no encontrar acomodo en la cama. Estirándome, siento que estoy tocando algo que normalmente no está en mis pies, por lo que, esforzándome en abrir los ojos, analizo donde me encuentro.Por ello, ahogo un grito al darme cuenta de que no estoy en la habitación donde me quede dormida. De inmediato, me levanto abruptamente y lo que me encuentro es más sorprendente. Porque, estoy en un helicóptero.— ¿Se puede saber que pasa aquí? — pregunto aturdida.— Oh, ya ha despertado, señora — dice Felipe y yo miro hacia él en busca de respuesta.— Sí, ya desperté. Lo que no entiendo es porque estoy en un lugar distinto en el que me acosté.— Quisimos hacerlo por las buenas, señor. Pero, no fue posible. Así que, recurrimos al plan B.— Oh, claro. Entonces, su plan B está relacionado co
Suspiro profundo y me esfuerzo en no llorar. Él está muy mal y eso, en parte, es mi culpa. Por lo que, debo hacerme cargo de él e intentar solucionar el problema que nos está afectando a ambos.— Danell, necesito que me ayudes a colocarte en la silla de ruedas. — le digo y él sonríe negando.— Estoy bien, vengo del suelo y es lo mejor estar de dónde vengo. — dice Danell y yo suspiro profundo.— Deja de hablar tonterías y ayúdame a ayudarte. Necesitas un buen baño y dejar de beber alcohol ¿acaso quieres morir? Porque dudo que morir de alergia sea una muerte rápida.— Realmente no tengo idea de qué es lo que quiero. Pero mientras lo descubro, quiero quedarme bebiendo.— Eres alérgico al alcohol. Danell. Deja de complicar más su vida y hazme caso.— Por eso me fui, Dove. Ya nos hemos complicado la vida lo