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Noah.

“La hemos disgustado”, me dice mi lobo, “ahora no querrá estar con nosotros”, señala con pesar, sin embargo, eso a mí no me importa.

“Pues, ya la has escuchado”, le digo para que ya entienda, “ella no quiere ser nuestra Luna y no insistiremos al respecto, por más que te retuerzas de ganas por ir a buscarla”, le advierto, pero él sigue enojado conmigo.

Sin embargo, eso es lo que ella dice, que prefiere ser la niñera, en lugar de ser mi Luna, pero sus acciones hablan más que ella, al verla cómo soporta todas las pruebas absurdas de mi madre.

Clío nunca tuvo que ser sometida a tanto y era la mejor Luna de todas.

Y, a pesar de eso, Adele insiste que no quiere ser nuestra Luna, alegando que la hemos ofendido, y que hasta estaba dispuesta a arriesgar… ¿su virtud?

Pero no la oí quejarse cuando estaba metida en mi cama, así que dudo mucho que todo eso que me dijo referente a su virginidad y sus principios de no acostarse con nadie sin ser marcada sea cierto.

¡Ja!, de seguro me ha vi