—Me estoy dando cuenta, que te gusta la ensalada de frutas. — dijo con ternura. —Ya sé con qué chantajearte, cuando no me des lo que deseo. — se burló y ella sonrió.—Tú en cambio solo tomas café. — dijo señalando la taza. —¿No te gusta comer? O ¿Es que no te levantas con apetito?—No, solo me acostumbré a levantarme, beber el café y correr a la empresa. — respondió.—Eres un hombre entregado al trabajo. — pinchó un trozo de fruta y se lo llevó a la boca del ruso, él gustoso aceptó. —Tienes que llenar el estómago y el café no te llena, te espabila.—¿Vas a cuidarme? — dijo sonriendo.—Pues te diré una cosa, quiero que todas las mañanas desayunes y si me entero que no lo hiciste, me enfadaré contigo, ruso gruñón. — él se carcajeo.—¿Me estás amenazando, americana del demonio? — la siguió la broma.—No, es una advertencia. — corrigió y el ruso la robó un beso y empezaron a desayunar. Dante obedeció la petición de Eli. Iba a desayunar todos los días, ella se preocupaba por él.Tal vez ha
Eli tenía que avisar a su hermano, sacó el móvil de su bolso y marcó el número de Sergey, que no tardó en contestar.—Dime Eli. — dijo con voz ronca y sería.—Solo te quería avisar que me quedaré hasta mañana con Dante. — Sergey no lo creía.—¡¿Te has vuelto loca?! — alzó la voz, y Eli tuvo que apartar el teléfono de su oreja. —¡Quiero que vuelvas!—No voy a ir, pasa tiempo con Abby, soy mayor de edad y yo decido por mi vida. — colgó.—Sergey sigue sin perdonarme, ¿No? — ella asintió. —No quería perder su amistad. —Te perdonará. — afirmó. —Él también echa de menos vuestra amistad.—Hablaré con él y lo arreglaré o al menos eso espero. — la castaña solo sonrió.**************************Llegó la noche, cenaron y vieron la tele abrazados. Fueron rumbo a la habitación, Eli estaba nerviosa . Estas junto al ruso, metidos en el cuarto y dormir en la misma cama. Dante fue a su clóset y la dejó un pijama de él, aunque le quedará grande. Ella se fue al baño y se cambió. Cuándo salió, vio a Da
Eli estaba en la cama, el médico la revisaba, mientras Dante estaba a un lado mirando al doctor. Dante nunca estuvo en esa situación y el susto que se llevó, no fue pequeño. La miró y no quería perderla, no ahora. Eli merecía vivir, merecía vivir y cumplir sus sueños, era su ángel americano. —¿Cómo está? — preguntó preocupado. —Se pondrá bien, ¿verdad? —Eli, necesitas dormir. — le dijo el médico. —Hablemos fuera, señor Ivanov. —el ruso asintió. Dante Cerró la puerta y fue con el doctor hasta el despacho, para no ser interrumpidos. —¿Qué pasa, doctor? — preguntó. —¿Cómo está ella? —Verá, señor Ivanov. —suspiró.—Ella está mal, cada vez peor. El problema de corazón que Elisabeth tiene, es delicado. —el rubio cerró sus ojos con fuerza. —El medicamento que ella está tomando, no la hacen nada, necesita un corazón nuevo. —Doctor, ¿Qué es realmente la falla cardíaca? —preguntó interesado. —La insuficiencia cardíaca, es una afección en la cual el corazón no puede bombear sangre rica en
Dejó caer su cuerpo, apoyado en la ventana corredera de cristal. Sus piernas flexionadas con la copa en la mano y la otra mano en la cabeza, esa cabeza que tenía acumulado miles de cosas. Quiere gritar, llorar, matar. El dolor se acumulaba en su pecho, no podía dejarla morir, no iba a dejarla morir. Las lágrimas salían por sus ojos azules, ya no podía contenerlas. Esa rabia, esa rabia se acumulaba en su cuerpo, por este mundo injusto. Donde las personas que más merecían vivir, morían. Eli, su bella americana, era su maldito ángel y no iba a dejarla morir, él iba hacer lo imposible, para salvarla la vida. De repente sintió una mano posarse en su hombro, asustado se giró y vio la figura de su hermano pequeño. Rápido limpió las lágrimas y Dimitri se sentó a su lado en el suelo. —¿Qué pasa, Dante? —preguntó el moreno. —¿Por qué lloras? —No sé que hacer, no sé cómo empezar. — susurró ahogando un Sollozo. —Ella se merece vivir, Dimitri y no puedo hacer nada. —Dimitri no entendía nada. —
Eli despertó a la mañana siguiente y Dante no estaba a su lado, su lado de la cama está vacía y fría. Se levantó de la cama y fue al baño y tampoco estaba. Salió del dormitorio y bajo las escaleras de mármol, una mujer estaba limpiando. —Buenos días, ¿has visto a Dante? —preguntó la americana. —No, señora. —respondió con desdén. —Tal vez buscó a otra. —Eli se río. —Lo dudo, ya que duerme conmigo y está la mayor parte conmigo. — salió del Salón y fue al despacho. Lo buscó por toda la casa y el ruso no estaba por ninguna parte, subió las escaleras y se vistió. No podía saber dónde estaba, pero era raro que él no la haya dejado una nota. Salió de la mansión y unos de los escoltas del mafioso, se ofrecieron para llevarla a la casa de su hermano. Cuando llegó, su hermano y Abby desayunaban, cuando la pareja sintió su presencia la miraron y Eli se puso junto a ellos. —¿Todo bien? —preguntó su hermano sirviéndose café. —¿Por qué tienes esa cara? —Nada, Dante no está en toda la casa. —
Años atrásAlexander llevaba dos años en la mafia y se ha convertido en el más temido. Alex era ruin con todos y sobretodo para defender a su familia, se metió en el mundo de la mafia para salvar a su hermana, ya que necesitaba un corazón nuevo y costaba mucho dinero. Aunque su padre fuera empresario, el corazón costaba una fortuna y él quería ayudarlo. Su hermana merecía vivir y ser feliz, daría lo que fuera por ella. Alex se hizo llamar "el destructivo" Por ser tan miserable con todo y todos. No media su tortura al matar, le daba igual que fueras hombre o mujer, te mataba de igual manera. Nadie de su familia sabían a lo que se dedicaba, ni siquiera su novia Abby, que llevaba tiempo con ella. Lo tenía todo muy escondido, trabajaba con su padre, pero su lado oscuro lo tenía en secreto. Después de hora de trabajo, llegó a su casa y todo estaba en silencio, era algo extraño. Pero de repente, escuchó a su hermana hablar con alguien, se giro y la vio hablando por teléfono. Se quitó la c
Ella gritó de dolor, Alex la hizo cortes por todo el cuerpo, sin importarle los gritos de la mujer. Se puso detrás de ella y la cortó el cuello. Ella abrió sus ojos y empezó a sangrar una barbaridad. Donde la rubia, poco a poco perdía la vida. No tardó mucho en morir, ella murió y sus ojos se quedaron abiertos. —Pobre de tu marido. —siseó con burla y salió de allí rumbo a su casa. Ya se quitó un enemigo de encima, faltaba el marido. El hombre ya se había enterado lo que sucedió con su esposa y su rabia y venganza, aumentó más. Ahora iría a por su debilidad. "Su familia" El ahora sufriría el mismo dolor, que sintió él al perder a su esposa. Alex recibió la noticia de su venganza y él ya tenía su plan, su familia no sería tocada. —Si hacemos eso, ¿él no tocará a mi familia? —él negó. —Espero que funcione. —Si lo haces, ese hombre dejara a tu familia en paz. —éste a sintió. —Solo que tendras que alejarte de ellos para siempre. —Les dejaré un dolor enorme a mi familia. —respondió tr
Los días habían pasado, Dante y Eli estaban mejor. Cada día cenaban juntos, Dante la llevaba de caprichos, amor y cariño. Todas las noches hacían el amor, Eli no se arrepentía de haberse entregado a él, al contrario; Dante era un amor con ella.Pero como decía el dicho: "todo lo bueno acaba" ella tenía que regresar a Nueva York y dejar Rusia. Pero lo que más le dolía era dejar al ruso bello, pero no podía quedarse pero si, volvería lo antes posible.Lo que vivió con Dante estás semanas, fueron hermosos para ella, pero para él también. Eli sintió todo por primera vez, Dante podría ser lo que fuera, pero ese ruso le enseñó. El amor, el cariño, el sexo y el placer de las pequeñas cosas de la vida. Aunque aún no se han enamorado, se gustaban y se atraían. Ella no quería irse, quería quedarse con su bello ruso. Pero tenía que volver con su familia, Dante aún no sabía que se iba y no le haría gracia, saber que su americana se iba.Eli sabía que a estas horas Dante estaría en su empresa, se