Luisa
Pasé una noche fatal, punto, es todo lo que puedo decir y no porque la cama estuviera dura o las sábanas de algodón egipcio no me complacieron, sino porque simplemente mi estómago no dejó de hacer ruidos del hambre que tenía. Resulta ser que Teresa da cenas ligeras, bajas en carbohidratos y al parecer también en comida por lo que morí de hambre hasta que el cansancio me ganó y me quedé dormida, así que ahora mi cuerpo está rendido, tiene hambre, me duele ligeramente la cabeza y según el horario de la casa a las ocho es el desayuno por lo que debo despertarme para arreglarme.
Abro los ojos lentamente mientras el cuarto está aún obscuro por las cortinas que tapan las ventanas sin embargo, una ráfaga de luz entra de improviso cegandome y cuando volteo par
Carlos―¡Como te entreviste a decirle eso a mi hermana!―¡Ups! ― Dice Luisa mientras entra a su habitación y yo cierro la puerta atrás de ella.― Todo tiene un motivo.―Y ¿se podría decir cuál es? ― Pregunto enojado― No sé si sabes pero no eres mi prometida en realidad ¡eres una actriz que contraté!―Eso ya lo sé.― Contesta de inmediato.― Pero tu hermana no lo sabe y tuve que actuar así, como una mujer que será la próxima marquesa y llevará las reglas de la casa.―¿Cómo así? ¡Como así! ¡Diciéndole a mi hermana que la correrás cuando nos casemos!
LuisaOtra noche más sin poder dormir en esta casa ya que el hambre es tanta que el sonido de mi propio estómago hace eco en mis oídos ¿cómo es que todos pueden dormir tranquilos? ¿Carlos en verdad se llenará con los tres espárragos que comimos?―Seguro es tan creído que prefiere morir de hambre que enfrentarse a su hermana.― Murmuro a la almohada mientras en posición fetal me tomo el estómago.Después de la discusión con el marqués porque “corrí” a su hermana de la casa, él en lugar de arreglarlo decidió ignorarme por completo lo que se me hizo una actitud muy infantil de su parte. No puedo creer que se haya comportado así, dice que soy sólo una actriz y lo sé, estab
LuisaAl parecer mi pequeña escapada a la cocina no tuvo repercusiones por lo que a la mañana siguiente Helen me esperaba para cambiarme mientras yo trataba de pensar como decirle a Carlos que fuéramos a la ciudad para que Julieta y Felipe pudieran pasar un tiempo a solas sin los ojos de Teresa encima de ellos.Cuando por fin estuve lista y ella terminó de arreglar mi cabello que por el día de hoy ira sobre mis hombros, abrió las puertas y salí acomodandome los últimos botones de la blusa de algodón.―Buenos días, querida.― Escucho la voz de Carlos.―Buenos días.― Contesto, ya que ahora me acomodo el pantalón blanco que escogí para ponerme este día junto con unos zapato
CarlosDebo confesar que ya había recorrido esta ciudad anteriormente ya que mi padre solía traerme para que viera lo que era parte de mi herencia, ya que no sólo se heredan las tierras, si no también a las personas que viven en ella. No soy ningún rey, ni mucho menos alguien que gobierne sobre ellos, pero parte de los que viven aquí trabajan para nosotros en la Casa de las Rosas así que se podría decir que soy como el patrón que en algún punto tendrá que mantener sus fuentes de trabajo estables para poder mantener a sus familias.Así que ahora que camino por las calles con Luisa a mi lado sonriendo y señalando detalles que yo jamás me percaté que ahí estaban, me di cuenta de algo, no conocía este lugar en absoluto y ella está haciendo qu
Carlos―¡Luisaaaaaaa! ― Respondo.―¡Carlooooos! ¡Ayudaaaaaaaa!En eso voy llegando a una explanada para encontrarla trepada arriba de un árbol viendo para abajo y un zorrillo debajo de ella.―¿Qué pasó?―¡Aléjalo de mí! ― Me pide mientras arranca hojas con las manos y las avienta para asustarlo.Un ataque de risa se apodera de mí al ver a Luisa arriba asustada de un zorrillo―¿De qué te ríes? ¡Alejalo! ―Grita―Es un zorrillo mujer ¡No te comerá! ¿Qu&
LuisaDe nuevo el hambre no me deja dormir y lo peor de todo es que tengo que sumarle el olor a zorrillo que no se me quita y el dolor de la pierna de la caída que tuve, así que aquí estoy a las tres de la mañana sentada encima del W.C con la pierna estirada para recargarla sobre la orilla de la bañera y poder ver que tan grave es el daño. La herida es levemente profunda pero tampoco tanto como para necesitar sutura, por lo que creo que con algo de medicina estaría bien.―Mataría por un advil.― Murmuro mientras vuelvo a limpiarme un poco la sangre.― No puedo creer que nadie haya venido a ver qué pasa ¿qué clase de atención al huésped es esto? ― Me quejo amargamente.¿Luisa? ¿Estás dormida? <
CarlosLa tengo tan cerca de mi que el brillo de sus ojos me deslumbra. Siento su respiración sobre mi rostro y en mis labios un cosquilleo que jamás en mi vida había sentido. Mi corazón late agitado mientras mi respiración se acelera.—¿Qué piensas? — Murmura mientras una de mis manos acarician su rostro sin que pueda evitarlo.—Estoy pensando ¿a qué sabrán tus labios? —Confieso y ella se sonroja y observo como pasa saliva—¿Me dejas probar? — Pregunto y los humedece, cierra los ojos y acerca su rostro al mío.«¿Qué estás haciendo? » pienso mientras me acerco y los rozo levemente con los míos abri
Luisa¡Despertó! ¡Despertó! ¡Es mamá! Repite feliz Julieta.Volteo a ver a Carlos de inmediato y él simplemente abre los ojos asombrado, al parecer aún pasaba de la tristeza al asombro y no sabía cómo sobrellevar todo lo que en ese momento sentía. Su mano seguía apretando la mía tan fuerte que me cortaba la circulación.—¿Qué no escuchas? — Repite Julieta—¡Mamá despertó! ¡Y quiere verte!—¿A mí? —Pregunto cuando veo que me toma de la mano.—Sí y a Carlos tambié