Amelia. En el momento que sus labios tocaron los míos mi corazón dió un pequeño salto, era como volver a ser una adolescente como aquella primera vez que me besaron. Todo en mi interior se había revolucionado por un beso hasta que una risita y un carraspeo nos sobresaltó. — Disculpen, no sabía que… ¡Ay! ¡Qué incómodo! Lo lamento. — Marina estaba roja y no sabía exactamente para donde mirar. — Descuida Marina ¿Qué sucede? Algún problema. — Todos están en la mesa y los están esperando. Los novios solicitaron que los acompañemos en el almuerzo, los padres de la novia y demás familiares acaban de llegar y ya han sido acomodados. — Perfecto Marina, gracias. Ahora vamos. Marina simplemente asintió y se marchó lo más rápido que pudo, cuando ya no estuvo a nuestro alcance Aaron comenzó a reír, no pude evitarlo yo también lo hice es que la pobre mujer realmente estaba sorprendida, luego tendré que contarle toda la historia porque no quisiera que mi socia creyera que me metía con tod
Aaron. — Daniela… ¿No piensas ir a descansar? — ¡Quiero saber todos los detalles! — exclamaba con sus ojos de perrito mojado. — Ya te he dicho todo ¿Qué más quieres saber? — ¿Me dirás que esta noche no estarán juntos? Porque no lo creo, tengo entendido que Julia hablaría con ella para que esta noche se relaje y esté solo contigo. No lo puedo creer, estas mujeres podían ser increíblemente necias cuando lo querían y cuando una idea se cruzaba por sus mentes no había poder humano que lograra que lo olvidaran. Las había aprendido a aceptar a cada una de ellas, eran las mejores amigas que pude haber tenido nunca además de leales. Aunque a quien más cariño y confianza le tenía era a Daniela. Gracias a ella descubrí que podía sentir nuevamente aunque confundí las señales, sin embargo me ayudó a darme cuenta que seguía siendo un hombre vivo. Ahora que estaban tan empeñadas con encontrarme a la mujer ideal solo me demostraba que eran las mejores amigas que uno pudiera desear porque busc
Aaron. Al llegar a la entrada de la casa de los Ryder pude escuchar todo el escándalo que ya se había formado con todas las personas que se encontraban dentro. Las mujeres de este grupo de amigos que tenemos eran muy escandalosas y jamás podrías aburrirte estando con ellas porque encontraban la forma de hacerlo todo más divertido. Apenas puse un pie dentro de la enorme y hermosa casa que Julia compró una muy animada Daniela apareció en mi campo de visión, pude darme cuenta de inmediato que ya había comenzado a beber y por eso se encontraba de un humor muy alegre. De su brazo se encontraba mi hermana que a su vez sonreía muy feliz por verme finalmente. — Hasta que llegas hermano, pensé que dormirías toda la noche y te perderías tu cita. — No molestes. Además, ustedes dos ya comenzaron a beber, ni siquiera estamos todos reunidos y ya están bebiendo. — No seas aguafiestas Aaron, ¿Por qué no la buscas mejor? — me dice mi hermana con una sonrisa refiriéndose a Amelia. Cruzándola le d
Amelia. Sabía que ese lugar era importante para él porque me lo había dicho la noche anterior, sin embargo sin querer había resultado importante también para mí porque allí fue donde lo volví a ver luego de aquel día. Aunque no lo había querido admitir, mi corazón había saltado de la felicidad de verlo nuevamente a pesar de recordar sus palabras. El que estuviéramos volviendo juntos a ese lugar tomados de la mano lo volvía aún más significativo. — ¿Qué es todo esto? — pregunto sorprendida de ver que había colocado algunas mantas, almohadones e incluso copas con algunas botellas de vino. — Decidí que te traería a una primera cita aquí esta noche. No habíamos tenido una hasta ahora y no quería que fuera la noche romántica con mis amigos la primera cita que tuviéramos así que pensé en esto. Estaba realmente conmovida porque se había esmerado en preparar algo realmente hermoso para los dos. Eso solo quería decir que de verdad lo estaba intentando, quería redimirse de todo lo que había
Amelia. La cita fue un éxito, había disfrutado tanto pasar ese tiempo a su lado, conocer más de su historia y conocerlo a él. Sabía que Julia había tenido mucho que ver con esto porque me había insistido en que la noche romántica dejara todo en manos de Marina y me enfocara solo en pasar un buen momento con todos ellos y Aaron. Aunque básicamente me encuentro trabajando, gracias a la ayuda de todos los amigos de Aaron y la gran ayuda de Marina, hemos podido encontrar momentos para pasarlo juntos. Ha pasado estos días casi volando y no me he dado cuenta, con todos los preparativos y las citas con este hombre maravilloso ha logrado que las horas del día casi ni se sintieran y eso me sorprendía tanto. Generalmente solía estresarme bastante cuando estaba al frente de un evento con esta magnitud y este en particular me tenía bastante nerviosa, pero estos días han sido de los más hermosos que nunca he vivido. ¿Realmente una persona sería capaz de cambiarme tanto? No lo quería creer pero
Amelia. Los festejos habían durado toda la noche y parte de la madrugada, en el momento en que el sol comenzó a asomarse fue cuando los invitados en tandas pequeñas fueron cada uno a sus habitaciones. A pesar de todo mi trabajo aún no acaba ya que ahora era el momento de supervisar que todo estuviera nuevamente en orden como si nada hubiera ocurrido. Estaba más que claro que no dormiría hasta bien pasada la mañana.— Todos ya se fueron a dormir y son entrada las cinco de la mañana, ¿Tú cuándo piensas dormir?— Señor Sterling ¿No le han dicho? Cuando las fiestas se acaban las cosas no vuelven a su lugar por arte de magia. — digo mientras lo tomo de las solapas de su saco, él se acerca más a mí y aprovecho para darle un pequeño beso — Mi sexy escocés, debo quedarme hasta que todo esté en su lugar luego podré descansar. Vete a dormir.— No podría dormir ni aunque lo quisiera si no estás a mi lado. Me quedaré y te esperaré.Lo miré con una sonrisa porque no podía decirle que no, pero el
Aaron. Estábamos profundamente dormidos cuando escuché mi celular sonar, cuando despierto me encuentro que ya era pasado el mediodía y que tenía una llamada perdida. Cuando miro el número me encuentro con que se trataba otra vez de un número desconocido. Ya me encontraba cansado de que siempre estén insistiendo, pero tampoco deseaba cambiar de número cuando ya llevo años con este mismo.Decidí llamar a mi asistente para poder consultar con el área de ciberseguridad de las empresas si podían encontrar una solución para esto, aunque fuera bloquear las llamadas entrantes de números desconocidos.— Buenas tardes señor Sterling ¿En qué puedo ayudarle?— ¿Cómo están las cosas por ahí, Sophie?— Muy bien, todo sobre ruedas. ¿Ha sucedido algo señor? Porq
Aaron. Estaba muy consciente de lo curiosa que se encontraba pero agradezco que se estuviera conteniendo dándome el tiempo para poder pensar cómo contarle mi historia. Una historia muy difícil para mí, una historia que me ha costado tanto superar y una traición que logró romper cada pedazo de mi interior.Ambos nos encontrábamos sentados en el sillón, uno frente al otro, mis manos sudaban de los nervios que sentía mientras podía ver como ella tan solo movía el pie en una clara señal de impaciencia. Tomé aire profundamente y la miré a los ojos.— Amelia te he contado muchas cosas de mi vida hasta hoy, pero hay una parte en especial que no he podido porque significó mucho dolor y hablar de ello me resulta muy difícil.— Entonces ¿Por qué quieres hablar de esto ahora? Créeme no es necesari