Eli estaba en la cama, el médico la revisaba, mientras Dante estaba a un lado mirando al doctor. Dante nunca estuvo en esa situación y el susto que se llevó, no fue pequeño. La miró y no quería perderla, no ahora. Eli merecía vivir, merecía vivir y cumplir sus sueños, era su ángel americano. —¿Cómo está? — preguntó preocupado. —Se pondrá bien, ¿verdad? —Eli, necesitas dormir. — le dijo el médico. —Hablemos fuera, señor Ivanov. —el ruso asintió. Dante Cerró la puerta y fue con el doctor hasta el despacho, para no ser interrumpidos. —¿Qué pasa, doctor? — preguntó. —¿Cómo está ella? —Verá, señor Ivanov. —suspiró.—Ella está mal, cada vez peor. El problema de corazón que Elisabeth tiene, es delicado. —el rubio cerró sus ojos con fuerza. —El medicamento que ella está tomando, no la hacen nada, necesita un corazón nuevo. —Doctor, ¿Qué es realmente la falla cardíaca? —preguntó interesado. —La insuficiencia cardíaca, es una afección en la cual el corazón no puede bombear sangre rica en
Dejó caer su cuerpo, apoyado en la ventana corredera de cristal. Sus piernas flexionadas con la copa en la mano y la otra mano en la cabeza, esa cabeza que tenía acumulado miles de cosas. Quiere gritar, llorar, matar. El dolor se acumulaba en su pecho, no podía dejarla morir, no iba a dejarla morir. Las lágrimas salían por sus ojos azules, ya no podía contenerlas. Esa rabia, esa rabia se acumulaba en su cuerpo, por este mundo injusto. Donde las personas que más merecían vivir, morían. Eli, su bella americana, era su maldito ángel y no iba a dejarla morir, él iba hacer lo imposible, para salvarla la vida. De repente sintió una mano posarse en su hombro, asustado se giró y vio la figura de su hermano pequeño. Rápido limpió las lágrimas y Dimitri se sentó a su lado en el suelo. —¿Qué pasa, Dante? —preguntó el moreno. —¿Por qué lloras? —No sé que hacer, no sé cómo empezar. — susurró ahogando un Sollozo. —Ella se merece vivir, Dimitri y no puedo hacer nada. —Dimitri no entendía nada. —
Eli despertó a la mañana siguiente y Dante no estaba a su lado, su lado de la cama está vacía y fría. Se levantó de la cama y fue al baño y tampoco estaba. Salió del dormitorio y bajo las escaleras de mármol, una mujer estaba limpiando. —Buenos días, ¿has visto a Dante? —preguntó la americana. —No, señora. —respondió con desdén. —Tal vez buscó a otra. —Eli se río. —Lo dudo, ya que duerme conmigo y está la mayor parte conmigo. — salió del Salón y fue al despacho. Lo buscó por toda la casa y el ruso no estaba por ninguna parte, subió las escaleras y se vistió. No podía saber dónde estaba, pero era raro que él no la haya dejado una nota. Salió de la mansión y unos de los escoltas del mafioso, se ofrecieron para llevarla a la casa de su hermano. Cuando llegó, su hermano y Abby desayunaban, cuando la pareja sintió su presencia la miraron y Eli se puso junto a ellos. —¿Todo bien? —preguntó su hermano sirviéndose café. —¿Por qué tienes esa cara? —Nada, Dante no está en toda la casa. —
Años atrásAlexander llevaba dos años en la mafia y se ha convertido en el más temido. Alex era ruin con todos y sobretodo para defender a su familia, se metió en el mundo de la mafia para salvar a su hermana, ya que necesitaba un corazón nuevo y costaba mucho dinero. Aunque su padre fuera empresario, el corazón costaba una fortuna y él quería ayudarlo. Su hermana merecía vivir y ser feliz, daría lo que fuera por ella. Alex se hizo llamar "el destructivo" Por ser tan miserable con todo y todos. No media su tortura al matar, le daba igual que fueras hombre o mujer, te mataba de igual manera. Nadie de su familia sabían a lo que se dedicaba, ni siquiera su novia Abby, que llevaba tiempo con ella. Lo tenía todo muy escondido, trabajaba con su padre, pero su lado oscuro lo tenía en secreto. Después de hora de trabajo, llegó a su casa y todo estaba en silencio, era algo extraño. Pero de repente, escuchó a su hermana hablar con alguien, se giro y la vio hablando por teléfono. Se quitó la c
Ella gritó de dolor, Alex la hizo cortes por todo el cuerpo, sin importarle los gritos de la mujer. Se puso detrás de ella y la cortó el cuello. Ella abrió sus ojos y empezó a sangrar una barbaridad. Donde la rubia, poco a poco perdía la vida. No tardó mucho en morir, ella murió y sus ojos se quedaron abiertos. —Pobre de tu marido. —siseó con burla y salió de allí rumbo a su casa. Ya se quitó un enemigo de encima, faltaba el marido. El hombre ya se había enterado lo que sucedió con su esposa y su rabia y venganza, aumentó más. Ahora iría a por su debilidad. "Su familia" El ahora sufriría el mismo dolor, que sintió él al perder a su esposa. Alex recibió la noticia de su venganza y él ya tenía su plan, su familia no sería tocada. —Si hacemos eso, ¿él no tocará a mi familia? —él negó. —Espero que funcione. —Si lo haces, ese hombre dejara a tu familia en paz. —éste a sintió. —Solo que tendras que alejarte de ellos para siempre. —Les dejaré un dolor enorme a mi familia. —respondió tr
Los días habían pasado, Dante y Eli estaban mejor. Cada día cenaban juntos, Dante la llevaba de caprichos, amor y cariño. Todas las noches hacían el amor, Eli no se arrepentía de haberse entregado a él, al contrario; Dante era un amor con ella.Pero como decía el dicho: "todo lo bueno acaba" ella tenía que regresar a Nueva York y dejar Rusia. Pero lo que más le dolía era dejar al ruso bello, pero no podía quedarse pero si, volvería lo antes posible.Lo que vivió con Dante estás semanas, fueron hermosos para ella, pero para él también. Eli sintió todo por primera vez, Dante podría ser lo que fuera, pero ese ruso le enseñó. El amor, el cariño, el sexo y el placer de las pequeñas cosas de la vida. Aunque aún no se han enamorado, se gustaban y se atraían. Ella no quería irse, quería quedarse con su bello ruso. Pero tenía que volver con su familia, Dante aún no sabía que se iba y no le haría gracia, saber que su americana se iba.Eli sabía que a estas horas Dante estaría en su empresa, se
La chica con los ojos lleno de lágrimas, se fue. Pero ella se lo buscó se lo había buscado ella solita, Eli la dio pena. Pero después de como la trató, no iba a intervenir, Dante miró a Eli y la sonrió, se acercó a ella y la besó.—Hola amor, ¿Qué haces aquí? — preguntó el ruso cogiéndola de la mano.—Queria hablar contigo de algo importante.— él asintió.—Vamos a la oficina.— caminaron hasta el ascensor y Dante metió la tarjeta.Esperando a que el ascensor llegara, la abrazó por detrás y la besaba por el cuello, ella sonreía. Sentirse así de querida por el ruso, le encantaba. Cuando el ascensor llegó a la planta, juntos salieron del ascensor, cogidos de la mano. Eli vio a una mujer sentada en el escritorio, la chica la miraba mal, pero Eli pasaba de las miradas asesinas de las mujeres. Se veía que el jefe, las volvía loca.Entraron a la oficina y Dante cerró la puerta detrás de él, se acercó a su Americana robándole un beso feroz. Ella correspondió gustosa, la cogió del trasero y la
Habían pasado varios días, Eli seguía en Nueva York. Todos días hablaba con Dante, pero últimamente el rubio no la llamaba, ni la escribía y mucho menos contestaba a sus llamadas. La americana estaba preocupada, no sabía nada de él Y tenía un mal presentimiento. Su hermano tampoco logró comunicarse con él, solo con Dimitri, pero él tampoco sabía nada. Él no estaba en Rusia, si no en Francia. Eli ya harta,cogió el primer vuelo a Moscú, tenía que verle y saber que estaba bien. Organizaba su pequeña maleta, para irse de nuevo a donde conoció a su ruso. Dante no era de no contestar a las llamadas y eso la tenía con el corazón en un puño. Tenía miedo que le hubiera pasado algo, en la mafia era asi, peligros y enemigos, el ruso tenía muchos.—Nena, estará bien. —le dijo su madre, Eli le habló de él y estaba feliz de que su hija haya encontrado a un hombre.—Mamá, él no es de contestar y estoy preocupada. —dijo con voz rota. —Necesito ir y ver por mi misma, que mi rubio está bien.—Yo te voy