Natasha
Finalizo la llamada y busco ropa al azar en mi armario.
—¡Julieta!— llamo.
La susodicha llega de una vez.
—Mande.
—En media hora volamos a Cali, prepara lo necesario.
Se va sin rechistar. Me decido por un vestido aterciopelado blanco ceñido que me llega un poco más arriba de las rodillas. Escojo una cartera del mismo color, Gucci.
Me coloco lentes Rayban y me subo a los tacones de nueve centímetros. Tengo hasta las bragas blancas, voy vestida del color de la pureza, cosa de la que carezco.
Dejo que el cabello largo me caiga por la espalda como si de una cascada se tratase.
Voy hacia la cama, meto mi baby-glok en la cartera junto con unos veinte fajos de dólares, un paquete de coca, y unas navajas que nunca están demás.
—Dorotea se niega a cooperar— recon
Júpiter.La molestia me la notaron todos a leguas, entonces decidí encerrarme en mi oficina para distraerme con dispositivos de rastreo y micrófonos para los operativos. Creo que esta situación me enfurece más a mí que a Natasha.La deseé desde que era novia de Logan, yo era un perro callejero y ella un filete jugoso. No me notaba, para ella era una equis, un cero a la izquiera, un lápiz blanco en la caja de creyones... Todo sinónimo de desimportancia.Cuando se alejó de Logan, busqué una excusa para irme yo también y le pedí trabajar con ella, cosa que claramente aceptó.Al sentirse deprimida por una necesaria decisión que tomó, me tocó estar para ella en toda circunstancia, y de un momento a otro me aproveché de eso para follarmela, obvio.El placer carnal es mutuo y aunque Logan Presley me pagaba el triple de lo que gano ahora, no me arrepiento de ve
Catalina.Avanzo, agarrada del brazo de Graham, quien trae un smoking negro con moño del mismo color y el cabello peinado perfectamente hacia atrás, el color de su vestimenta le resalta las orbes azules.Yo traigo un conjunto de falda y top de seda junto con zandalias romanas y el cabello suelto.La patrona está a mi derecha, luciendo un despampanante vestido de algodón con una avertura triangular que llega hasta la espalda baja, trae botines de tacón y el cabello castaño recogido en una de esas coletas tan perfectas que sientes alivio cuando te las quitas.Julieta está al otro extremo de nosotras, viste con un vestido holgado de manga larga y tacones de plataforma, tiene un reloj de oro blanco adornándole la muñeca y el cabello recogido en un moño simple.Saludamos a todos los demás traficantes que se encuentran esta noche. El traficante de heroína más conocido de La India de
Júpiter.Le doy un largo trago a mi taza de café mientras veo en la cámara ocho que la DHV llegó en el jet. Julieta es la primera en bajar hecha toda una furia, agarra el ascensor y coloco la cámara dos para ver cuando llegue a las celdas del subterráneo.Abre la sexta celda a la izquierda y descuelga una espada de la pared, agarra a la árabe por el nacimiento del cabello y le corta la cabeza sin siquiera pensarlo dos veces.Me levanto de la silla giratoria con toda la tranquilidad del mundo y voy a la habitación de Natasha que está bajándose las copas del vestido para solo quedar en hilo.—Habla, que no han publicado el periódico— le digo.Se rasca la cabeza con un leve desespero y busca algo en la habitación con afán.—Anthoaneth— contesta,
Bombay / La India.Dos días antes del Choegoui him.Anthoaneth.Thaily de Yadav me sirve té en una taza de porcelana para luego colocarla sobre un pequeño plato y tenderme el frasco de la azúcar para yo echarle a gusto.Estamos en el jardín de su rústico hogar, donde solo tienen sembradas plantas medicinales en macetas, La India y sus creencias locas.El nerviosismo de todos fue evidente cuando llegué sin anunciarme, la mayoría de las mafias me tienen miedo, pero a la vez me rinden respeto y glorificación, y por supuesto; yo me vanaglorio de eso.—¿A qué debo tu sorpresiva visita, Anthoaneth?— indaga Jailev, arremangando su camisa de cuadros.—Ho bisogno del vostro aiuto— le hablo
Catalina.Me aseguro de que las niñas de la habitación seis estén arropadas correctamente y apago la luz para ir a la oficina de California.Detesto este trabajo, ni siquiera sé por qué sigo aquí si a Natasha no le interesa destruir el ICF, y pensandolo bien, tampoco lo de Anthoaneth. Aparte de ser mi jefa, es la persona a quien más le tengo confianza, pero ya mató a quien violó a su madre, recuperó el zafiro y se desentendió de los demás criminales.Paso las manos por mi uniforme blanco de enfermera para alizarlo y toco la puerta al escuchar a California hablando con una segunda voz. Mi jefa me dice que entre y giro el pomo de la puerta, me paralizo al ver de quién es la segunda voz.—Ya aseguré las habitaciones, todo en orden— aviso, cerrando la puerta detrás de mí.—Necesito que vayas mañana a la farmacia por más alcohol anticéptico y miel— me dice, sin apartar la mirada de
Natasha.En la DHV sirves o te vas, no somos buscados por todas las mafias y cuerpos policíacos por ser unos incompetentes. Aquí se trabaja bajo mis órdenes y si no estais de acuerdo con eso, te vas, pero no haceis lo contrario a lo que se te ordena.Por la ineptitud y de Julieta estamos entre la espada y la pared, al menos nos hizo un favor, ultimamente no servía para una mierda. A Graham también lo había echado por mequetrefe, pero no he vuelto a hacerlo porque cada vez somos menos y yo actúo a mi conveniencia.—Nathy, ¿Me estás prestando atención?— Amelia me reclama.—Y dele con la cantaleta, tía— me estreso—. Ya os dije que traerán es vestido de París. No quiero que luzcas como una andrajosa el día de tu boda.—El mismo diseñador
Júpiter.Me aseguro de que todos tengan sus armas y chalecos listos, logré ser parte del operativo después de una fuerte discusión con Natasha.Hice que Catalina pidiera el día libre en el ICF, tuve que reincorporar a Graham de lleno en las misiones y Natasha... Natasha solo espera el milagro de que no nos maten porque piensa que mi plan no es muy inteligente.—Necesitamos el reemplazo de Julieta— comenta Catalina en el copiloto cuando comienzo el despegue.—Estamos bien así.Era un verdadero dolor de cabeza tener que oír las contradicciones de la venezolana a cada nada, así no se podía trabajar. Natasha y yo somos los únicos que tenemos la razón, nadie hace lo que no ordenamos. La ineptitud de Julieta nos jodió a todos como consecuencia, Catalina y Graham se encuentran ahora entre la espada y la pared porque Cleopatra y yo dejamos muy en cla
Madrid / España.8:45 pm.Natasha.Masajeo mis piernas con crema corporal de coco mientras Amelia está a mi lado recostada, con mirada fija en su lap-top.La miro por el rabillo del ojo.—Andais como gorda— comento con burla.—¡Oye!— me empuja el hombro— No es mi culpa que Graham no haya dejado de consentirme con pizzas.—Te las da porque tú se las pides— ruedo los ojos.Ella solo suelta una risilla y sigue moviendo los dedos sobre el teclado.A Victorino lo tienen en una de las habitaciones de huéspedes, lo andan tratando como un rey. Está tranquilo, ya le explicamos que no le haremos daño y que posiblemente mañana vuelva con su tía a Italia.Júpiter le envió la carta a Anthoaneth por la OCC apenas llegamos, solo estamos esperando su respuesta para regresar