Comer en silencio, escuchando la tormenta de fondo, sentados en altos taburetes, junto a la encimera de la cocina, echándonos miradas fugaces, mostrándome lo mucho que ella me deseaba, a pesar de todo, me encantó, me tenía allí, como una moto, con ganas de más. Pero jamás dejaría que pasase nada más entre nosotros, había comprendido que, a pesar de todo, ella no podía estar conmigo. Éramos como el agua y el aceite, pertenecíamos a mundos distintos, y su maldito orgullo jamás la dejaría aceptarme.
Hablemos claro, yo era un maldito mujeriego, un hombre incapaz de amar, que sólo quería a las mujeres para una cosa. Ella era una mujer que merecía ser amada, alguien por el que te quedas a su lado. No se merecía que la usase y la tirase a un lado, aunque eso era algo que yo ya no quería hacer.
Me ayudó
El sonido de la ducha me relajaba, las gotas de lluvia cayendo sobre ambos, mientras nos besábamos apasionadamente, sin querer pensar en aquella enajenación mental que existía entre ambos. Él tenía razón, joder, las malditas ganas no se marcharon ni un poco, aún después de llevarnos toda la noche dándonos placer el uno al otro, con él decidido a no aprovecharse de la situación, sin querer follarme como yo tanto necesitaba. Sabía que era por eso, por lo que seguía queriendo más de él.Debía haberme vuelto loca para querer estar allí, para no darme ni una pizca de vergüenza pedirle cosas obscenas, para desear con todo mi ser a ese hombre, como jamás en mi vida deseé a ningún otro.Sabía que tenía que marcharme a casa, mis padres pondrían el grito en el cielo si se enteraban de
La presentación fue horrible, no pensaba quedarme a escuchar el veredicto del jurado, tan sólo quería huir de allí, quizás escapar con sinuosa era una buena elección, pero ella si era el centro de atención aquella tarde.¡Dios! ¿Qué demonios estaba ocurriendo conmigo? Era más que obvio que había perdido mi camino, ¿cómo se me había ocurrido ceder al deseo con él?No podía quitarme esa sensación de dentro, esas ganas por volver a ser besada por él, sentir su lengua por mi cuerpo, dejarme llevar, gemir entrecortadamente, con el cuerpo en llamas, mientras mi piel se erizaba con cada mordida…Me detuve en mitad del pasillo, en cuanto escuché la voz molesta de Jack, intentando alejarse de su madrastra, mientras ella le devoraba con la mirada.Espera un momento.¿Qué
Un mes pasa demasiado rápido, más si estás ocupada en el trabajo, si te obsesionas con él para huir sobre lo que sientes y te mientes a ti misma una y otra vez sobre lo mucho que ese capullo te vuelve loca.Era fácil en aquellos días, no verle por el club de hípica, o que él mismo hubiese puesto distancia al terminar nuestras clases con un simple mensaje de texto: “Me marcharé de viaje, te avisaré cuando vuelva para nuestras clases” Volvió, tenía constancia de ello, James era como un libro abierto a veces, demasiado chismoso para mi gusto, pero Jack no dio señales de vida. Y eso calmó el miedo que aún vivía en mi interior, pero me hizo daño darme cuenta que mi paso por su vida no significó nada. Era incluso menos que esas chicas vacías con las que solía pasar la noche, porque ellas al me
Me estaba matando no poder aceptar su proposición. ¡Dios! Quería aferrarme a ella, tener una relación clandestina y aferrarme a mis sentimientos. Pero no podía hacerlo, no cuando había sucumbido a los chantajes de Vanesa. Acostarme con ella para proteger a Lisa, esa había sido mi maldita decisión, y no podía retractarme.Podía ver la desilusión reflejada en sus ojos, ella esperaba más de mí, y yo… simplemente no podía dársela. Tenía que seguir fingiendo ser un capullo para protegerla. Por eso entendía perfectamente lo que mi madre hizo en el pasado, alejarse de su familia para que no la viésemos llorar desconsolada al saber que no iba a poder quedarse en aquella vida junto a nosotros, no me vería crecer y moriría en algún hospital, entre quimioterapia y quimioterapia.La ostia que me prop
Hacía frío aquella noche, y quizás fue eso lo que me despertó, encontrándome a mí misma en su cama, con él allí a mi lado, profundamente dormido, enroscado a mí, como si tuviese miedo de que escapase en algún momento. Yo no quería irme a ningún lugar, ni siquiera quería pensar en la promesa que él hizo hacia esa mujer, en sí tendría que compartirle, en sus sentimientos hacia ella. Todo aquello me hacía daño, y en aquel momento estaba a salvo en su habitación.Me levanté de la cama, agarré una sudadera del armario, la que me puse la última vez y me la coloqué, pisé algo duro de vuelta a la cama, y al mirar hacia ese lugar me percaté de que era su teléfono. Lo cogí y lo sostuve entre mis manos, sin intención de mirarlo, lo cierto es que nunca he sido de e
Un año había pasado. Un maldito año en el que dejaba que esa fachada tomase el control, porque ya no quedaba nada de mí allí dentro. Todo se había marchado, las dos únicas personas que habían podido verme por dentro se alejaron de mí. Realmente lo creía, que destruía a las personas que amaba, quizás por eso no volví a verla.Huía de cualquier evento en el club, la relación con mi padre empeoró después de eso, pero no pude librarme de Vanesa, ella seguía calentando mi cama, a pesar de lo mucho que me odiaba a mí mismo por hacer eso. Pero en aquellos días, ni siquiera sabía lo que era eso, hacía mucho que galopaba por aquella vida sin sentir, tan sólo existía, sin dejar huella en la vida de los que me rodeaban, que ni si quiera imaginaban cuales eran mis verdaderas ambiciones o lo q
Estaba orgullosa de todo lo que había conseguido en ese último año. Se podía decir que el rancho se había recuperado del todo, oficialmente. Tuvimos muchos beneficios, y la mayor parte lo empleé en iniciativas para atraer al público, además de contratar más personal.En el club las cosas iban mejor que bien, me había convertido en la mano derecha de James, me lo consultaba absolutamente todo antes de proponérselo a la junta, y por supuesto, sus continuos filtreos no cesaron, a pesar de que él sabía que yo aún tenía a alguien en mi corazón. Tuve varias citas de trabajo con él fuera del club, y en cada una de ellas intentó que pasase algo más. Por supuesto salí airosa de cada una de ellas.Jack… llevaba todo un año sin saber de él. Y eso era bueno ¿no? Bueno, mi corazó
James era un buen tío, pero no era Jack, eso es lo que no podía dejar de repetirme a diario. Aún andaba anclada en el pasado, pensando en todos los errores que cometí, intentando buscar algo en cada recuerdo que me diese una explicación para todo lo que pasó entre nosotros, pero aún no había encontrado nada.Me dolía pensar en esa noche, la noche en la que todo terminó, en la que eligió a su madrastra antes que a mí. Quizás lo que sentía por mí no era nada, quizás lo que sentía por ella lo era todo. Eso era algo que nunca sabría, porque ni siquiera me quedé a averiguarlo, no podía, la respuesta me mataría. Y era absurdo, a mí me lo parecía al menos, lo que había entre nosotros nunca fue tan fuerte como para hacer parar mi corazón, pero lo hacía, porque una parte de m