—¡No puedo creer que hayas hecho eso! —exclamó Amelie dedicándole una mirada de reprobación a su hermana.—No tenía idea que el auto era de ese sujeto —comentó en defensa.Amelie negó, estaba molesta pero se obligó a mantener la compostura para no armar una escena allí mismo.Había recibido una llamada del director de la preparatoria, este le informó de lo sucedido y solo esperó que no se tratara de algo tan grave. Sin embargo, al enterarse que Jade había dañado con pintura el auto de un hombre importante, supo que estaba en serios problemas.A los minutos apareció el director junto aAndrew y entraron a la estancia, haciendo que las miradas de las hermanas Gardner cayeran sobre ambos.—Señor Doubront, tome asiento por favor —indicó el director con una amabilidad que no pudieron pasar por alto las dos hermanas.El CEO dirigió su atención a la mayor de esta provocando que Amelie abriera sus ojos desmesuradamente percatándose que era Andrew. —¿Tú? —dijeron los dos al unisono.—Al parec
—¿Qué? Es verdad, es un CEO multimillonario heredero de las mejores empresas automotriz. ¿Por qué se molesta en quitarle una beca a una insignificante chica como yo? —quiso saber.—El hecho de que sea millonario no significa que ande malgastando mi dinero, además no tengo necesidad de comprar otro auto cuando ya tengo uno, pero tú lo has dañado con pintura —gesticuló cada palabra lentamente —. A simple vista se puede notar que no te importa en lo más mínimo lo que hiciste y tampoco estás arrepentida de ello. Desde que llegué te has comportado de esa manera, grosera y desvergonzada a pesar de saber que perderás la beca. Si de verdad te interesa estuvieras dispuesta a dejar tu orgullo a un lado y te hubieras disculpado.Jade bufó, harta del sermón de aquel sujeto que actuaba como si fuera su padre. —¿Qué quieres, me arrodillo ante ti? ¿Es eso? —inquirió con burla en su voz y se levantó de la silla —. Porque si así, entonces mil disculpas su majestad...—¡Jade, ya basta! —exclamó Amelie
Cada mañana Amelie solía preparar el desayuno para ella y su hermana, sin embargo ese día se le había hecho tarde. Se dirigió a la habitación de Jade para despertarla y decirle que tendría que comprar la comida en la cafetería, aunque habían discutido al final no les quedaba de otra que hacer las paces. Pero al entrar al dormitorio se dio cuenta que no había nadie entre las sábanas sino más bien un montón de almohadas que simulaban ser alguien durmiendo en la cama.Amelie resopló en frustración. —Hizo lo mismo de nuevo —murmuró para si misma. No era primera vez que se escapaba de casa, pero no sabía dónde había pasado la noche ni con quién. Cogió su móvil y marcó el número de la adolescente, pero no atendió a sus llamadas.Seguramente lo había apagado. Regresó a la cocina tomando su cartera y el abrigo para luego salir del apartamento. No tenía idea dónde estaba y le preocupaba que algo malo le hubiera sucedido. Caminó hacia la estación donde detuvo un taxi, y le indicó el lugar.I
—¿Se conocen? —quiso saber pero ninguno de los dos le prestó atención.—¿Le importa si lo sabe? —se cruzó de brazos de manera desafiante.—No, la verdad es que no me interesa en lo más mínimo. Pero este zoquete de aquí... —señaló a Arthur quien estaba confundido —. Es mi hermano. Y no le permitiré que haga lo que le venga en gana solo porque así le plazca, incluyendo esta apresurada decisión de vivir juntos. Ninguno de los dos están preparados para ello, así que dejen de jugar a la casita. Solo son un par de críos inmaduros.Giró sobre sus talones dejándolos en la sala. Jade apretó los puños con fuerza, haciendo que sus uñas se clavaran en las palmas. —¿Quién se cree qué es? —hizo el amago de ir tras él pero Arthur la detuvo del antebrazo.—No le hagas caso, suele ser así de amargado —murmuró el joven —. Vamos, te llevaré a que tomes una ducha.La chica lo siguió subiendo las escaleras que dirigían al segundo piso. Aunque quería largarse de allí, necesitaba con urgencias un baño.Min
Jade sintió muchas náuseas al entrar a la cafetería, pero simuló estar bien delante de sus amigas para que estas no sospecharan nada. Había comprado un test de embarazo al darse cuenta que tenía tres semanas de retraso, nunca antes le había ocurrido aquello y lo primero que vino a su mente fue que esperaba un bebé. Y efectivamente así era.No llevaba mucho tiempo saliendo con Arthur, puesto que ninguno de los dos tomaba la iniciativa de declarar sus sentimientos. Pero un día sucedió un encuentro casual entre ellos y sus amigos que hizo que ambos compartieran juntos dándose cuenta de lo mucho que tenían en común. Quedaron en salir en otra ocasión para conocerse, no obstante, existía tanta atracción entre ellos que poco a poco se fueron volviendo más cercanos. Sin embargo Jade temía apresurar las cosas entre ellos así que le pidió que fueran despacio, pero todo se salió de control cuando una noche ambos se embriagaron y llevados por el alcohol no fueron capaz de reprimir lo que sentían
***Amelie empujó la puerta de la cafetería ingresando al local, el sonido de la campanilla revoloteó en el lugar llamando la atención de los pocos clientes que se encontraban allí dentro. El CEO apartó la vista de su móvil y la posó en la mujer que había llegado, por alguna razón su presencia lo hacía sentir diferente. No sabía precisamente qué era pero tampoco podría ignorarlo.Sacudió su mano al aire haciéndole señas.La mujer reparó en él y se encaminó a la mesa, sintiendo sus piernas flaquear ante la mirada penetrarte de Andrew. Se sintió intimidada por aquel hombre que llevaba años sin ver.¿Cómo puede no reconocerme? Preguntó ella en su interior.—Hola —saludó Amelie tomando asiento.—Hola, gracias por venir —dijo dedicándole una dónde boca cerrada —. ¿Quieres ordenar algo? Extendió la carta enseñándole lo que había en el menú. La camarera se acercó a tomar su orden.—Eh, bueno. Un café estaría bien —pidió y la mesera se marchó luego de anotar lo que habían pedido.—Bien, te e
Al llegar al hospital, bajaron del auto a toda prisa. Amelie recorrió los pasillos hasta detenerse frente a la enfermera que se hallaba tras la barra de vidrio. —¿Sabe algo de la joven que acaba de ser ingresada? Se llama Jade y soy su hermana —inquirió intentando compensar su respiración que se encontraba agitada por venir corriendo.—Un momento —dijo la enfermera revisando una pantalla —. Sí, está en la habitación treinta y cinco. Queda en el segundo piso.—Muchas gracias —le dedicó una rápida mirada a Andrew que se había mantenido a unos metros de ella —. Está en la habitación.—Adelante, estaré esperando afuera —emitió imaginando que quería hablar con su hermana en privado.Amelie asintió retirándose del pasillo.Subió al elevador con el corazón acelerado. Pulsó el piso a dónde se dirigía sintiéndose ansiosa por asegurarse que todo estuviera bien, no podía controlar el temblor que se había apoderado de su cuerpo. Y cuando las puertas del ascensor se abrieron salió apresurada en b
—¿Cómo es qué han sido tan inconscientes los dos? —reprochó Amelie sin poder contenerse un segundo más —. Son unos niños, aún no han terminado la preparatoria y ya van a ser padres. Esto es una... una locura.Agarró su cabello con frustración.—No somos unos niños —habló Jade.Los tres voltearon a verla.—Tampoco son adultos maduros para criar a un bebé —argumentó Andrew.—¿Quién lo dice? ¿Tú? —lo miró con burla.—No es necesario que alguien lo tenga que decir, es obvio que no están preparados para cuidar de un bebé —emitió Amelie —. Pero es su responsabilidad y tendrán que hacer algo al respecto. —¿Será que podrían dejarnos a solas? —pidió Arthur.—Pueden hablar de lo que quieran delante de nosotros —respondió Andrew.—No, no es un asunto que les concierne a ustedes dos —comentó enojado —. Así que por favor, déjenos a solas.Amelie comprendió que se trataba de algo serio, por lo que agarró su cartera y arrastró fuera de la habitación a Andrew con ella. Este replicó pero no puso resi