Novela independiente: En Problemas Con El CEO ...-¿Crees que no soy capaz de hacerlo? -cuestionó Jade alzando una de sus cejas en dirección a la pelinegra.-Vale, entonces házlo -retó Harper y la pelirroja negó con la cabeza mirando a Jade.-No lo hagas, estarás en problemas y... -habló Brenda una de las amiga de Jade pero esta no le prestó atención.-Esta será mi última travesura, además el director no sabrá quién es el culpable a menos que una de ustedes vayan con el chisme -les dedicó una mirada amenazante a sus compañeras haciendo que todas negaran.-Sabes que ninguna dirá ni una sola palabra, ¿verdad chicas? -dijo Harper y las demás asintieron.-Jade, no tienes que hacer esto. Puedes perder la beca -le recordó Brenda para hacerle entrar en razón pero su amiga la ignoró.-Nada ni nadie podrá detenerme esta vez, ni siquiera aquella estúpida beca. De todos modos sé que es imposible obtenerla. Así que vean cómo aquel auto... -señaló el vehículo negro que se hallaba aparcado en el e
Furioso, giró sobre su talón regresando a la preparatoria para reclamar lo que le habían hecho a su vehículo. Ellos tendrían que hacerse responsables de lo ocurrido puesto que el culpable era un estudiante de la instalación, y nada más bastaba con leer los insultos que parecían ser dirigidos al director. Por otra parte, Jade sabía que esta vez había llegado muy lejos y ahora estaba en serios problemas. Se preparó mentalmente para las consecuencias que tendría que afrontar, pero aquella travesura sería el inicio de una historia la cual su hermana mayor estaría involucrada. La vida de Andrew Doubront y Amelie Gardner cambiaría apenas se reencontraran después de tanto tiempo.Ambos siempre pertenecieron a mundos diferentes, son dos polos opuestos que se verán obligados a convivir para sus propios beneficios. Ninguno tendrá intenciones de encajar entre si, pero el tiempo que compartan juntos les demostrará que son más parecidos de lo que piensan. (...)Una semana antes del incidente...
Andrew no tardó en bajar del automóvil dispuesto a reclamar, se detuvo cerca de la chica quien al verlo no pudo simular su mirada y lo repasó de pies a cabeza. El hombre frente a ella le pareció familiar.Era alto, y vestía un traje negro que le sentaba cómo un guante. No pudo detallar muy bien su rostro ya que llevaba gafas oscuras que le impedían ver su mirada. Pero lo poco que pudo apreciar fue sus facciones marcadas que le hacían lucir apuesto. De pronto recordó quién era y su boca se desencajó, no podía creer que tenía frente a ella al mismo chico que estudió con ella en la preparatoria. Sin embargo, él parecía no acordarse de su ex compañera de clase.¿Tanto he cambiado? Se preguntó Amelie ante la manera cómo se comportaba delante de ella.-¿Acaso no ves por dónde andas? -su voz masculina llamó su atención.-Lo siento, no fue mi intención...-¡Deberías fijarte por dónde caminas, si no hubiera frenado a tiempo te podría haber atropellado! -emitió exaltado y volteó hacia atrás -.
—¡No puedo creer que hayas hecho eso! —exclamó Amelie dedicándole una mirada de reprobación a su hermana.—No tenía idea que el auto era de ese sujeto —comentó en defensa.Amelie negó, estaba molesta pero se obligó a mantener la compostura para no armar una escena allí mismo.Había recibido una llamada del director de la preparatoria, este le informó de lo sucedido y solo esperó que no se tratara de algo tan grave. Sin embargo, al enterarse que Jade había dañado con pintura el auto de un hombre importante, supo que estaba en serios problemas.A los minutos apareció el director junto aAndrew y entraron a la estancia, haciendo que las miradas de las hermanas Gardner cayeran sobre ambos.—Señor Doubront, tome asiento por favor —indicó el director con una amabilidad que no pudieron pasar por alto las dos hermanas.El CEO dirigió su atención a la mayor de esta provocando que Amelie abriera sus ojos desmesuradamente percatándose que era Andrew. —¿Tú? —dijeron los dos al unisono.—Al parec
—¿Qué? Es verdad, es un CEO multimillonario heredero de las mejores empresas automotriz. ¿Por qué se molesta en quitarle una beca a una insignificante chica como yo? —quiso saber.—El hecho de que sea millonario no significa que ande malgastando mi dinero, además no tengo necesidad de comprar otro auto cuando ya tengo uno, pero tú lo has dañado con pintura —gesticuló cada palabra lentamente —. A simple vista se puede notar que no te importa en lo más mínimo lo que hiciste y tampoco estás arrepentida de ello. Desde que llegué te has comportado de esa manera, grosera y desvergonzada a pesar de saber que perderás la beca. Si de verdad te interesa estuvieras dispuesta a dejar tu orgullo a un lado y te hubieras disculpado.Jade bufó, harta del sermón de aquel sujeto que actuaba como si fuera su padre. —¿Qué quieres, me arrodillo ante ti? ¿Es eso? —inquirió con burla en su voz y se levantó de la silla —. Porque si así, entonces mil disculpas su majestad...—¡Jade, ya basta! —exclamó Amelie
Cada mañana Amelie solía preparar el desayuno para ella y su hermana, sin embargo ese día se le había hecho tarde. Se dirigió a la habitación de Jade para despertarla y decirle que tendría que comprar la comida en la cafetería, aunque habían discutido al final no les quedaba de otra que hacer las paces. Pero al entrar al dormitorio se dio cuenta que no había nadie entre las sábanas sino más bien un montón de almohadas que simulaban ser alguien durmiendo en la cama.Amelie resopló en frustración. —Hizo lo mismo de nuevo —murmuró para si misma. No era primera vez que se escapaba de casa, pero no sabía dónde había pasado la noche ni con quién. Cogió su móvil y marcó el número de la adolescente, pero no atendió a sus llamadas.Seguramente lo había apagado. Regresó a la cocina tomando su cartera y el abrigo para luego salir del apartamento. No tenía idea dónde estaba y le preocupaba que algo malo le hubiera sucedido. Caminó hacia la estación donde detuvo un taxi, y le indicó el lugar.I
—¿Se conocen? —quiso saber pero ninguno de los dos le prestó atención.—¿Le importa si lo sabe? —se cruzó de brazos de manera desafiante.—No, la verdad es que no me interesa en lo más mínimo. Pero este zoquete de aquí... —señaló a Arthur quien estaba confundido —. Es mi hermano. Y no le permitiré que haga lo que le venga en gana solo porque así le plazca, incluyendo esta apresurada decisión de vivir juntos. Ninguno de los dos están preparados para ello, así que dejen de jugar a la casita. Solo son un par de críos inmaduros.Giró sobre sus talones dejándolos en la sala. Jade apretó los puños con fuerza, haciendo que sus uñas se clavaran en las palmas. —¿Quién se cree qué es? —hizo el amago de ir tras él pero Arthur la detuvo del antebrazo.—No le hagas caso, suele ser así de amargado —murmuró el joven —. Vamos, te llevaré a que tomes una ducha.La chica lo siguió subiendo las escaleras que dirigían al segundo piso. Aunque quería largarse de allí, necesitaba con urgencias un baño.Min
Jade sintió muchas náuseas al entrar a la cafetería, pero simuló estar bien delante de sus amigas para que estas no sospecharan nada. Había comprado un test de embarazo al darse cuenta que tenía tres semanas de retraso, nunca antes le había ocurrido aquello y lo primero que vino a su mente fue que esperaba un bebé. Y efectivamente así era.No llevaba mucho tiempo saliendo con Arthur, puesto que ninguno de los dos tomaba la iniciativa de declarar sus sentimientos. Pero un día sucedió un encuentro casual entre ellos y sus amigos que hizo que ambos compartieran juntos dándose cuenta de lo mucho que tenían en común. Quedaron en salir en otra ocasión para conocerse, no obstante, existía tanta atracción entre ellos que poco a poco se fueron volviendo más cercanos. Sin embargo Jade temía apresurar las cosas entre ellos así que le pidió que fueran despacio, pero todo se salió de control cuando una noche ambos se embriagaron y llevados por el alcohol no fueron capaz de reprimir lo que sentían