Bombay / La India.
Dos días antes del Choegoui him.
Anthoaneth.
Thaily de Yadav me sirve té en una taza de porcelana para luego colocarla sobre un pequeño plato y tenderme el frasco de la azúcar para yo echarle a gusto.
Estamos en el jardín de su rústico hogar, donde solo tienen sembradas plantas medicinales en macetas, La India y sus creencias locas.
El nerviosismo de todos fue evidente cuando llegué sin anunciarme, la mayoría de las mafias me tienen miedo, pero a la vez me rinden respeto y glorificación, y por supuesto; yo me vanaglorio de eso.
—¿A qué debo tu sorpresiva visita, Anthoaneth?— indaga Jailev, arremangando su camisa de cuadros.
—Ho bisogno del vostro aiuto— le hablo
Catalina.Me aseguro de que las niñas de la habitación seis estén arropadas correctamente y apago la luz para ir a la oficina de California.Detesto este trabajo, ni siquiera sé por qué sigo aquí si a Natasha no le interesa destruir el ICF, y pensandolo bien, tampoco lo de Anthoaneth. Aparte de ser mi jefa, es la persona a quien más le tengo confianza, pero ya mató a quien violó a su madre, recuperó el zafiro y se desentendió de los demás criminales.Paso las manos por mi uniforme blanco de enfermera para alizarlo y toco la puerta al escuchar a California hablando con una segunda voz. Mi jefa me dice que entre y giro el pomo de la puerta, me paralizo al ver de quién es la segunda voz.—Ya aseguré las habitaciones, todo en orden— aviso, cerrando la puerta detrás de mí.—Necesito que vayas mañana a la farmacia por más alcohol anticéptico y miel— me dice, sin apartar la mirada de
Natasha.En la DHV sirves o te vas, no somos buscados por todas las mafias y cuerpos policíacos por ser unos incompetentes. Aquí se trabaja bajo mis órdenes y si no estais de acuerdo con eso, te vas, pero no haceis lo contrario a lo que se te ordena.Por la ineptitud y de Julieta estamos entre la espada y la pared, al menos nos hizo un favor, ultimamente no servía para una mierda. A Graham también lo había echado por mequetrefe, pero no he vuelto a hacerlo porque cada vez somos menos y yo actúo a mi conveniencia.—Nathy, ¿Me estás prestando atención?— Amelia me reclama.—Y dele con la cantaleta, tía— me estreso—. Ya os dije que traerán es vestido de París. No quiero que luzcas como una andrajosa el día de tu boda.—El mismo diseñador
Júpiter.Me aseguro de que todos tengan sus armas y chalecos listos, logré ser parte del operativo después de una fuerte discusión con Natasha.Hice que Catalina pidiera el día libre en el ICF, tuve que reincorporar a Graham de lleno en las misiones y Natasha... Natasha solo espera el milagro de que no nos maten porque piensa que mi plan no es muy inteligente.—Necesitamos el reemplazo de Julieta— comenta Catalina en el copiloto cuando comienzo el despegue.—Estamos bien así.Era un verdadero dolor de cabeza tener que oír las contradicciones de la venezolana a cada nada, así no se podía trabajar. Natasha y yo somos los únicos que tenemos la razón, nadie hace lo que no ordenamos. La ineptitud de Julieta nos jodió a todos como consecuencia, Catalina y Graham se encuentran ahora entre la espada y la pared porque Cleopatra y yo dejamos muy en cla
Madrid / España.8:45 pm.Natasha.Masajeo mis piernas con crema corporal de coco mientras Amelia está a mi lado recostada, con mirada fija en su lap-top.La miro por el rabillo del ojo.—Andais como gorda— comento con burla.—¡Oye!— me empuja el hombro— No es mi culpa que Graham no haya dejado de consentirme con pizzas.—Te las da porque tú se las pides— ruedo los ojos.Ella solo suelta una risilla y sigue moviendo los dedos sobre el teclado.A Victorino lo tienen en una de las habitaciones de huéspedes, lo andan tratando como un rey. Está tranquilo, ya le explicamos que no le haremos daño y que posiblemente mañana vuelva con su tía a Italia.Júpiter le envió la carta a Anthoaneth por la OCC apenas llegamos, solo estamos esperando su respuesta para regresar
Narrador omnisciente.La residencia Edemska zmiya se siente inmensa (ignorando el hecho de que es una mansión) por la ausencia repentina de los demás. A la patrona se le subió el mando a las nubes aún más al darse cuenta de que todos esos fallos ocurrieron por haberle cedido el poder a alguien más. Ahora más que nunca sabe que debe darse su lugar y estar atenta a todo.La soledad se podera de la casa mientras Cleopatra permanece sentada en la orilla de la piscina con la mitad de las piernas sumergidas en el agua y un puro en la boca.Catalina Fermín está en su habitación, cansada por el agotamiento que le causó ayudar a su amiga a deshacerse de los cuerpos, casi cincuenta cuerpos. Zahori Saavedra la acompaña en su siesta.El moreno llamado Júpiter Rodrigues había llamado a Galaxia apenas vio movimientos sospechosos a unos cuantos kilometros de la mansión, pero la mexic
Amelia.Graham duerme a mi lado con suspiros constantes, el largo y negro cabello le cae sobre la frente y tiene los labios un poco abiertos.Sonrío mientras sigo viendo las fotos de mi búsqueda de pinterest. Estoy viendo unas posibles opciones para el pastel, será simplemente blanco, pero hay modelos muy bonitos. Mamá escogió los centros de mesa y ya los compramos.Tenemos casi todo, la verdad. Solo falta el vestido que es un tema que me abruma bastante.Hace tres años, Natasha me compró esta casa como regalo de cumpleaños diecisiete. Le tengo bastante respeto a las vueltas que da la vida, un día puedes no tener algo de comer y al otro te regalan una casa amueblada y no tan simple.Bueno, cuando Natasha tenía diecinueve, ya tenía su mansión y toda la cosa, me puso a estudiar en una de las mejores universidades de Madrid cuando terminé mi bachillera
Natasha.Hay personas a las que no les importa si les quitaron todo, hacen lo hasta lo imposible por recuperar aquello o buscan algo mucho mejor aún.Hoy no tengo nada, sin embargo, mis ganas de arrazar con todo son inmensas.Me llevo mi cartera al hombro y comienzo a caminar por el pasillo para bajar las escaleras. Hace un rato fui a la Santa Rosalía, los médicos no han encontrado mejoras en su paciente. Sigue estando en su estado vegetal.—Oh, vais de salida— Amelia sale del ascensor cuando bajo el último peldaño.—Sí— le beso la frente y me encamino al ascensor—. Sabeis que culmino lo que comienzo, pero, ¿hay algo que quereis decirme?—Oh, no, nada— hace un ademán de manos—. Solo quería haceros compañía.—Vale— salimos del ascensor, encaminándonos al estacionamiento—. Te hablo cuando llegue de Colombia.—Vale— me abraz
Catalina.Afilo mis navajas sobre la alfombra que me di el lujo de comprar ayer, quizás no hayan muebles porque los dejaron vueltos mierda hace unos días, pero cabe destacar que ahora el piso se siente bastante cómodo.—No es por querer ir contra corriente, carnala— Zahori sale de la cocina con dos chelas—, pero necesitamos más gente.—Sí, pero Natasha es muy terca por esa parte— contesto, sin quitar la atención de las filosas hojas—. Aunque ella tiene que hacer algo al respecto, ahora sí nos las estamos viendo bien negras.Las puertas del elevador se abren, haciendonos voltear, Zahori le quita la chapa a una de las botellas con los dientes mientras Graham viene hacia nosotras.—Heeey— dejo las navajas de lado y voy a abrazarlo con cuidado. Él me corresponde y me da un beso en la mejilla— ¿Como sigues?—Pues bien— avanza y le ofrece