Luisa
Al parecer mi pequeña escapada a la cocina no tuvo repercusiones por lo que a la mañana siguiente Helen me esperaba para cambiarme mientras yo trataba de pensar como decirle a Carlos que fuéramos a la ciudad para que Julieta y Felipe pudieran pasar un tiempo a solas sin los ojos de Teresa encima de ellos.
Cuando por fin estuve lista y ella terminó de arreglar mi cabello que por el día de hoy ira sobre mis hombros, abrió las puertas y salí acomodandome los últimos botones de la blusa de algodón.
―Buenos días, querida.― Escucho la voz de Carlos.
―Buenos días.― Contesto, ya que ahora me acomodo el pantalón blanco que escogí para ponerme este día junto con unos zapato
CarlosDebo confesar que ya había recorrido esta ciudad anteriormente ya que mi padre solía traerme para que viera lo que era parte de mi herencia, ya que no sólo se heredan las tierras, si no también a las personas que viven en ella. No soy ningún rey, ni mucho menos alguien que gobierne sobre ellos, pero parte de los que viven aquí trabajan para nosotros en la Casa de las Rosas así que se podría decir que soy como el patrón que en algún punto tendrá que mantener sus fuentes de trabajo estables para poder mantener a sus familias.Así que ahora que camino por las calles con Luisa a mi lado sonriendo y señalando detalles que yo jamás me percaté que ahí estaban, me di cuenta de algo, no conocía este lugar en absoluto y ella está haciendo qu
Carlos―¡Luisaaaaaaa! ― Respondo.―¡Carlooooos! ¡Ayudaaaaaaaa!En eso voy llegando a una explanada para encontrarla trepada arriba de un árbol viendo para abajo y un zorrillo debajo de ella.―¿Qué pasó?―¡Aléjalo de mí! ― Me pide mientras arranca hojas con las manos y las avienta para asustarlo.Un ataque de risa se apodera de mí al ver a Luisa arriba asustada de un zorrillo―¿De qué te ríes? ¡Alejalo! ―Grita―Es un zorrillo mujer ¡No te comerá! ¿Qu&
LuisaDe nuevo el hambre no me deja dormir y lo peor de todo es que tengo que sumarle el olor a zorrillo que no se me quita y el dolor de la pierna de la caída que tuve, así que aquí estoy a las tres de la mañana sentada encima del W.C con la pierna estirada para recargarla sobre la orilla de la bañera y poder ver que tan grave es el daño. La herida es levemente profunda pero tampoco tanto como para necesitar sutura, por lo que creo que con algo de medicina estaría bien.―Mataría por un advil.― Murmuro mientras vuelvo a limpiarme un poco la sangre.― No puedo creer que nadie haya venido a ver qué pasa ¿qué clase de atención al huésped es esto? ― Me quejo amargamente.¿Luisa? ¿Estás dormida? <
CarlosLa tengo tan cerca de mi que el brillo de sus ojos me deslumbra. Siento su respiración sobre mi rostro y en mis labios un cosquilleo que jamás en mi vida había sentido. Mi corazón late agitado mientras mi respiración se acelera.—¿Qué piensas? — Murmura mientras una de mis manos acarician su rostro sin que pueda evitarlo.—Estoy pensando ¿a qué sabrán tus labios? —Confieso y ella se sonroja y observo como pasa saliva—¿Me dejas probar? — Pregunto y los humedece, cierra los ojos y acerca su rostro al mío.«¿Qué estás haciendo? » pienso mientras me acerco y los rozo levemente con los míos abri
Luisa¡Despertó! ¡Despertó! ¡Es mamá! Repite feliz Julieta.Volteo a ver a Carlos de inmediato y él simplemente abre los ojos asombrado, al parecer aún pasaba de la tristeza al asombro y no sabía cómo sobrellevar todo lo que en ese momento sentía. Su mano seguía apretando la mía tan fuerte que me cortaba la circulación.—¿Qué no escuchas? — Repite Julieta—¡Mamá despertó! ¡Y quiere verte!—¿A mí? —Pregunto cuando veo que me toma de la mano.—Sí y a Carlos tambié
LuisaCamino a paso firme por el corredor para regresar al cuarto de la marquesa y decirle toda la verdad. Cuando pensábamos que esto sería temporal era fácil de llevar y divertido, pero ahora que ha despertado y que quiere que llevemos esto más allá es algo que no puedo permitir. Sé que carlos me matará, ya que me pidió que dijéramos esto juntos pero prefiero que me echen la culpa a mí y desaparecer a que él tenga que vivir con esto el resto de su vida. Tal vez me estoy viendo muy considerada pero el marqués me agrada y prefiero que pase por víctima que por otra cosa.Llego justo al corredor donde se encuentra su habitación y cuando doy el paso para dirigirme hacia allá, un hombre y Teresa salen de ahí provocando que me esconda en uno de los armarios
CarlosSubo las escaleras con ella con una rapidez que parece que quiero volar.―¡Me lastimas! ― Murmura.―Sólo camina.― Le pido furioso y cuando entramos al cuarto cierro la puerta y ella entra a su habitación y se encierra.―¡Ábreme Cariño! ― Expreso porque sé que en el área donde estoy no puedo hablar en voz alta porque pueden escucharnos afuera. ― Luisa.― Murmuro, pero no me contesta.― Sólo quiero hablar contigo.―¿Sobre qué? ― Habla.―Sobre el punto de que no me haces caso cuando te pido que me hagas caso ¡Por qué tienes que ser así! ― Levanto un poco la voz.<
Luisa—Familia, hemos decidido cumplir la petición de mi madre y Ana y yo nos casaremos a finales del verano. —Escucho la voz de Carlos mientras los dos estamos tomados de la mano en frente de la familia.—¡Qué emoción! —Expresa Julieta—Una boda, por fin podré usar un vestido nuevo y elegante.Todos los demás nos ven atentos sin prestarle mucha importancia, pero la mirada de Teresa es como para huir de ahí. Nos ve con ojos hambrientos de coraje o posiblemente sólo hambrientos porque es obvio que la señora no ha comido desde hace un siglo.—¿Que no te alegras por mi Teresa? — Pregunta Carlos.<