Buenas mis queridos lectores! Miren lo que traigo, ¡Si! Es la tercera parte de esta gran saga de novias que amo con todo mi corazón. Espero que lo disfruten y me digan que piensan de esta nueva pareja, un beso gigante LOS AMO.
Amelia.Hace algunos meses atrás… ¡Esto parecía completamente irreal! Me encontraba pasando el rato con Aaron Sterling, el multimillonario y magnate hotelero escocés más conocido por todos en el mundo de los negocios, apenas respiro de la emoción. No pude evitar enviar un mensaje a Daniela para contarle que Aaron me había invitado a dar un paseo por los alrededores porque ella se había dado cuenta del interés que yo tenía por él y viceversa ya que al parecer él también tenía curiosidad. Daniela me ha dicho haberlo visto observarme en algunas oportunidades. — ¿Tú de dónde eres? Sé que estamos lejos de la capital del país y tenía entendido que Daniela había encontrado tu negocio allí cuando veía quien podía ayudarnos con el evento de inauguración. Pero también sé que muchas personas van allí porque hay más oportunidades pero algunos nacen en otras provincias. — Bueno eso que dices es verdad, muchos crecen en provincias como esta que son una verdadera maravilla pero deciden marcharse
Aaron. Sé que arruiné las cosas con ella, sé que había cometido quizás el peor de todos los errores y era muy consciente de eso, pero también estaba consciente que no sabía cómo arreglar las cosas. Había hablado con Daniela y Julia, ambas se enfurecieron tanto conmigo que tuve que pedir un tiempo fuera porque de verdad temía que me lastimaran entre las dos. Había roto el corazón de Amelia en pequeños pedazos con mis palabras tan hirientes y estúpidas, pero en ese momento no me había percatado de cuán importante ya era para mí. Esa mujer de alguna forma logró meterse tan dentro de mi piel que parece tonto decir que la necesito incluso para vivir, estos meses sin verla había sido una verdadera tortura todo lo que sabía de ella lo hacía gracias a las redes sociales y las chicas que, a pesar de todo, me tenían al día. Pero hoy el poder verla nuevamente fue… mágico. En el momento en que vi un pequeño bulto en el suelo, en mi lugar favorito, me asusté porque pensé cosas verdaderamente e
Aaron. La noche anterior no había podido cerrar el ojo ya que en mis pensamientos solo estaba ella. Amelia invadía mi mente a cada segundo y no podía evitar sentir que me faltaba pedazos de mi alma. Además no podía evitar pensar en lo que me había dicho Daniela, particularmente en algo que mencionó que debía de hacer y hasta ahora no lo había hecho y no sé muy bien porqué. Disculparme. Hasta ahora no había tenido porqué hacerlo, mucho menos con una mujer. Había estado esperando una disculpa de parte de mi mejor amigo y quien había sido la mujer de mi vida por el enorme engaño y el profundo dolor que me habían causado pero eso nunca pasó. Fue entonces que prometí jamás disculparme porque de igual forma las personas conmigo no habían sido tan amables. Sin embargo ahora me doy cuenta que una disculpa es lo que tengo que hacer, debo buscar la forma de demostrarle a Amelia que lamento tanto las palabras tan hirientes que le había dicho y lo patán que me comporté aquella vez. Que dif
Amelia. Anoche prácticamente no había dormido nada, en lo único que pude pensar fue en los ojos de Aaron y en lo realmente sexy que se veía. Había creído ingenuamente que tendría un poco más de tiempo hasta verlo pero claramente la vida tenía sus planes. Verlo nuevamente fue… intenso. Había creído que verlo luego de la última vez me provocaría una rabia por todas las cosas tan feas que me había dicho, pero al contrario, verlo solo me hizo sentir débil. En mi interior seguía sintiendo ese poder atrayente y la rabia simplemente se disipó. Claramente eso no significaba que todo lo que dijo no haya afectado algo en mí y que eran cosas del pasado, por supuesto que esperaba una disculpa en algún momento pero nunca llegó. Aún estoy desilusionada por cómo me trató, no arrepentida por lo que ocurrió pero si dolida por cómo acabó. Sin embargo en este momento no importan mis emociones, mis sentimientos y todas las cosas cursi que tengo dentro de mi corazón, lo importante aquí es el trabajo y
Amelia. En el momento que sus labios tocaron los míos mi corazón dió un pequeño salto, era como volver a ser una adolescente como aquella primera vez que me besaron. Todo en mi interior se había revolucionado por un beso hasta que una risita y un carraspeo nos sobresaltó. — Disculpen, no sabía que… ¡Ay! ¡Qué incómodo! Lo lamento. — Marina estaba roja y no sabía exactamente para donde mirar. — Descuida Marina ¿Qué sucede? Algún problema. — Todos están en la mesa y los están esperando. Los novios solicitaron que los acompañemos en el almuerzo, los padres de la novia y demás familiares acaban de llegar y ya han sido acomodados. — Perfecto Marina, gracias. Ahora vamos. Marina simplemente asintió y se marchó lo más rápido que pudo, cuando ya no estuvo a nuestro alcance Aaron comenzó a reír, no pude evitarlo yo también lo hice es que la pobre mujer realmente estaba sorprendida, luego tendré que contarle toda la historia porque no quisiera que mi socia creyera que me metía con tod
Aaron. — Daniela… ¿No piensas ir a descansar? — ¡Quiero saber todos los detalles! — exclamaba con sus ojos de perrito mojado. — Ya te he dicho todo ¿Qué más quieres saber? — ¿Me dirás que esta noche no estarán juntos? Porque no lo creo, tengo entendido que Julia hablaría con ella para que esta noche se relaje y esté solo contigo. No lo puedo creer, estas mujeres podían ser increíblemente necias cuando lo querían y cuando una idea se cruzaba por sus mentes no había poder humano que lograra que lo olvidaran. Las había aprendido a aceptar a cada una de ellas, eran las mejores amigas que pude haber tenido nunca además de leales. Aunque a quien más cariño y confianza le tenía era a Daniela. Gracias a ella descubrí que podía sentir nuevamente aunque confundí las señales, sin embargo me ayudó a darme cuenta que seguía siendo un hombre vivo. Ahora que estaban tan empeñadas con encontrarme a la mujer ideal solo me demostraba que eran las mejores amigas que uno pudiera desear porque busc
Aaron. Al llegar a la entrada de la casa de los Ryder pude escuchar todo el escándalo que ya se había formado con todas las personas que se encontraban dentro. Las mujeres de este grupo de amigos que tenemos eran muy escandalosas y jamás podrías aburrirte estando con ellas porque encontraban la forma de hacerlo todo más divertido. Apenas puse un pie dentro de la enorme y hermosa casa que Julia compró una muy animada Daniela apareció en mi campo de visión, pude darme cuenta de inmediato que ya había comenzado a beber y por eso se encontraba de un humor muy alegre. De su brazo se encontraba mi hermana que a su vez sonreía muy feliz por verme finalmente. — Hasta que llegas hermano, pensé que dormirías toda la noche y te perderías tu cita. — No molestes. Además, ustedes dos ya comenzaron a beber, ni siquiera estamos todos reunidos y ya están bebiendo. — No seas aguafiestas Aaron, ¿Por qué no la buscas mejor? — me dice mi hermana con una sonrisa refiriéndose a Amelia. Cruzándola le d
Amelia. Sabía que ese lugar era importante para él porque me lo había dicho la noche anterior, sin embargo sin querer había resultado importante también para mí porque allí fue donde lo volví a ver luego de aquel día. Aunque no lo había querido admitir, mi corazón había saltado de la felicidad de verlo nuevamente a pesar de recordar sus palabras. El que estuviéramos volviendo juntos a ese lugar tomados de la mano lo volvía aún más significativo. — ¿Qué es todo esto? — pregunto sorprendida de ver que había colocado algunas mantas, almohadones e incluso copas con algunas botellas de vino. — Decidí que te traería a una primera cita aquí esta noche. No habíamos tenido una hasta ahora y no quería que fuera la noche romántica con mis amigos la primera cita que tuviéramos así que pensé en esto. Estaba realmente conmovida porque se había esmerado en preparar algo realmente hermoso para los dos. Eso solo quería decir que de verdad lo estaba intentando, quería redimirse de todo lo que había