-Parte 2-
Luisa
Convertirme a Ana de las Casas a la mañana siguiente fue un momento increíble que debo confesar jamás olvidaré. Con ayuda de Helene me vestí con un vestido blanco de un largo un poco abajo de la rodilla, de mangas largas abombadas y un discreto corte en “V” que dejaba ver el dije con el escucho dorado de la familia de Carlos, todo este conjunto acompañado de unos zapatos blancos de tacón bajo y un sombrero de ala ancha que me acomodó un poco de lado.
Ella peinó mi cabello, dejándolo suelto, brillante y ondulado, cayendo sobre mis hombros mientras mi maquillaje sumamente sencillo, con nos toques de rubor que hacieron que mi rostro tuviera un poco más de color.
Finalmente, me p
LuisaResultó ser que la habitación que iba a compartir con el marqués no era como yo esperaba, en primera porque parecía un piso completo en lugar de una normal y porque tendríamos más privacidad de la esperada.El lugar era enorme, entramos a un pequeño recibidor que prácticamente servía para dejar los sombreros, bolsos etc y después a los lados puertas de madera cerradas. Larry abrió las de la izquierda y una cama matrimonial saltó a nuestra vista indicando que era una habitación y cuando abrió la otra fue la misma imagen al parecer, sólo las puertas nos separaban ya que si dormía con las mías abiertas y él también no podríamos ver perfectamente.Dentro de la habitaci&oa
CarlosTengo meses de no ver a mi madre, meses, creo que de los tres hijos he sido el que más tiempo ha estado alejado de este lugar, pero es que la verdad es una mezcla entre querer huir de este encierro y no querer ver a mi madre perderse en la nada mientras su cuerpo va poco a poco apagándose. Así que después de tanto tiempo es momento de volver a verla y esta vez con la mujer que “es mi prometida” y que en unos meses “será mi esposa”, por lo que voy nervioso porque no sé cómo reaccionará.Luisa camina a mi lado, perfectamente arreglada, con un vestido de color azul marino un poco más formal, de cuello tipo joya, con unos adornos de encaje sobre los hombros y con el corte un poco arriba de la rodilla. Lleva un chongo tipo moño, le dije que le di y unos tacones
LuisaPasé una noche fatal, punto, es todo lo que puedo decir y no porque la cama estuviera dura o las sábanas de algodón egipcio no me complacieron, sino porque simplemente mi estómago no dejó de hacer ruidos del hambre que tenía. Resulta ser que Teresa da cenas ligeras, bajas en carbohidratos y al parecer también en comida por lo que morí de hambre hasta que el cansancio me ganó y me quedé dormida, así que ahora mi cuerpo está rendido, tiene hambre, me duele ligeramente la cabeza y según el horario de la casa a las ocho es el desayuno por lo que debo despertarme para arreglarme.Abro los ojos lentamente mientras el cuarto está aún obscuro por las cortinas que tapan las ventanas sin embargo, una ráfaga de luz entra de improviso cegandome y cuando volteo par
Carlos―¡Como te entreviste a decirle eso a mi hermana!―¡Ups! ― Dice Luisa mientras entra a su habitación y yo cierro la puerta atrás de ella.― Todo tiene un motivo.―Y ¿se podría decir cuál es? ― Pregunto enojado― No sé si sabes pero no eres mi prometida en realidad ¡eres una actriz que contraté!―Eso ya lo sé.― Contesta de inmediato.― Pero tu hermana no lo sabe y tuve que actuar así, como una mujer que será la próxima marquesa y llevará las reglas de la casa.―¿Cómo así? ¡Como así! ¡Diciéndole a mi hermana que la correrás cuando nos casemos!
LuisaOtra noche más sin poder dormir en esta casa ya que el hambre es tanta que el sonido de mi propio estómago hace eco en mis oídos ¿cómo es que todos pueden dormir tranquilos? ¿Carlos en verdad se llenará con los tres espárragos que comimos?―Seguro es tan creído que prefiere morir de hambre que enfrentarse a su hermana.― Murmuro a la almohada mientras en posición fetal me tomo el estómago.Después de la discusión con el marqués porque “corrí” a su hermana de la casa, él en lugar de arreglarlo decidió ignorarme por completo lo que se me hizo una actitud muy infantil de su parte. No puedo creer que se haya comportado así, dice que soy sólo una actriz y lo sé, estab
LuisaAl parecer mi pequeña escapada a la cocina no tuvo repercusiones por lo que a la mañana siguiente Helen me esperaba para cambiarme mientras yo trataba de pensar como decirle a Carlos que fuéramos a la ciudad para que Julieta y Felipe pudieran pasar un tiempo a solas sin los ojos de Teresa encima de ellos.Cuando por fin estuve lista y ella terminó de arreglar mi cabello que por el día de hoy ira sobre mis hombros, abrió las puertas y salí acomodandome los últimos botones de la blusa de algodón.―Buenos días, querida.― Escucho la voz de Carlos.―Buenos días.― Contesto, ya que ahora me acomodo el pantalón blanco que escogí para ponerme este día junto con unos zapato
CarlosDebo confesar que ya había recorrido esta ciudad anteriormente ya que mi padre solía traerme para que viera lo que era parte de mi herencia, ya que no sólo se heredan las tierras, si no también a las personas que viven en ella. No soy ningún rey, ni mucho menos alguien que gobierne sobre ellos, pero parte de los que viven aquí trabajan para nosotros en la Casa de las Rosas así que se podría decir que soy como el patrón que en algún punto tendrá que mantener sus fuentes de trabajo estables para poder mantener a sus familias.Así que ahora que camino por las calles con Luisa a mi lado sonriendo y señalando detalles que yo jamás me percaté que ahí estaban, me di cuenta de algo, no conocía este lugar en absoluto y ella está haciendo qu
Carlos―¡Luisaaaaaaa! ― Respondo.―¡Carlooooos! ¡Ayudaaaaaaaa!En eso voy llegando a una explanada para encontrarla trepada arriba de un árbol viendo para abajo y un zorrillo debajo de ella.―¿Qué pasó?―¡Aléjalo de mí! ― Me pide mientras arranca hojas con las manos y las avienta para asustarlo.Un ataque de risa se apodera de mí al ver a Luisa arriba asustada de un zorrillo―¿De qué te ríes? ¡Alejalo! ―Grita―Es un zorrillo mujer ¡No te comerá! ¿Qu&